TEXTOS ELECTRÓNICOS / ELECTRONIC TEXTS |
OBRAS COMPLETAS de Miguel de Cervantes. Ediciones publicadas por Rudolph Schevill y Adolfo Bonilla. Madrid: Gráficas Reunidas, 1914-1944 |
NOVELAS EJEMPLARES/Tomo III/ Las dos Doncellas |
NOVELA de las dos Donzellas.
Cinco leguas de la ciudad de Seuilla, esta vn | |
lugar que se llama Castilblanco, y, en vno de | |
muchos mesones que tiene, a la hora que ano- | |
chezia, entró vn caminante sobre vn hermoso | |
quartago estrangero; no traia criado alguno, y, | 5 |
sin esperar que le tuuiessen el estriuo, se arrojó | |
de la silla con gran ligereza. Acudio luego el | |
huesped- que era hombre diligente y de reca- | |
do -, mas no fue tan presto que no estuuiesse | |
ya el caminante sentado en vn poyo que en el | 10 |
portal auia, desabrochandose muy apriessa los | |
botones del pecho, y luego dexó caer los bra- | |
ços a vna y a otra parte, dando manifiesto in- | |
dicio de desmayarse. | |
La huespeda, que era caritatiua, se llegó a | 15 |
el, y, roziandole con agua el rostro, le hizo | |
boluer en su acuerdo; y el, dando muestras que | |
le auia pesado de que assi le huuiessen visto, | |
se boluio a abrochar, pidiendo que le diessen | |
luego vn aposento donde se recogiesse, y que, | 20 |
si fuesse possible, fuesse solo. | |
Dixole la huespeda que no auia mas de vno | |
en toda la casa, y que tenia dos camas, y que | |
P.2NOVELAS EXEMPLARES
era forçoso, si algun huesped acudiesse, aco- | |
modarle en la vna. | |
A lo qual respondio el caminante que el pa- | |
garia los dos lechos, viniesse o no huesped | |
alguno; y, sacando vn escudo de oro, se le dio | 5 |
a la huespeda, con condicion que a nadie dies- | |
se el lecho vazio. | |
No se descontentó la huespeda de la paga, | |
antes se ofrecio de hazer lo que le pedia, aun- | |
que el mismo Dean de Seuilla llegasse aquella | 10 |
noche a su casa. Preguntole si queria cenar, y | |
respondio que no, mas que solo queria que se | |
tuuiesse gran cuydado con su quartago. Pidio | |
la llaue del aposento, y lleuando consigo vnas | |
bolsas grandes de cuero, se entró en el y cerro | 15 |
tras si la puerta con llaue y aun - a lo que des- | |
pues parecio - arrimó a ella dos sillas. | |
Apenas se huuo encerrado, quando se jun- | |
taron a consejo el huesped y la huespeda, y el | |
moço que daua la cebada, y otros dos vezinos, | 20 |
que acaso alli se hallaron, y todos trataron de | |
la grande hermosura y gallarda disposicion | |
del nueuo huesped, concluyendo que jamas | |
tal belleza auian visto. Tantearonle la edad, y | |
se resoluieron que tendria de diez y seys a | 25 |
diez y siete años. Fueron y vinieron, y dieron | |
y tomaron - como suele dezirse - sobre que | |
podia auer sido la causa del desmayo que le | |
dio, pero como no la alcançaron, quedaronse | |
con la admiracion de su gentileza. | 30 |
Fueronse los vezinos a sus casas, y el hues- | |
ped a pensar el quartago, y la huespeda a | |
P.3LAS DOS DONZELLAS
aderezar algo de cenar, por si otros huespe- | |
des viniessen; y no tardó mucho, quando entró | |
otro de poca mas edad que el primero y no de | |
menos gallardia, y apenas le huuo visto | |
la huespeda, quando dixo: "¡Valame Dios!, y, | 5 |
¿que es esto? ¿Vienen, por ventura, esta noche | |
a posar angeles a mi casa?" | |
"¿Por que dize esso la señora huespeda?" , | |
dixo el cauallero. | |
"No lo digo por nada, señor" , respondio la | 10 |
mesonera, "solo digo que vuessa merced no se | |
apee, porque no tengo cama que darle, que | |
dos que tenia las ha tomado vn cauallero que | |
esta en aquel aposento y me las ha pagado | |
entrambas, aunque no auia menester mas de | 15 |
la vna sola, porque nadie le entre en el apos- | |
sento, y es que deue de gustar de la soledad; | |
y en Dios y en mi anima que no se yo por que, | |
que no tiene el cara ni disposicion para escon- | |
derse, sino para que todo el mundo le vea y le | 20 |
bendiga. " | |
"¿Tan lindo es, señora huespeda?" , replicó | |
el cauallero. | |
"¡Y como si es lindo!" , dixo ella, "¡y aun | |
mas que relindo!" | 25 |
"Ten aqui, moço" , dixo a esta sazon el caua- | |
llero, "que, aunque duerma en el suelo, tengo | |
de ver hombre tan alabado" ; y, dando el estri- | |
uo a vn moço de mulas, que con el venia, | |
P.4NOVELAS EXEMPLARES
se apeó y hizo que le diessen luego de cenar, | |
y assi fue hecho, y, estando cenando, entró vn | |
alguazil del pueblo - como de ordinario en los | |
lugares pequeños se vsa - y sentose a con- | |
uersacion con el cauallero, en tanto que ce- | 5 |
naua, y no dexó, entre razon y razon, de echar | |
abaxo tres cubiletes de vino y de roer vna pe- | |
chuga y vna cadera de perdiz que le dio el ca- | |
uallero, y todo se lo pagó el alguazil con pre- | |
guntarle nueuas de la Corte y de las guerras | 10 |
de Flandes y baxada del Turco, no oluidandose | |
de los sucessos del Trasiluano, que nuestro | |
Señor guarde. | |
El cauallero cenaua y callaua, porque no ve- | |
nia de parte que le pudiesse satisfazer a sus | 15 |
preguntas. Ya en esto, auia acabado el meso- | |
nero de dar recado al quartago, y sentose a | |
hazer tercio en la conuersacion y a prouar de | |
su mismo vino no menos tragos que el algua- | |
zil, y, a cada trago que embasaua, boluia y | 20 |
derribaua la cabeça sobre el ombro yzquierdo, | |
y alabaua el vino, que le ponia en las nubes, | |
aunque no se atreuia a dexarle mucho en ellas, | |
por que no se aguasse. | |
De lance en lance, boluieron a las alabanças | 25 |
del huesped encerrado, y contaron de su des- | |
mayo y encerramiento, y de que no auia que- | |
rido cenar cosa alguna. Ponderaron el aparato | |
de las bolsas, y la bondad del quartago y del | |
vestido vistoso que de camino traia. Todo | 30 |
lo qual requeria no venir sin moço que le sir- | |
P.5LAS DOS DONZELLAS
uiesse. Todas estas exageraciones pusieron nue- | |
uo desseo de verle, y rogo al mesonero hiziesse | |
de modo como el entrasse a dormir en la otra | |
cama, y le daria vn escudo de oro. Y puesto | |
que la codicia del dinero acabó con la volun- | 5 |
tad del mesonero de darsela, halló ser impos- | |
sible, a causa que estaua cerrado por de den- | |
tro, y no se atreuia a despertar al que dentro | |
dormia, y que tambien tenia pagados los dos | |
lechos. | 10 |
Todo lo qual facilitó el alguazil, diziendo: | |
"Lo que se podra hazer, es: que yo llamaré a | |
la puerta, diziendo que soy la justicia, que por | |
mandado del señor alcalde traygo a aposentar | |
a este cauallero a este meson, y que, no auien- | 15 |
do otra cama, se le manda dar aquella; a lo | |
qual ha de replicar el huesped que se le haze | |
agrauio, porque ya esta alquilada y no es ra- | |
