imprimir

TEXTOS ELECTRÓNICOS / ELECTRONIC TEXTS

Obras de Cervantes. Association for Hispanic Classical Theater, Inc.

Obras de Cervantes / El rufian dichoso / parte 4ª

Electronic text by J T Abraham and Vern G.Williamsen

SEGUNDA JORNADA

Salen dos figuras de ninfas vestidas bizarramente, cada una con su tarjeta en el brazo: en la una viene escrito CURIOSIDAD; en la otra, COMEDIA

CURIOSIDAD: Comedia. COMEDIA: Curiosidad, ¿qué me quieres? CURIOSIDAD: Informarme qué es la causa por que dejas de usar tus antiguos trajes, del coturno en las tragedias, del zueco en las manuales comedias, y de la toga en las que son principales; cómo has reducido a tres los cinco actos que sabes que un tiempo te componían ilustre, risueña y grave; ahora aquí representas, y al mismo momento en Flandes; truecas sin discurso alguno tiempos, teatros, lugares. Véote, y no te conozco; dame de ti nuevas tales que te vuelva a conocer, pues que soy tu amigo grande. COMEDIA: Los tiempos mudan las cosas y perficionan las artes, y añadir a lo inventado no es dificultad notable. Buena fui pasados tiempos, y en éstos, si los mirares, no soy mala, aunque desdigo de aquellos preceptos graves que me dieron y dejaron en sus obras admirables Séneca, Terencio y Plauto, y otros griegos que tú sabes. He dejado parte dellos, y he también guardado parte, porque lo quiere así el uso, que no se sujeta al arte. Ya represento mil cosas, no en relación, como de antes, sino en hecho; y así, es fuerza que haya de mudar lugares; que, como acontecen ellas en muy diferentes partes, voime allí donde acontecen, disculpa del disparate. Ya la comedia es un mapa, donde no un dedo distante verás a Londres y a Roma, a Valladolid y a Gante. Muy poco importa al oyente que yo en un punto me pase desde Alemania a Guinea sin del teatro mudarme; el pensamiento es ligero: bien pueden acompañarme con él doquiera que fuere, sin perderme ni cansarse. Yo estaba ahora en Sevilla, representando con arte la vida de un joven loco, apasionado de Marte, rufián en manos y lengua, pero no que se enfrascase en admitir de perdidas el trato y ganancia infame. Fue estudiante y rezador de psalmos penitenciales, y el rosario ningún día se le pasó sin rezalle. Su conversión fue en Toledo, y no será bien te enfade que, contando la verdad, en Sevilla se relate. En Toledo se hizo clérigo, y aquí, en Méjico, fue fraile, adonde el discurso ahora nos trujo aquí por el aire. El sobrenombre de Lugo mudó en Cruz, y es bien se llame fray Cristóbal de la Cruz desde este punto adelante. A Méjico y a Sevilla he juntado en un instante, surciendo con la primera ésta y la tercera parte: una de su vida libre, otra de su vida grave, otra de su santa muerte y de sus milagros grandes. Mal pudiera yo traer, a estar atenida al arte, tanto oyente por las ventas y por tanto mar sin naves. Da lugar, Curiosidad, que el bendito fraile sale con fray Antonio, un corista bueno, pero con donaires. Fue en el siglo Lagartija, y en la religión es sacre, de cuyo vuelo se espera que ha de dar al cielo alcance. [CURIOSIDAD]: Aunque no lo quedo en todo, quedo satisfecho en parte, amiga; por esto quiero, sin replicarte, escucharte.

