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TEXTOS ELECTRÓNICOS / ELECTRONIC TEXTS

Obras de Cervantes. Association for Hispanic Classical Theater, Inc.

Obras de Cervantes / La guarda cuidadosa / parte 2ª

Electronic text by J T Abraham and Vern G.Williamsen

SOLDADO
Famoso, y agora lo verá; estéme atento. "Chinelas de mis entrañas, glosa." Es Amor tan gran tirano, que, olvidado de la fe que le guardo siempre en vano, hoy, con la funda de un pie, da a mi esperanza de mano. Éstas son vuestras hazañas, fundas pequeñas y hurañas; que ya mi alma imagina que sois, por ser de Cristina, chinelas de mis entrañas.
ZAPATERO
A mí poco se me entiende de trovas; pero éstas me han sonado tan bien, que me parecen de Lope, como lo son todas las cosas que son o parecen buenas.
SOLDADO
Pues, señor, ya que no lleva remedio de fiarme estas chinelas, que no fuera mucho, y más sobre tan "dulces prendas, por mi mal halladas," llévelo, a lo menos, de que vuesa merced me las guarde hasta desde aquí a dos días, que yo vaya por ellas; y por ahora, digo, por esta vez, el señor zapatero no ha de ver ni hablar a Cristina.
ZAPATERO
Yo haré lo que me manda el señor soldado, porque se me trasluce de qué pies cojea, que son dos: el de la necesidad y el de los celos.
SOLDADO
Ése no es ingenio de zapatero, sino de colegial trilingüe.
ZAPATERO
¡Oh, celos, celos, cuán mejor os llamaran duelos, duelos!
[Vase] el ZAPATERO
SOLDADO
No, sino no seáis guarda, y guarda cuidadosa, y veréis cómo se os entra[n] mosquitos en la cueva donde está el licor de vuestro contento. Pero, ¿qué voz es ésta? Sin duda es la de mi Cristina, que se desenfada cantando, cuando barre o friega.
Suenan dentro platos, como que friegan, y cantan:
Sacristán de mi vida, tenme por tuya, y, fiado en mi fe, canta alleluya.
SOLDADO
¡Oídos que tal oyen! Sin duda e[l] sacristán debe de ser el brinco de su alma. ¡Oh platera, la más limpia que tiene, tuvo o tendrá el calendario de las fregonas! ¿Por qué, así como limpias esa loza talaveril que traes entre las manos, y la vuelves en bruñida y tersa plata, no limpias esa alma de pensamientos bajos y sotasacristaniles?
Entra el amo de CRISTINA
AMO
Galán, ¿qué quiere o qué busca a esta puerta?
SOLDADO
Quiero más de lo que sería bueno, y busco lo que no hallo; pero, ¿quién es vuesa merced que me lo pregunta?
AMO
Soy el dueño desta casa.
SOLDADO
¿El amo de Cristinica?
AMO
El mismo.
SOLDADO
Pues lléguese vuesa merced a esta parte, y tome este envoltorio de papeles; y advierta que ahí dentro van las informaciones de mis servicios, con veinte y dos fees de veinte y dos generales, debajo de cuyos estandartes he servido, amén de otras treinta y cuatro de otros tantos maestres de campo, que se han dignado de honrarme con ellas.
AMO
Pues no ha habido, a lo que yo alcanzo, tantos generales ni maestres de campo de infantería española de cien años a esta parte.
SOLDADO
Vuesa merced es hombre pacífico, y no está obligado a entendérsele mucho de las cosas de la guerra; pase los ojos por esos papeles, y verá en ellos, unos sobre otros, todos los generales y maestres de campo que he dicho.
AMO
Yo los doy por pasados y vistos; pero, ¿de qué sirve darme cuenta desto?
SOLDADO
De que hallará vuesa merced por ellos ser posible ser verdad una que agora diré, y es que estoy consultado en uno de tres castillos y plazas, que están vacas en el reino de Nápoles; conviene a saber: Gaeta, Barleta y Rijobes.
AMO
Hasta agora, ninguna cosa me importa a mí estas relaciones que vuesa merced me da.
SOLDADO
Pues, yo sé que le han de importar, siendo Dios servido.
AMO
¿En qué manera?
SOLDADO