zon quitarla al que la tiene. Con esto quedará | |
el mesonero desculpado, y vuessa merced | 20 |
consiguira su intento. " | |
A todos les parecio bien la traza del algua- | |
zil, y por ella le dio el desseoso quatro reales. | |
Pusose luego por obra; y, en resolucion, mos- | |
trando gran sentimiento, el primer huesped | 25 |
abrio a la justicia, y el segundo, pidiendole | |
perdon del agrauio que, al parecer, se le auia | |
hecho, se fue acostar en el lecho desocupado; | |
pero ni el otro le respondio palabra, ni menos | |
se dexó ver el rostro, porque, apenas huuo | 30 |
P.6NOVELAS EXEMPLARES
abierto, quando se fue a su cama, y, buelta la | |
cara a la pared, por no responder, hizo que | |
dormia. El otro se acosto, esperando cumplir | |
por la mañana su desseo, quando se leuan- | |
tassen. | 5 |
Eran las noches de las pereçosas y largas de | |
diziembre, y el frio y el cansancio del camino | |
forçaua a procurar passarlas con reposo; pero | |
como no le tenia el huesped primero, a poco | |
mas de la media noche començo a suspirar | 10 |
tan amargamente, que con cada suspiro pare- | |
cia despedirsele el alma, y fue de tal manera | |
que, aunque el segundo dormia, huuo de des- | |
pertar al lastimero son del que se quexaua. | |
Y admirado de los sollozos con que acom- | 15 |
pañaua los suspiros, atentamente se puso a es- | |
cuchar lo que, al parecer, entre si murmuraua. | |
Estaua la sala escura y las camas bien des- | |
uiadas, pero no por esto dexó de oyr, entre | |
otras razones, estas, que con voz debilitada y | 20 |
flaca el lastimado huesped primero dezia: "¡Ay | |
sin ventura! ¿A donde me lleua la fuerça incon- | |
trastable de mis hados? ¿Que camino es el mio, | |
o que salida espero tener del intricado labe- | |
rinto donde me hallo? ¡Ay pocos y mal expe- | 25 |
rimentados años, incapazes de toda buena con- | |
sideracion y consejo! ¿Que fin ha de tener esta | |
no sabida peregrinacion mia? ¡Ay honra me- | |
nospreciada! ¡Ay amor mal agradezido! ¡Ay | |
P.7LAS DOS DONZELLAS
respectos de honrados padres y parientes | |
atropellados! Y ¡ay de mi vna y mil vezes, | |
que tan a rienda suelta me dexé lleuar de mis | |
desseos! ¡O palabras fingidas, que tan de veras | |
me obligastes a que con obras os respondiesse! | 5 |
¿Pero de quien me quexo, cuytada? ¿Yo no soy | |
la que quise engañarme? ¿No soy yo la que | |
tomó el cuchillo con sus mismas manos, con | |
que corté y eché por tierra mi credito, con el | |
que de mi valor tenian mis ancianos padres? | 10 |
¡O fementido Marco Antonio! ¿Como es possi- | |
ble que en las dulces palabras que me dezias | |
viniesse mezclada la hiel de tus descortesias y | |
desdenes? ¿Adonde estas, ingrato? ¿Adonde te | |
fuyste, desconocido? Respondeme, que te ha- | 15 |
blo; esperame, que te sigo; sustentame, que | |
descaezco; pagame, que me deues; socorreme, | |
pues por tantas vias te tengo obligado. " | |
Calló en diziendo esto, dando muestra en los | |
ayes y suspiros que no dexauan los ojos de | 20 |
derramar tiernas lagrimas. Todo lo qual, con | |
sossegado silencio, estuuo escuchando el se- | |
gundo huesped, coligiendo, por las razones que | |
auia oydo, que sin duda alguna era muger la | |
que se quexaua, cosa que le auiuó mas el | 25 |
desseo de conozella, y estuuo muchas vezes | |
determinado de yrse a la cama de la que creia | |
ser muger; y huuieralo hecho, si en aquella sa- | |
zon no le sintiera leuantar; y, abriendo la puer- | |
P.8NOVELAS EXEMPLARES
ta de la sala, dio vozes al huesped de casa | |
que le ensillasse el quartago, porque queria | |
partirse | |
A lo qual, al cabo de vn buen rato que el | |
mesonero se dexó llamar, le respondio que se | 5 |
sossegasse, porque aun no era passada la me- | |
dia noche, y que la escuridad era tanta, que | |
sería temeridad ponerse en camino. | |
Quietose con esto, y boluiendo a cerrar la | |
puerta, se arrojó en la cama de golpe, dando | 10 |
vn rezio suspiro. | |
Pareciole al que escuchaua, que seria bien | |
hablarle y ofrecerle para su remedio lo que de | |
su parte podia, por obligarle con esto a que | |
se descubriesse, y su lastimera historia le con- | 15 |
tasse, y assi le dixo: | |
"Por cierto, señor gentilhombre, que si los | |
suspiros que aueys dado, y las palabras que | |
aueys dicho, no me huuieran mouido a condo- | |
lerme del mal de que os quexays, entendiera | 20 |
que carecia de natural sentimiento, o que mi | |
alma era de piedra y mi pecho de bronce duro; | |
y si esta compassion que os tengo, y el pre- | |
supuesto que en mi ha nacido de poner mi | |
vida por vuestro remedio - si es que vuestro | 25 |
mal le tiene -, merece alguna cortesia en re- | |
compensa, ruegoos que la vseys conmigo, de- | |
clarandome, sin encubrirme cosa, la causa de | |
vuestro dolor. " | |
"Si el no me huuiera sacado de sentido" , res- | 30 |
P.9LAS DOS DONZELLAS
pondio el que se quexaua, "bien deuiera yo de | |
acordarme que no estaua solo en este aposen- | |
to, y assi huuiera puesto mas freno a mi len- | |
gua, y mas tregua a mis suspiros; pero en pago | |
de auerme faltado la memoria, en parte donde | 5 |
tanto me importaua tenerla, quiero hazer lo que | |
me pedis, porque, renouando la amarga histo- | |
ria de mis desgracias, podria ser que el nueuo | |
sentimiento me acabasse. Mas si quereys que | |
haga lo que me pedis, aueysme de prometer, | 10 |
por la fe que me aueys mostrado en el ofreci- | |
miento que me aueys hecho, y por quien vos | |
soys - que, a lo que en vuestras palabras mos- | |
trays, prometeys mucho -, que por cosas que | |
de mi oyays en lo que os dixere, no os aueys | 15 |
de mouer de vuestro lecho, ni venir al mio, ni | |
preguntarme mas de aquello que yo quisiere | |
deziros, porque si al contrario desto hiziere- | |
des, en el punto que os sienta mouer, con vna | |
espada que a la cabecera tengo, me passaré el | 20 |
pecho. " | |
Essotro - que mil impossibles prometiera, | |
por saber lo que tanto desseaua - le respon- | |
dio que no saldria vn punto de lo que le auia | |
pedido, afirmandoselo con mil juramentos. | 25 |
"Con esse seguro pues" , dixo el primero, "yo | |
hare lo que hasta aora no he hecho, que es dar | |
cuenta de mi vida a nadie, y assi, escuchad: | |
»Aueys de saber, señor, que yo que en esta | |
posada entré - como sin duda os auran di- | 30 |
cho - en trage de varon, soy vna desdichada | |
donzella, a lo menos vna que lo fue no ha ocho | |
P.10NOVELAS EXEMPLARES
dias, y lo dexó de ser por inaduertida y loca, | |
y por creerse de palabras compuestas y afey- | |
tadas de fementidos hombres. Mi nombre es | |
Teodosia, mi patria vn principal lugar desta | |
Andaluzia, cuyo nombre callo porque no os im- | 5 |