[Vanse]. Sale[n] fray Cristóbal de la CRUZ [LUGO], en hábito de Santo Domingo, y Fray ANTONIO [LAGARTIJA] también
ANTONIO: Sepa su paternidad... CRUZ: Entone más bajo el punto de cortesía. ANTONIO: En verdad, padre mío, que barrunto que tiene su caridad de bronce el cuerpo, y de suerte, que tarde ha de hallar la muerte entrada para acaballe, según da en ejercitalle en rigor áspero y fuerte. CRUZ: Es bestia la carne nuestra, y, si rienda se le da, tan desbocada se muestra, que nadie la volverá de la siniestra a la diestra. Obra por nuestros sentidos nuestra alma: así están tapidos y no sutiles; es fuerza que a la carrera se tuerza por donde van los perdidos. La lujuria está en el vino, y a la crápula y regalo todo vicio le es vecino. ANTONIO: Yo, en ayunando, estoy malo, flojo, indevoto y mohíno. De un otro talle y manera me hallaba yo cuando era en Sevilla tu mandil; que hacen ingenio sutil las blancas roscas de Utrera. ¡Oh uvas albarazadas, que en el pago de Triana por la noche sois cortadas, y os halláis a la mañana tan frescas y aljofaradas, que no hay cosa más hermosa, ni fruta que a la golosa voluntad ansí despierte! ¡No espero verme en la suerte que ya se pasó dichosa! CRUZ: Cierto, fray Antonio amigo, que esa consideración es lazo que el enemigo le pone a su perdición. Esté atento a lo que digo. ANTONIO: Consideraba yo agora dónde estará la señora Librija, o la Salmerona, cada cual, por su persona, buena para pecadora. ¡Quién supiera de Ganchoso, del Lobillo y de Terciado, y del Patojo famoso! ¡Oh feliz siglo dorado, tiempo alegre y venturoso, adonde la libertad brindaba a la voluntad del gusto más esquisito! CRUZ: ¡Calle; de Dios sea bendito! ANTONIO: Calle su paternidad y déjeme, que con esto evacuo un pésimo humor que me es amargo y molesto. CRUZ: Cierto que tengo temor, por verle tan descompuesto, que ha de apostatar un día, que para los dos sería noche de luto cubierta. ANTONIO: No saldrá por esa puerta jamás mi melencolía; no me he de estender a más que a quejarme y a sentir el ausencia del Compás. CRUZ: ¡Que tal te dejas decir, fray Antonio! Loco estás; que en el juïcio empeora quien tal acuerdo atesora en su memoria vilmente. ANTONIO: Rufián corriente y moliente fuera yo en Sevilla agora, y tuviera en la dehesa dos yeguas, y aun quizá tres, diestras en el arte aviesa. CRUZ: De que en esas cosas des, sabe Dios lo que me pesa; mas yo haré la penitencia de tu rasgada conciencia. Quédate, Antonio, y advierte que de la vida a la muerte hay muy poca diferencia: quien vive bien, muere bien, quien mal vive, muere mal. ANTONIO: Digo, padre, que está bien; pero no has de hacer caudal de mí, ni enfado te den mis palabras, que no son nacidas del corazón, que en sola la lengua yacen. CRUZ: Dan las palabras y hacen fe de cuál es la intención.
[Sale] un corista llamado fray ÁNGEL
ÁNGEL: Padre maestro, el prïor llama a vuestra reverencia, y espera en el corredor.
Vase luego el padre CRUZ
ANTONIO: Más presto es a la obediencia que el sol a dar resplandor. Padre fray Ángel, espere. ÁNGEL: Diga presto qué me quiere.
Enséñale hasta una docena de naipes
ANTONIO: Mire. ÁNGEL: ¿Naipes? ¡Perdición! ANTONIO: No se admire, hipocritón, que el caso no lo requiere. ÁNGEL: ¿Quién te los dio, fray Antonio? ANTONIO: Una devota que tengo. ÁNGEL: ¿Devota? ¡Será el demonio! ANTONIO: Nunca con él bien me avengo; levántasle testimonio. ÁNGEL: ¿Están justos? ANTONIO: Pecadores creo que están los señores, pues, para cumplir cuarenta, entiendo faltan los treinta. ÁNGEL: Si fueran algo mejores, buscáramos un rincón donde podernos holgar. ANTONIO: Y halláramosle a sazón: que nunca suele faltar, para hacer mal, ocasión. ¡Bien hayan los gariteros magníficos y groseros, que con un ánimo franco tienen patente el tabanco para blancos y fulleros! Vamos de aquí, que el prïor viene allí con el señor que lo fue de nu[e]stro Cruz, gran caballero andaluz, letrado y visitador.