En que, por fuerza, si no se cae el cielo, tengo de salir proveído en una destas plazas, y quiero casarme agora con Cristinica; y, siendo yo su marido, puede vuesa merced hacer de mi persona y de mi mucha hacienda como de cosa propria; que no tengo de mostrarme desagradecido a la crianza que vuesa merced ha hecho a mi querida y amada consorte.
AMO
Vuesa merced lo ha de los cascos más que de otra parte.
SOLDADO
Pues, ¿sabe cuánto le va, señor dulce? Que me la ha de entregar luego luego, o no ha de atravesar los umbrales de su casa.
AMO
¿Hay tal disparate? ¿Y quién ha de ser bastante para quitarme que no entre en mi casa?
Vuelve el sotasacristán Pasillas, armado con un tapador de tinaja y una espada muy mohosa; viene con él otro sacristán, [GRAJALES] con un morrión y una vara o palo, atado a él un rabo de zorra
SACRISTÁN
¡Ea, amigo Grajales, que éste es el turbador de mi sosiego!
GRAJALES
No me pesa sino que traigo las armas endebles y algo tiernas; que ya le hubiera despachado al otro mundo a toda diligencia.
AMO
¡Ténganse, gentiles hombres! ¿Qué desmán y qué acecinamiento es éste?
SOLDADO
¡Ladrones! ¿A traición y en cuadrilla? Sacristanes falsos, voto a tal que os tengo de horadar, aunque tengáis más órdenes que un ceremonial. Cobarde, ¿a mí con rabo de zorra? ¿Es notarme de borracho, o piensas que estás quitando el polvo a alguna imagen de bulto?
GRAJALES
No pienso sino que estoy ojeando los mosquitos de una tinaja de vino.
A la ventana CRISTINA y su ama
CRISTINA
¡Señora, señora, que matan a mi señor! Más de dos mil espadas están sobre él, que relumbran que me quitan la vista.
ELLA
Dices verdad, hija mía; ¡Dios sea con él! ¡Santa Zrsola, con las once mil vírgines, sea en su guarda! Ven, Cristina, y bajemos a socorrerle como mejor pudiéremos.
AMO
Por vida de vuesas mercedes, caballeros, que se tengan, y miren que no es bien usar de superchería con nadie.
SOLDADO
¡Tente, rabo, y tente, tapadorcillo; no acabéis de despertar mi cólera, que, si la acabo de despertar, os mataré, y os comeré, y os arrojaré por la puerta falsa dos leguas más allá del infierno!
AMO
¡Ténganse, digo; si no, por Dios que me descomponga de modo que pese a alguno!
SOLDADO
Por mí, tenido soy; que te tengo respeto, por la imagen que tienes en tu casa.
SACRISTÁN
Pues, aunque esa imagen haga milagros, no os ha de valer esta vez.
SOLDADO
¿Han visto la desvergüenza deste bellaco, que me viene a hacer cocos con un rabo de zorra, no habiéndome espantado ni atemorizado tiros mayores que el de Dio, que está en Lisboa?
[Salen] CRISTINA y su señora
ELLA
¡Ay, marido mío! ¿Estáis, por desgracia, herido, bien de mi alma?
CRISTINA
¡Ay desdichada de mí! Por el siglo de mi padre, que son los de la pendencia mi sacristán y mi soldado.
SOLDADO
Aun bien que voy a la parte con el sacristán; que también dijo: "mi soldado".
AMO
No estoy herido, señora, pero sabed que toda esta pendencia es por Cristinica.
ELLA
¿Cómo por Cristinica?
AMO
A lo que yo entiendo, estos galanes andan celosos por ella.
ELLA
Y ¿es esto verdad, muchacha?
CRISTINA
Sí, señora.
ELLA
¡Mirad con qué poca vergüenza lo dices! Y ¿hate deshonrado alguno dellos?
CRISTINA
Sí, señora.
ELLA
¿Cuál?
CRISTINA
El sacristán me deshonró el otro día, cuando fui al Rastro.
ELLA
¿Cuántas veces os he dicho yo, señor, que no saliese esta muchacha fuera de casa; que ya era grande, y no convenía apartarla de nuestra vista? ¿Qué dirá ahora su padre, que nos la entregó limpia de polvo y de paja? Y ¿dónde te llevó, traidora, para deshonrarte?
CRISTINA
A ninguna parte, sino allí, en mitad de la calle.
ELLA
¿Cómo en mitad de la calle?
CRISTINA
Allí, en mitad de la calle de Toledo, a vista de Dios y de todo el mundo, me llamó de sucia y de deshonesta, de poca vergüenza y menos miramiento, y otros muchos baldones deste jaez; y todo por estar celoso de aquel soldado.
AMO
Luego, ¿no ha pasado otra cosa entre ti ni él, sino esa deshonra que en la calle te hizo?
CRISTINA