porta a vos tanto el saberlo, como a mi el encu- | |
brirlo, mis padres son nobles, y mas que media- | |
namente ricos, los quales tuuieron vn hijo y vna | |
hija: el para descanso y honra suya, y ella para | |
todo lo contrario; a el embiaron a estudiar a | 10 |
Salamanca; a mi me tenian en su casa, a donde | |
me criauan con el recogimiento y recato que su | |
virtud y nobleza pedian, y yo, sin pesadumbre | |
alguna, siempre les fuy obediente, ajustando | |
mi voluntad a la suya, sin discrepar vn solo | 15 |
punto, hasta que mi suerte menguada, o mi | |
mucha demasia, me ofrecio a los ojos vn hijo | |
de vn vezino nuestro, mas rico que mis padres, | |
y tan noble como ellos. | |
"La primera vez que le miré, no senti otra | 20 |
cosa que fuesse mas de vna complacencia de | |
auerle visto, y no fue mucho, porque su gala, | |
gentileza, rostro y costumbres eran de los ala- | |
bados y estimados del pueblo, con su rara dis- | |
crecion y cortesia. Pero, ¿de que me sirue ala- | 25 |
bar a mi enemigo, ni yr alargando con razones | |
el sucesso tan desgraciado mio o, por mejor | |
dezir, el principio de mi locura? Digo, en fin, | |
que el me vio vna y muchas vezes desde vna | |
ventana, que frontero de otra mia estaua; des- | 30 |
de alli - a lo que me parecio - me embio el | |
alma por los ojos, y los mios, con otra manera | |
P.11LAS DOS DONZELLAS
de contento que el primero, gustaron de mi- | |
ralle, y aun me forçaron a que creyesse | |
que eran puras verdades quanto en sus ade- | |
manes y en su rostro leia. Fue la vista la in- | |
tercessora y medianera de la habla, la habla | 5 |
de declarar su desseo, su desseo de encender | |
el mio, y de dar fe al suyo. | |
"Llegose a todo esto las promessas, los ju- | |
ramentos, las lagrimas, los suspiros, y todo | |
aquello que a mi parecer puede hazer vn firme | 10 |
amador, para dar a entender la entereza | |
de su voluntad y la firmeza de su pecho, y | |
en mi, desdichada, que jamas en semejantes | |
ocasiones y tranzes me auia visto, cada | |
palabra era vn tiro de artilleria, que derribaua | 15 |
parte de la fortaleza de mi honra; cada lagrima | |
era vn fuego en que se abrasaua mi hones- | |
tidad; cada suspiro vn furioso viento que el | |
incendio aumentaua, de tal suerte, que acabó | |
de consumir la virtud que hasta entonces aun | 20 |
no auia sido tocada; y, finalmente, con la pro- | |
messa de ser mi esposo, a pesar de sus padres, | |
que para otra le guardauan, di con todo mi | |
recogimiento en tierra, y, sin saber como, me | |
entregué en su poder a hurto de mis padres, | 25 |
sin tener otro testigo de mi desatino que vn | |
page de Marco Antonio - que este es el nom- | |
bre del inquietador de mi sossiego -, y apenas | |
huuo tomado de mi la possession que quiso, | |
P.12NOVELAS EXEMPLARES
quando de alli a dos dias desaparecio del pue- | |
blo, sin que sus padres, ni otra persona alguna, | |
supiessen dezir ni imaginar donde auia ydo. | |
"Qual yo quedé, digalo quien tuuiere poder | |
para dezirlo, que yo no se, ni supe mas de sen- | 5 |
tillo. Castigué mis cabellos, como si ellos tuuie- | |
ran la culpa de mi yerro; martirizé mi rostro, | |
por parecerme que el auia dado toda la oca- | |
sion a mi desuentura; maldixe mi suerte; acuse | |
mi presta determinacion; derramé muchas e | 10 |
infinitas lagrimas; vime casi ahogada entre | |
ellas y entre los suspiros que de mi lastimado | |
pecho salian. Quexeme en silencio al cielo; | |
discurri con la imaginacion, por ver si descu- | |
bria algun camino o senda a mi remedio; y la | 15 |
que hallé, fue vestirme en habito de hombre, y | |
ausentarme de la casa de mis padres, y yrme a | |
buscar a este segundo engañador Eneas, a este | |
cruel y fementido Vireno, a este defrauda- | |
dor de mis buenos pensamientos y legitimas y | 20 |
bien fundadas esperanças; y assi, sin ahondar | |
mucho en mis discursos, ofreciendome la oca- | |
sion vn vestido de camino de mi hermano, y | |
vn quartago de mi padre, que yo ensillé, vna | |
noche escurissima me sali de casa, con inten- | 25 |
cion de yr a Salamanca, donde, segun despues | |
se dixo, creian que Marco Antonio podia auer | |
venido, porque tambien es estudiante y cama- | |
rada del hermano mio que os he dicho. No | |
dexé assimismo de sacar cantidad de dineros | 30 |
en oro, para todo aquello que en mi impensa- | |
do viage pueda sucederme. Y lo que mas me | |
P.13LAS DOS DONZELLAS
fatiga, es que mis padres me han de seguir y | |
hallar por las señas del vestido y del quarta- | |
go que traygo; y quando esto no tema, temo a | |
mi hermano, que esta en Salamanca, del qual, | |
si soy conocida, ya se puede entender el peli- | 5 |
gro en que esta puesta mi vida, porque aunque | |
el escuche mis disculpas, el menor punto de su | |
honor passa a quantas yo pudiere darle. | |
"Con todo esto, mi principal determinacion | |
es, aunque pierda la vida, buscar al desalmado | 10 |
de mi esposo, que no puede negar el serlo sin | |
que le desmientan las prendas que dexó en mi | |
poder, que son, vna sortija de diamantes con | |
vnas cifras que dizen: «Es Marco Antonio es | |
»poso de Teodosia.» Si le hallo, sabre del que | 15 |
halló en mi, que tan presto le mouio a dexarme | |
y, en resolucion, hare que me cumpla la pala- | |
bra y fe prometida, o le quitaré la vida, mos- | |
trandome tan presta a la vengança, como fuy | |
facil al dexar agrauiarme, porque la nobleza de | 20 |
la sangre que mis padres me han dado, va des- | |
pertando en mi brios que me prometen, o ya | |
remedio, o ya vengança de mi agrauio. Esta | |
es, señor cauallero, la verdadera y desdichada | |
historia que desseauades saber, la qual sera | 25 |
bastante disculpa de los suspiros y palabras | |
que os despertaron. Lo que os ruego y suplico | |
es que, ya que no podays darme remedio, a | |
lo menos me deys consejo con que pueda huyr | |
los peligros que me contrastan, y templar el | 30 |
P.14NOVELAS EXEMPLARES
temor que tengo de ser hallada, y facilitar los | |
modos que he de vsar para conseguir lo que | |
tanto desseo y he menester. " | |
Vn gran espacio de tiempo estuuo sin res- | |
ponder palabra el que auia estado escuchando | 5 |
la historia de la enamorada Teodosia, y tanto, | |
que ella penso que estaua dormido, y que nin- | |
guna cosa le auia oydo; y, para certificarse de | |
lo que sospechaua, le dixo: "¿Dormis, señor? y | |
no seria malo que durmiessedes, porque el | 10 |
apassionado que cuenta sus desdichas a quien | |
no las siente, bien es que causen en quien las | |
escucha mas sueño que lastima. " | |
"No duermo" , respondio el cauallero, "antes | |
estoy tan despierto, y siento tanto vuestra des- | 15 |