[Vanse]. Salen el PRIOR y TELLO de Sandoval
PRIOR: Él es un ángel en la tierra, cierto, y vive entre nosotros de manera, como en las soledades del desierto; no desmaya ni afloja en la carrera del cielo, adonde, por llegar más presto, corre desnudo y pobre, a la ligera; humilde sobremodo, y tan honesto, que admira a quien le vee en edad florida tan recatado en todo y tan compuesto. En efecto, señor, él hace vida de quien puede esperar muerte dichosa, y gloria que no pueda ser medida. Su oración es continua y fervorosa; su ayuno, inimitable, y su obediencia, presta, sencilla, humilde y hacendosa. Resucitado ha en la penitencia de los antiguos padres, que en Egipto, en ella acrisolaron la conciencia. TELLO: Por millares de lenguas sea bendito el nombre de mi Dios; a este mancebo volvió de do pensé que iba precito. Vuélvome a España, y en el alma llevo tan grande soledad de su persona, que quiero exagerarla, y no me atrevo. PRIOR: Vuesa merced nos deja una corona que ha de honrar este reino mientras ciña el cerco azul el hijo de Latona. Está entre aquestos bárbaros aún niña la fe cristiana, y faltan los obreros que cultiven aquí de Dios la viña, y la leche mejor, y los aceros, que a entrambas les hará mayor provecho. Es ejemplo de [e]stos jornaleros, que es menester que tenga sano el pecho el médico que cura a lo divino, para dejar al cielo satisfecho.
[Salen] el padre CRUZ y fray ANTONIO
Aquesta compostura de continuo trae nuestro padre Cruz, tan mansa y grave, que alegre y triste sigue su camino: que en él lo triste con lo alegre cabe. CRUZ: Deo gracias. PRIOR: Por siempre, amén, estas y todas naciones con viva fe se las den. CRUZ: Suplícote me perdones, señor, si no he andado bien, faltando a la cortesía que a tu presencia debía. TELLO: Padre fray Cristóbal mío, esto toca en desvarío, porque toca en demasía: yo soy el que he de postrarme a sus pies. CRUZ: Por el oficio que tengo, puedo excusarme de haber dado poco indicio de cortés en no humillarme; y más a quien debo tanto, que, a poder decir el cuánto, fuera poco. TELLO: Yo confieso que quedo deudor en eso. PRIOR: Bien cuadra cortés y santo. TELLO: A España parto mañana; si me manda alguna cosa, haréla de buena gana. CRUZ: Tu jornada sea dichosa: viento en popa y la mar llana. Yo, mis pobres oraciones a las celestes regiones enviaré por tu camino, puesto, señor, que imagino que en recio tiempo te pones a navegar. TELLO: La derrota está de fuerza que siga de la ya aprestada flota. CRUZ: Ni el huracán te persiga, ni toques en la derrota Bermuda, ni en la Florida, de mil cuerpos homicida, adonde, contra natura, es el cuerpo sepultura viva del cuerpo sin vida. A Cádiz, como deseas, llegues sano, y en San Lúcar desembarques tus preseas, y, en virtudes hecho un Fúcar, presto en Sevilla te veas, donde a mi padre dirás lo que quisieres, y harás por él lo que mereciere. TELLO: Haré lo que me pidiere, y si es poco, haré yo más. Y ahora, por paga pido de aquella buena intención que en su crianza he tenido, padre, que su bendición me deje aquí enriquecido de esperanzas, con que pueda esperar que me suceda el viaje tan a cuento, que sople propicio el viento, y la fortuna esté queda.