No, por cierto, porque luego se le pasa la cólera.
ELLA
El alma se me ha vuelto al cuerpo, que le tenía ya casi desamparado.
CRISTINA
Y más, que todo cuanto me dijo fue confiado en esta cédula que me ha dado de ser mi esposo, que la tengo guardada como oro en paño.
AMO
Muestra, veamos.
ELLA
Leedla alto, marido.
AMO
Así dice: "Digo yo, Lorenzo Pasillas, sotasacristán desta parroquia, que quiero bien, y muy bien, a la señora Cristina de Parraces; y en fee desta verdad, le di ésta, firmada de mi nombre, fecha en Madrid, en el cimenterio de San Andrés, a seis de mayo deste presente año de mil y seiscientos y once. Testigos: mi corazón, mi entendimiento, mi voluntad y mi memoria. Lorenzo Pasillas." ¡Gentil manera de cédula de matrimonio!
SACRISTÁN
Debajo de decir que la quiero bien, se incluye todo aquello que ella quisiere que yo haga por ella; porque, quien da la voluntad, lo da todo.
AMO
Luego, si ella quisiese, ¿bien os casaríades con ella?
SACRISTÁN
De bonísima gana, aunque perdiese la espectativa de tres mil maravedís de renta que ha de fundar agora sobre mi cabeza una agüela mía, según me han escrito de mi tierra.
SOLDADO
Si voluntades se toman en cuenta, treinta y nueve días hace hoy que, al entrar de la Puente Segoviana, di yo a Cristina la mía, con todos los anejos a mis tres potencias; y, si ella quisiere ser mi esposa, algo irá a decir de ser castellano de un famoso castillo, a un sacristán no entero, sino medio, y aun de la mitad le debe de faltar algo.
AMO
¿Tienes deseo de casarte, Cristinica?
CRISTINA
Sí tengo.
AMO
Pues escoge, destos dos que se te ofrecen, el que más te agradare.
CRISTINA
Tengo vergüenza.
ELLA
No la tengas; porque el comer y el casar ha de ser a gusto proprio, y no a voluntad ajena.
CRISTINA
Vuesas mercedes, que me han criado, me darán marido como me convenga; aunque todavía quisiera escoger.
SOLDADO
Niña, échame el ojo; mira mi garbo; soldado soy, castellano pienso ser; brío tengo de corazón; soy el más galán hombre del mundo; y, por el hilo deste vestidillo, podrás sacar el ovillo de mi gentileza.
SACRISTÁN
Cristina, yo soy músico, aunque de campanas; para adornar una tumba y colgar una iglesia para fiestas solenes, ningún sacristán me puede llevar ventaja; y estos oficios bien los puedo ejercitar casado, y ganar de comer como un príncipe.
AMO
Ahora bien, muchacha, escoge de los dos el que te agrada; que yo gusto dello, y con esto pondrás paz entre dos tan fuertes competidores.
SOLDADO
Yo me allano.
SACRISTÁN
Y yo me rindo.
CRISTINA
Pues escojo al sacristán.
Han [salido] los MÚSICOS
AMO
Pues llamen esos oficiales de mi vecino el barbero, para que con sus guitarras y voces nos entremos a celebrar el desposorio, cantando y bailando; y el señor soldado será mi convidado.
SOLDADO
Acepto: "Que, donde hay fuerza de hecho, se pierde cualquier derecho." MÚSICO Pues hemos llegado a tiempo, éste será el estribillo de nuestra letra.
Cantan el estribillo
[SOLDADO]
Siempre escogen las mujeres aquello que vale menos, porque excede su mal gusto a cualquier merecimiento. Ya no se estima el valor, porque se estima el dinero, pues un sacristán prefieren a un roto soldado lego. Mas no es mucho, que ¿quién vio que fue su voto tan necio, que a sagrado se acogiese, que es de delincuentes puerto? "Que a donde hay fuerza, [se pierde cualquier derecho]."
[SACRISTÁN]
Como es proprio de un soldado, que es sólo en los años viejo, y se halla sin un cuarto porque ha dejado su tercio, imaginar que ser puede pretendiente de Gaiferos, conquistando por lo bravo lo que yo por manso adquiero, no me afrentan tus razones, pues has perdido en el juego; que siempre un picado tiene licencia para hacer fieros. Que a donde, hay fuerza, [se pierde cualquier derecho]."
[Vanse] cantando y bailando

FIN DEL ENTREMÉS