uentura, que no se si diga que en el mismo | |
grado me aprieta y duele que a vos misma, y | |
por esta causa el consejo que me pedis, no solo | |
ha de parar en aconsejaros, sino en ayudaros | |
con todo aquello que mis fuerças alcançaren, | 20 |
que puesto que en el modo que aueys tenido | |
en contarme vuestro sucesso, se ha mostrado | |
el raro entendimiento de que soys dota- | |
da, y que conforme a esto os deuio de en- | |
gañar mas vuestra voluntad rendida, que las | 25 |
persuasiones de Marco Antonio, todavia quiero | |
tomar por disculpa de vuestro yerro vuestros | |
pocos años, en los quales no cabe tener ex- | |
periencia de los muchos engaños de los | |
hombres. Sossegad, señora, y dormid - si po- | 30 |
P.15LAS DOS DONZELLAS
deys - lo poco que deue de quedar de la no- | |
che, que, en viniendo el dia, nos aconsejare- | |
mos los dos, y veremos que salida se podra | |
dar a vuestro remedio. " | |
Agradecioselo Teodosia lo mejor que supo, | 5 |
y procuró reposar vn rato, por dar lugar a que | |
el cauallero durmiesse, el qual no fue possible | |
sossegar vn punto, antes començo a bolcarse | |
por la cama y a suspirar de manera, que le fue | |
forçoso a Teodosia preguntarle que era lo que | 10 |
sentia; que si era alguna passion, a quien ella | |
pudiesse remediar, lo haria con la voluntad | |
misma que el a ella se le auia ofrecido. | |
A esto respondio el cauallero: "Puesto que | |
soys vos, señora, la que causa el desasossiego | 15 |
que en mi aueys sentido, no soys vos la que | |
podays remedialle, que, a serlo, no tuuiera | |
yo pena alguna. " | |
No pudo entender Teodosia adonde se en- | |
caminauan aquellas confusas razones; pero to- | 20 |
davia sospechó que alguna passion amorosa le | |
fatigaua, y aun penso ser ella la causa, y era | |
de sospechar y de pensar, pues la comodidad | |
del aposento, la soledad y la escuridad, y el | |
saber que era muger, no fuera mucho auer des- | 25 |
pertado en el algun mal pensamiento, y, teme- | |
rosa desto, se vistio con grande priesa y con | |
mucho silencio, y se ciñó su espada y daga, y | |
de aquella manera, sentada sobre la cama, es- | |
P.16NOVELAS EXEMPLARES
tuuo esperando el dia, que de alli a poco espa- | |
cio dio señal de su venida con la luz que en- | |
traua por los muchos lugares y entradas que | |
tienen los aposentos de los mesones y ventas. | |
Y lo mismo que Teodosia auia hecho el caua- | 5 |
llero, y apenas vio estrellado el aposento con | |
la luz del dia, quando se leuantó de la cama, | |
diziendo: | |
"Leuantaos, señora Teodosia, que yo quiero | |
acompañaros en esta jornada, y no dexaros | 10 |
de mi lado, hasta que como legitimo esposo | |
tengays en el vuestro a Marco Antonio, o que | |
el, o yo, perdamos las vidas, y aqui vereys la | |
obligacion y voluntad en que me ha puesto | |
vuestra desgracia." | 15 |
Y diziendo esto, abrio las ventanas y puer- | |
tas del aposento. | |
Estaua Teodosia desseando ver la claridad, | |
para ver con la luz que talle y parecer tenia | |
aquel con quien auia estado hablando toda la | 20 |
noche; mas quando le miró y le conocio, qui- | |
siera que jamas huuiera amanecido, sino que | |
alli, en perpetua noche, se le huuieran cerrado | |
los ojos, porque apenas huuo el cauallero buel- | |
to los ojos a mirarla - que tambien desseaua | 25 |
verla - quando ella conocio que era su her- | |
mano, de quien tanto se temia, a cuya vista | |
casi perdio la de sus ojos, y quedó suspensa | |
y muda, y sin color en el rostro. Pero sacando | |
del temor esfuerço, y del peligro discrecion, | 30 |
echando mano a la daga, la tomó por la punta | |
y se fue a hincar de rodillas delante de su | |
P.17LAS DOS DONZELLAS
hermano, diziendo, con voz turbada y teme- | |
rosa: | |
"Toma, señor y querido hermano mio, y | |
haz con este hierro el castigo del que he co- | |
metido, satisfaziendo tu enojo, que, para tan | 5 |
grande culpa como la mia, no es bien que nin- | |
guna misericordia me valga; yo confiesso mi | |
pecado, y no quiero que me sirua de disculpa | |
mi arrepentimiento; solo te suplico que la pena | |
sea de suerte que se estienda a quitarme la | 10 |
vida, y no la honra, que puesto que yo la he | |
puesto en manifiesto peligro, ausentandome de | |
casa de mis padres, todavia quedará en opi- | |
nion, si el castigo que me dieres fuere secreto. " | |
Mirauala su hermano, y aunque la soltura de | 15 |
su atreuimiento le incitaua a la vengança, las | |
palabras tan tiernas y tan eficazes con que ma- | |
nifestaua su culpa, le ablandaron de tal suer- | |
te las entrañas, que, con rostro agradable, y | |
semblante pazifico, la leuantó del suelo, y la | 20 |
consolo lo mejor que pudo y supo, diziendole, | |
entre otras razones, que por no hallar castigo | |
ygual a su locura, le suspendia por entonces; | |
y assi por esto, como por parecerle que aun | |
no auia cerrado la fortuna de todo en todo las | 25 |
puertas a su remedio, queria antes procurarsele | |
por todas las vias possibles, que no tomar ven- | |
gança del agrauio que de su mucha liuiandad | |
en el redundaua. | |
Con estas razones boluio Teodosia a cobrar | 30 |
P.18NOVELAS EXEMPLARES
los perdidos espiritus; tomó la color a su ros- | |
tro, y reuiuieron sus casi muertas esperanças. | |
No quiso mas don Rafael - que assi se lla- | |
maua su hermano -tratarle de su sucesso; solo | |
le dixo que mudasse el nombre de Teodosia | 5 |
en Teodoro, y que diessen luego la buelta a | |
Salamanca los dos juntos a buscar a Marco An- | |
tonio, puesto que el imaginaua que no estaua | |
en ella, porque, siendo su camarada, le huuiera | |
hablado, aunque podia ser que el agrauio que | 10 |
le auia hecho le enmudeciesse y le quitasse la | |
gana de verle. | |
Remitiose el nueuo Teodoro a lo que su | |
hermano quiso. Entró en esto el huesped, al | |
qual ordenaron que les diesse algo de al- | 15 |
morçar, porque querian partirse luego. | |
Entre tanto que el moço de mulas ensillaua, | |
y el almuerço venia, entró en el meson vn | |
hidalgo, que venia de camino, que de don | |
Rafael fue conocido luego. Conociale tambien | 20 |
Teodoro, y no ossó salir del aposento, por | |
no ser visto. Abraçaronse los dos, y preguntó | |
don Rafael al recien venido, que nueuas auia | |
en su lugar. | |
A lo qual respondio que el venia del Puerto | 25 |
de Santa Maria, adonde dexaua quatro galeras | |
de partida para Napoles, y que en ellas auia | |
visto embarcado a Marco Antonio Adorno, el | |
hijo de don Leonardo Adorno, con las quales | |
nueuas se holgo don Rafael, pareciendole que | 30 |
P.19LAS DOS DONZELLAS
pues tan sin pensar auia sabido nueuas de lo | |
que tanto le importaua, era señal que tendria | |
buen fin su sucesso. Rogole a su amigo que | |
trocasse con el quartago de su padre, que el | |
muy bien conocia, la mula que el traia, no di- | 5 |
ziendole que venia, sino que yua a Salaman- | |
ca, y que no queria lleuar tan buen quartago | |
en tan largo camino. | |
El otro, que era comedido y amigo suyo, se | |
contentó del trueco, y se encargó de dar el | 10 |
quartago a su padre. Almorçaron juntos, y | |
Teodoro solo, y llegado el punto de partirse, el | |
amigo tomó el camino de Cazalla, donde | |
tenia vna rica heredad. No partio don Rafael | |
con el, que por hurtarle el cuerpo le dixo que | 15 |
le conuenia boluer aquel dia a Seuilla; y assi | |
como le vio ydo, estando en orden las caual- | |
gaduras, hecha la cuenta, y pagado al huesped, | |
diziendo "A Dios" , se salieron de la posada, | |
dexando admirados a quantos en ella queda- | 20 |
uan de su hermosura y gentil disposicion, que | |
no tenia para hombre menor gracia, brio y | |
compostura don Rafael, que su hermana be- | |
lleza y donayre. Luego, en saliendo, conto don | |
Rafael a su hermana las nueuas que de Marco | 25 |
Antonio le auian dado, y que le parecia que, | |
con la diligencia possible, caminassen la buelta | |
de Barcelona, donde de ordinario suelen parar | |
algun dia las galeras que passan a Italia, o vie- | |
P.20NOVELAS EXEMPLARES
nen a España, y que si no huuiessen llegado, | |
podian esperarlas, y alli sin duda hallarian a | |
Marco Antonio. | |
Su hermana le dixo que hiziesse todo aque- | |
llo que mejor le pareciesse, porque ella no | 5 |
tenia mas voluntad que la suya. | |
Dixo don Rafael al moço de mulas que con- | |
sigo lleuaua, que tuuiesse paciencia, porque le | |
conuenia passar a Barcelona, assegurandole | |
la paga a todo su contento, del tiempo que | 10 |
con el anduuiesse. | |
El moço, que era de los alegres del oficio, y | |
que conocia que don Rafael era liberal, res- | |
pondio que hasta el cabo del mundo le acom- | |
pañaria y seruiria. | 15 |
Preguntó don Rafael a su hermana que di- | |
neros lleuaua. Respondio que no los tenia con- | |
tados, y que no sabia mas de que en el escri- | |
torio de su padre auia metido la mano siete o | |
ocho vezes, y sacadola llena de escudos de | 20 |
oro, y segun aquello, imaginó don Rafael que | |
podia lleuar hasta quinientos escudos, que con | |
otros dozientos que el tenia y vna cadena de | |
oro que lleuaua, le parecio no yr muy desaco- | |
modado; y mas persuadiendose que auia de | 25 |
hallar en Barcelona a Marco Antonio. | |
Con esto se dieron priessa a caminar, sin | |
perder jornada, y, sin acaescerles desman o | |
impedimento alguno, llegaron a dos leguas | |
de vn lugar, que esta nueue de Barcelona, que | 30 |
P.21LAS DOS DONZELLAS
se llama Ygualada. Auian sabido en el camino, | |
como vn cauallero que passaua por embaxador | |
a Roma, estaua en Barcelona esperando las | |
galeras, que aun no auian llegado, nueua que | |
les dio mucho contento. Con este gusto cami- | 5 |
naron hasta entrar en vn bosquezillo, que en | |
el camino estaua, del qual vieron salir vn hom- | |
bre corriendo, y mirando atras como espantado. | |
Pusosele don Rafael delante, diziendole: | |
"¿Por que huys, buen hombre? o ¿que cosa os | 10 |
ha acontezido, que con muestras de tanto | |
miedo os haze parecer tan ligero?" | |
"¿No quereys que corra apriessa, y con mie- | |
do" , respondio el hombre, "si por milagro me | |
he escapado de vna compañia de vandoleros | 15 |
que queda en esse bosque?" | |
"Malo" , dixo el moço de mulas, "malo ¡viue | |
Dios! ¿Vandoleritos a estas horas? ¡Para mi | |
santiguada, que ellos nos pongan como nue- | |
uos!" | 20 |
"No os congojeys, hermano" , replicó el | |
del bosque, "que ya los vandoleros se han ydo, | |
y han dexado atados a los arboles deste bosque | |
mas de treynta passageros, dexandolos en ca- | |
misa; a solo vn hombre dexaron libre, para | 25 |
que desatasse a los demas, despues que ellos | |
huuiessen traspuesto vna montañuela que le | |
dieron por señal. " | |
"Si esso es, " dixo Caluete - que assi se lla- | |
P.22NOVELAS EXEMPLARES
maua el moço de mulas -, "seguros podemos | |
passar, a causa que al lugar donde los vando- | |
leros hazen el salto, no bueluen por algunos | |
dias, y puedo assegurar esto, como aquel que | |
ha dado dos vezes en sus manos, y sabe de | 5 |
molde su vsança y costumbres. " | |
"Assi es" , dixo el hombre, lo qual, oydo por | |
don Rafael, determinó passar adelante, y no | |
anduuieron mucho, quando dieron en los ata- | |
dos, que passauan de quarenta, que los estaua | 10 |
desatando el que dexaron suelto. | |
Era estraño espectaculo el verlos, vnos des- | |
nudos del todo, otros vestidos con los vestidos | |
astrosos de los vandoleros; vnos llorando de | |
verse robados, otros riendo de ver los estra- | 15 |
ños trages de los otros; este contaua por me- | |
nudo lo que le lleuauan; aquel dezia que le pe- | |
saua mas de vna caxa de Agnus, que de Roma | |
traia, que de otras infinitas cosas que lleua- | |
uan. En fin, todo quanto alli passaua eran llan- | 20 |
tos y gemidos de los miserables despojados. | |
Todo lo qual mirauan, no sin mucho dolor, los | |
dos hermanos, dando gracias al cielo, que de | |
tan grande y tan cercano peligro los auia libra- | |
do. Pero lo que mas compassion les puso, espe- | 25 |
cialmente a Teodoro, fue ver al tronco de vna | |
enzina atado vn muchacho de edad al parecer | |
de diez y seys años, con sola la camisa y vnos | |
calçones de lienço; pero tan hermoso de rostro, | |
que forçaua y mouia a todos que le mirassen. | 30 |
Apeose Teodoro a desatarle, y el le agrade- | |
P.23LAS DOS DONZELLAS
ció con muy corteses razones el beneficio; y por | |
hazersele mayor, pidio a Caluete, el moço de | |
mulas, le prestasse su capa, hasta que en el | |
primer lugar comprassen otra para aquel gentil | |
mancebo. Diola Caluete, y Teodoro cubrio con | 5 |
ella al moço, preguntandole de donde era, de | |
donde venia, y a donde caminaua. | |
A todo esto estaua presente don Rafael, y el | |
moço respondió que era del Andaluzia, y de | |
vn lugar, que en nombrandole, vieron que no | 10 |
distaua del suyo sino dos leguas. Dixo que ve- | |
nia de Seuilla, y que su designio era passar a | |
Italia a prouar ventura en el exercicio de las | |
armas, como otros muchos españoles acostum- | |
brauan; pero que la suerte suya auia salido | 15 |
azar, con el mal encuentro de los vando- | |
leros, que le lleuauan vna buena cantidad de | |
dineros, y tales vestidos, que no se compraran | |
tan buenos con trezientos escudos; pero | |
que con todo esso pensaua proseguir su ca- | 20 |
mino, porque no venia de casta que se le auia | |
de elar al primer mal sucesso el calor de su | |
feruoroso desseo. | |
Las buenas razones del moço, junto con auer | |
oydo que era tan cerca de su lugar, y mas con | 25 |
la carta de recomendacion que en su hermosu- | |
ra traia, pusieron voluntad en los dos hermanos | |
de fauorecerle en quanto pudiessen. Y repar- | |
tiendo entre los que mas necessidad, a su pare- | |
cer, tenian, algunos dineros, especialmente | 30 |
P.24NOVELAS EXEMPLARES
entre frayles y clerigos, que auia mas de ocho, | |
hizieron, que subiesse el mancebo en la mula de | |
Caluete, y sin detenerse mas, en poco espacio | |
se pusieron en Ygualada, donde supieron que | |
las galeras el dia antes auian llegado a Barce- | 5 |
lona, y que de alli a dos dias se partirian, si | |
antes no les forçaua la poca seguridad de la | |
playa. Estas nueuas hizieron que la mañana | |
siguiente madrugassen antes que el sol, puesto | |
que aquella noche no la durmieron toda, sino | 10 |
con mas sobresalto de los dos hermanos que | |
ellos se pensaron, causado de que, estando a la | |
mesa, y con ellos el mancebo que auian des- | |
atado, Teodoro puso ahincadamente los ojos en | |
su rostro, y, mirandole algo curiosamente, le | 15 |
parecio que tenia las orejas horadadas; y en | |
esto, y en vn mirar vergonçoso que tenia, sos- | |
pechó que deuia de ser muger, y desseaua aca- | |
bar de cenar, para certificarse a solas de su | |
sospecha; y entre la cena le preguntó don Ra- | 20 |
fael, que cuyo hijo era, porque el conocia toda | |
la gente principal de su lugar, si era aquel que | |
auia dicho. A lo qual respondio el mancebo, | |
que era hijo de don Enrique de Cardenas, ca- | |
uallero bien conocido. | 25 |
A esto dixo don Rafael que el conocia bien | |
a don Enrique de Cardenas, pero que sabia y | |
tenia por cierto, que no tenia hijo alguno, mas | |
que si lo auia dicho por no descubrir sus pa- | |
dres, que no importaua, y que nunca mas se lo | 30 |
preguntaria. | |
"Verdad es" , replicó el moço, "que don En- | |
P.25LAS DOS DONZELLAS
rique no tiene hijos, pero tienelos vn hermano | |
suyo, que se llama don Sancho. " | |
"Esse tampoco" , respondio don Rafael, "tiene | |
hijos, sino vna hija sola, y aun dizen que es de | |
las mas hermosas donzellas que ay en la Anda- | 5 |
luzia; y esto no lo se mas de por fama, que, | |
aunque muchas vezes he estado en su lugar, | |
jamas la he visto. " | |
"Todo lo que, señor, dezis, es verdad" , res- | |
pondio el mancebo, "que don Sancho no tiene | 10 |
mas de vna hija, pero no tan hermosa como | |
su fama dize; y si yo dixe que era hijo de don | |
Enrique, fue porque me tuuiessedes, señores, | |
en algo, pues no lo soy, sino de vn | |
mayordomo de don Sancho, que ha muchos | 15 |
años que le sirue, y yo naci en su casa, y por | |
cierto enojo que di a mi padre, auiendole to- | |
mado buena cantidad de dineros, quise ve- | |
nirme a Italia, como os he dicho, y seguir el | |
camino de la guerra, por quien vienen, segun | 20 |
he visto, a hazerse illustres aun los de es- | |
curo linage. " | |
Todas estas razones, y el modo con que las | |
dezia, notaua atentamente Teodoro, y siempre | |
se yua confirmando en su sospecha. | 25 |
Acabose la cena, alçaron los manteles, y en | |
tanto que don Rafael se desnudaua, auiendole | |
dicho lo que del mancebo sospechaua, con su | |
parecer y licencia se apartó con el mancebo a | |
vn valcon de vna ancha ventana, que a la calle | 30 |
P.26NOVELAS EXEMPLARES
salia, y en el puestos los dos de pechos, Teo- | |
doro assi començo a hablar con el moço: | |
"Quisiera, señor Francisco" - que assi auia | |
dicho el que se llamaua -, "aueros hecho tan- | |
tas buenas obras, que os obligaran a no negar- | 5 |
me qualquiera cosa que pudiera, o quisiera pedi- | |
ros; pero el poco tiempo que ha que os conozco, | |
no ha dado lugar a ello; podria ser, que en el | |
que esta por venir, conociessedes lo que merece | |
mi desseo; y si al que aora tengo no gustaredes | 10 |
de satisfazer, no por esso dexaré de ser vuestro | |
seruidor, como lo soy tambien (que) antes | |
que os le descubra. Sepays, que aunque tengo | |
tan pocos años como los vuestros, tengo mas ex- | |
periencia de las cosas del mundo que ellos | 15 |
prometen, pues con ella he venido a sospechar | |
que vos no soys varon, como vuestro trage lo | |
muestra, sino muger, y tambien nacida, como | |
vuestra hermosura publica; y quiza tan des- | |
dichada como lo da a entender la mudança del | 20 |
trage, pues jamas tales mudanças son por bien | |
de quien las haze. Si es verdad lo que sospe- | |
cho, dezidmelo, que os juro, por la fe de caua- | |
llero que professo, de ayudaros y seruiros en | |
todo aquello que pudiere. De que no seays | 25 |
muger, no me lo podeys negar, pues por las | |
ventanas de vuestras orejas se vee esta verdad | |
bien clara; y aueys andado descuydada en | |
no cerrar y dissimular essos agujeros con algu- | |
P.27LAS DOS DONZELLAS
na cera encarnada, que pudiera ser que otro tan | |
curioso como yo, y no tan honrado, sacara | |
a luz lo que vos tan mal aueys sabido encubrir. | |
Digo, que no dudeys de dezirme quien soys, | |
con presupuesto que os ofrezco mi ayuda; yo | 5 |
os asseguro el secreto que quisieredes que | |
tenga. " | |
Con grande atencion estaua el mancebo es- | |
cuchando lo que Teodoro le dezia; y viendo | |
que ya callaua, antes que le respondiesse pala- | 10 |
bra, le tomó las manos, y llegandoselas a la | |
boca, se las besó por fuerça, y aun se las bañó | |
con gran cantidad de lagrimas, que de sus her- | |
mosos ojos derramaua, cuyo estraño sentimien- | |
to le causó en Teodoro de manera, que no pudo | 15 |
dexar de acompañarle en ellas - propia y natu- | |
ral condicion de mugeres principales, enterne- | |
cerse de los sentimientos y trabajos agenos -, | |
pero despues que con dificultad retiró sus | |
manos de la boca del mancebo, estuuo atenta | 20 |
a ver lo que le respondia; el qual, dando vn | |
profundo gemido, acompañado de muchos | |
suspiros, dixo: | |
"No quiero, ni puedo negaros, señor, que | |
vuestra sospecha no aya sido verdadera; mu- | 25 |
ger soy, y la mas desdichada que echaron | |
al mundo las mugeres; y pues las obras que | |
me aueys hecho y los ofrecimientos que me | |
hazeys, me obligan a obedezeros en quanto | |
me mandaredes, escuchad, que yo os dire | 30 |
P.28NOVELAS EXEMPLARES
quien soy, si ya no os cansa oyr agenas des- | |
uenturas. " | |
"En ellas viua yo siempre" , replicó Teodoro, | |
"si no llegue el gusto de saberlas, a la pena | |
que me daran el ser vuestras, que ya las | 5 |
voy sintiendo como propias mias. " | |
Y tornandole a abraçar y a hazer nueuos | |
y verdaderos ofrecimientos, el mancebo, algo | |
mas sossegado, començo a dezir estas razones: | |
"En lo que toca a mi patria, la verdad he | 10 |
dicho; en lo que toca a mis padres, no la dixe, | |
porque don Enrique no lo es, sino mi tio y su | |
hermano don Sancho, mi padre, que yo soy la | |
hija desuenturada que vuestro hermano dize | |
que don Sancho tiene, tan celebrada de her- | 15 |
mosa, cuyo engaño y desengaño se echa de | |
ver en la ninguna hermosura que tengo. Mi | |
nombre es Leocadia; la ocasion de la mudança | |
de mi trage oyreys aora: dos leguas de mi | |
lugar, esta otro de los mas ricos y nobles de la | 20 |
Andaluzia, en el qual viue vn principal caua- | |
llero, que trae su origen de los nobles y anti- | |
guos Adornos de Genoua. Este tiene vn hijo, | |
que, si no es que la fama se adelanta en sus ala- | |
banças, como en las mias, es de los gentiles | 25 |
hombres que dessearse pueden. Este, pues, | |
assi por la vezindad de los lugares, como por | |
ser aficionado al exercicio de la caça, como | |
mi padre, algunas vezes venia a mi casa, y | |
en ella se estaua cinco o seys dias, que todos, | 30 |
y aun parte de las noches, el y mi padre las | |
P.29LAS DOS DONZELLAS
passauan en el campo. Desta ocasion tomó la | |
fortuna, o el amor, o mi poca aduertencia, | |
la que fue bastante para derribarme de la alteza | |
de mis buenos pensamientos a la baxeza del | |
estado en que me veo. Pues auiendo mirado, | 5 |
mas de aquello que fuera licito a vna recatada | |
donzella, la gentileza y discrecion de Marco | |
Antonio, y considerado la calidad de su linage y | |
la mucha cantidad de los bienes que llaman | |
de fortuna que su padre tenia, me parecio | 10 |
que si le alcançaua por esposo, era toda la feli- | |
cidad que podia caber en mi desseo. Con este | |
pensamiento, le comence a mirar con mas cuy- | |
dado, y deuio de ser, sin duda, con mas descuy- | |
do, pues el vino a caer en que yo le miraua, y | 15 |
no quiso, ni le fue menester al traydor, otra | |
entrada para entrarse en el secreto de mi pecho | |
y robarme las mejores prendas de mi alma. | |
"Mas no se para que me pongo a contaros, | |
señor, punto por punto, las menudencias de | 20 |
mis amores, pues hazen tan poco al caso, sino | |
deziros de vna vez lo que el con muchas de | |
solicitud grangeó conmigo, que fue que, auien- | |
dome dado su fe y palabra, debaxo de grandes | |
y, a mi parecer, firmes y christianos jura- | 25 |
mentos, de ser mi esposo, me ofreci a que hi- | |
ziesse de mi todo lo que quisiesse; pero aun no | |
bien satisfecha de sus juramentos y palabras, | |
porque no se las lleuasse el viento, hize que | |
P.30NOVELAS EXEMPLARES
las escriuiesse en vna cedula, que el me dio fir- | |
mada de su nombre, con tantas circunstancias | |
y fuerças escrita, que me satisfizo. Recebida la | |
cedula, di traza como vna noche viniesse de | |
su lugar al mio y entrasse por las paredes de | 5 |
vn jardin a mi aposento, donde, sin sobresalto | |
alguno, podia coger el fruto que para el solo | |
estaua destinado. Llegose, en fin, la noche por | |
mi tan desseada..." | |
Hasta este punto auia estado callando Teo- | 10 |
doro, teniendo pendiente el alma de las palabras | |
de Leocadia, que con cada vna dellas le tras- | |
passaua el alma, especialmente quando oyo el | |
nombre de Marco Antonio y vio la peregrina | |
hermosura de Leocadia y consideró la gran- | 15 |
deza de su valor con la de su rara discrecion, | |
que bien lo mostraua en el modo de contar su | |
historia. | |
Mas quando llegó a dezir: "Llegó la noche | |
por mi tan desseada..." , estuuo por perder la | 20 |
paciencia, y, sin poder hazer otra cosa, le salteó | |
la razon, diziendo: | |
"¿Y bien?, assi como llegó essa felicissima | |
noche, ¿que hizo? ¿Entró, por dicha? ¿Gozas- | |
tesle? ¿Confirmó de nueuo la cedula? ¿Quedó | 25 |
contento en auer alcançado de vos lo que dezis | |
que era suyo? ¿Supolo vuestro padre? O, ¿en | |
que pararon tan honestos y sabios principios?" | |
"Pararon" , dixo Leocadia, "en ponerme de la | |
manera que veys, porque no le gozé, ni me | 30 |
gozó, ni vino al concierto señalado." | |
P.31LAS DOS DONZELLAS
Respiró con estas razones Teodosia, y detuuo | |
los espiritus, que poco a poco la yuan dexando, | |
estimulados y apretados de la rabiosa pestilen- | |
cia de los zelos, que, a mas andar, se le yuan | |
entrando por los huessos y medulas, para to- | 5 |
mar entera possession de su paciencia, mas no | |
la dexó tan libre, que no boluiesse a escuchar | |
con sobresalto lo que Leocadia prosiguio, di- | |
ziendo: | |
"No solamente no vino, pero de alli a ocho | 10 |
dias supe, por nueua cierta, que se auia ausen- | |
tado de su pueblo y lleuado de casa de sus | |
padres a vna donzella de su lugar, hija de vn | |
principal cauallero, llamada Teodosia, donze- | |
lla de estremada hermosura y de rara discre- | 15 |
cion; y, por ser de tan nobles padres, se supo | |
en mi pueblo el robo, y luego llegó a mis | |
oydos, y con el la fria y temida lança de los | |
zelos, que me passó el coraçon y me abrasó el | |
alma en fuego, tal, que en el se hizo ceniça | 20 |
mi honra y se consumio mi credito, se secó mi | |
paciencia y se acabó mi cordura. ¡Ay de mi!, | |
desdichada, que luego se me figuró en la ima- | |
ginación Teodosia mas hermosa que el sol y | |
mas discreta que la discrecion misma, y, sobre | 25 |
todo, mas venturosa que yo, sin ventura; lei | |
luego las razones de la cedula, vilas firmes y | |
valederas, y que no podian faltar en la fe que | |
publicauan; y aunque a ellas, como a cosa | |
sagrada, se acogiera mi esperança, en cayendo | 30 |
P.32NOVELAS EXEMPLARES
en la cuenta de la sospechosa compañia que | |
Marco Antonio lleuaua consigo, daua con todas | |
ellas en el suelo. Maltraté mi rostro, arranqué | |
mis cabellos, maldixe mi suerte, y lo que mas | |
sentia era no poder hazer estos sacrificios a | 5 |
todas horas, por la forçosa presencia de mi | |
padre. | |
"En fin, por acabar de quexarme sin impe- | |
dimento, o por acabar la vida, que es lo mas | |
cierto, determiné dexar la casa de mi padre. | 10 |
Y como, para poner por obra vn mal pensa- | |
miento, parece que la ocasion facilita y allana | |
todos los inconuenientes, sin temer alguno | |
hurté a vn page de mi padre sus vestidos y | |
a mi padre mucha cantidad de dineros, y vna | 15 |
noche, cubierta con su negra capa, sali de casa | |
y a pie caminé algunas leguas, y llegué a vn | |
lugar que se llama Osuna, y, acomodandome | |
en vn carro, de alli a dos dias entré en Seuilla, | |
que fue auer entrado en la seguridad possible | 20 |
para no ser hallada, aunque me buscassen. | |
Alli compré otros vestidos y vna mula, y con | |
vnos caualleros, que venian a Barcelona con | |
priessa, por no perder la comodidad de vnas | |
galeras que passauan a Italia, caminé hasta | 25 |
ayer, que me sucedio lo que ya aureys sabido | |
de los vandoleros, que me quitaron quanto | |
traia y, entre otras cosas, la joya que susten- | |
taua mi salud y aliuiaua la carga de mis traba- | |
jos, que fue la cedula de Marco Antonio, que | 30 |
pensaua con ella passar a Italia y, hallando a | |
P.33LAS DOS DONZELLAS
Marco Antonio, presentarsela por testigo de su | |
poca fe, y a mi por abono de mi mucha firme- | |
za, y hazer de suerte que me cumpliesse la pro- | |
messa. Pero, juntamente con esto, he conside- | |
rado que con facilidad negará las palabras que | 5 |
en vn papel estan escritas, el que niega las | |
obligaciones que deuian estar grauadas en el | |
alma, que, claro esta, que, si el tiene en su com- | |
pañia a la sin par Teodosia, no ha de querer | |
mirar a la desdichada Leocadia, aunque con | 10 |
todo esto pienso morir, o ponerme en la pre- | |
sencia de los dos, para que mi vista les turbe su | |
sossiego. No piense aquella enemiga de mi | |
descanso gozar tan a poca costa lo que es mio; | |
yo la buscaré, yo la hallaré, y yo la quitaré | 15 |
la vida, si puedo." | |
"Pues, ¿que culpa tiene Teodosia" , dixo Teo- | |
doro, "si ella quiza tambien fue engañada de | |
Marco Antonio, como vos, señora Leocadia, | |
lo aueys sido?" | 20 |
"¿Puede ser esso assi" , dixo Leocadia, "si se | |
la lleuó consigo? y, estando juntos los que bien | |
se quieren, ¿que engaño puede auer? Ninguno, | |
por cierto; ellos estan contentos, pues estan | |
juntos, ora esten, como suele dezirse, en los | 25 |
remotos y abrasados desiertos de Libia, o en | |
los solos y apartados de la elada Scitia. Ella le | |
goza, sin duda, sea donde fuere, y ella sola ha | |
de pagar lo que he sentido hasta que le halle." | |
"Podia ser que os engañassedes" , replicó | 30 |
Teodosia, "que yo conozco muy bien a essa | |
P.34NOVELAS EXEMPLARES
enemiga vuestra que dezis, y se de su condi- | |
cion y recogimiento que nunca ella se auentu- | |
raria a dexar la casa de sus padres, ni acudir | |
a la voluntad de Marco Antonio; y quando lo | |
huuiesse hecho, no conociendoos, ni sa- | 5 |
biendo cosa alguna de lo que con el teniades, | |
no os agrauió en nada, y donde no ay agrauio, | |
no viene bien la vengança." | |
"Del recogimiento" , dixo Leocadia, "no ay | |
que tratarme, que tan recogida y tan honesta | 10 |
era yo, como quantas donzellas hallarse pudie- | |
ran, y con todo esso hize lo que aueys oydo. | |
De que el la lleuasse, no ay duda; y de que | |
ella no me aya agrauiado, mirandolo sin pas- | |
sion, yo lo confiesso; mas el dolor que siento | 15 |
de los zelos, me la representa en la memoria, | |
bien assi como espada que atrauesada tengo | |
por mitad de las entrañas, y no es mucho que | |
como a instrumento que tanto me lastima, le | |
procure arrancar dellas y hazerle pedaços. | 20 |
Quanto mas, que prudencia es apartar de | |
nosotros las cosas que nos dañan, y es natural | |
cosa aborrecer las que nos hazen mal y aque- | |
llas que nos estoruan el bien." | |
"Sea como vos dezis, señora Leocadia" , res- | 25 |
pondio Teodosia, "que assi como veo que la | |
passion que sentis no os dexa hazer mas acer- | |
tados discursos, veo que no estays en tiempo | |
de admitir consejos saludables. De mi os se | |
P.35LAS DOS DONZELLAS
dezir lo que ya os he dicho, que os he de ayu- | |
dar y fauorecer en todo aquello que fuere justo | |
y yo pudiere; y lo mismo os prometo de mi | |
hermano, que su natural condicion y nobleza no | |
le dexarán hazer otra cosa. Nuestro camino | 5 |
es a Italia; si gustaredes venir con nosotros, ya | |
poco mas a menos sabeys el trato de nuestra | |
compañia; lo que os ruego es me deys licencia | |
que diga a mi hermano lo que se de vuestra | |
hazienda, para que os trate con el comedimien- | 10 |
to y respecto que se os deue, y para que se | |
obligue a mirar por vos, como es razon. Iunto | |
con esto, me parece no ser bien que mudeys | |
de trage; y si en este pueblo ay comodidad de | |
vestiros, por la mañana os compraré los vesti- | 15 |
dos mejores que huuiere y que mas os con- | |
uengan, y en lo demas de vuestras pretensio- | |
nes, dexad el cuydado al tiempo, que es gran | |
maestro de dar y hallar remedio a los casos | |
mas desesperados." | 20 |
Agradecio Leocadia a Teodosia, que ella | |
pensaua ser Teodoro, sus muchos ofrecimien- | |
tos, y diole licencia de dezir a su hermano todo | |
lo que quisiesse, suplicandole que no la desam- | |
parasse, pues veia a quantos peligros estaua | 25 |
puesta, si por muger fuesse conocida. Con esto | |
se despidieron y se fueron a acostar, Teodosia | |
al aposento de su hermano, y Leocadia a otro | |
que junto del estaua. No se auia aun dormido | |
P.36NOVELAS EXEMPLARES
don Rafael, esperando a su hermana, por saber | |
lo que le auia passado con el que pensaua ser | |
muger, y, en entrando, antes que se acostasse, | |
se lo preguntó; la qual, punto por punto, le | |
conto todo quanto Leocadia le auia dicho, cuya | 5 |
hija era, sus amores, la cedula de Marco Anto- | |
nio, y la intencion que lleuaua. | |
Admirose don Rafael, y dixo a su hermana: | |
"Si ella es la que dize, seos dezir, hermana, | |
que es de las mas principales de su lugar y | 10 |
vna de las mas nobles señoras de toda la An- | |
daluzia. Su padre es bien conocido del nues- | |
tro, y la fama que ella tenia de hermosa | |
corresponde muy bien a lo que aora vemos en | |
su rostro. Y lo que desto me parece es que de- | 15 |
uemos andar con recato, de manera que ella | |
no hable primero con Marco Antonio que nos- | |
otros, que me da algun cuydado la cedula que | |
dize que le hizo, puesto que la aya perdido; | |
pero sossegaos y acostaos, hermana, que para | 20 |
todo se buscará remedio." | |
Hizo Teodosia lo que su hermano la man- | |
daua en quanto al acostarse, mas en lo de | |
sossegarse no fue en su mano, que ya tenia | |
tomada possession de su alma la rabiosa en- | 25 |
fermedad de los zelos. ¡O quanto mas de lo que | |
ella era se le representaua en la imaginacion | |
la hermosura de Leocadia y la deslealtad de | |
Marco Antonio! ¡O quantas vezes leia, o | |
P.37LAS DOS DONZELLAS
fingia leer, la cedula que la auia dado! | |
¡Que de palabras y razones la añadia, que | |
la hazian cierta y de mucho efecto! ¡Quan- | |
tas vezes no creyo que se le auia perdido! ¡Y | |
quantas imaginó que sin ella Marco Antonio | 5 |
no dexara de cumplir su promessa, sin acor- | |
darse de lo que a ella estaua obligado! Passo- | |
sele en esto la mayor parte de la noche, sin | |
dormir sueño. Y no la passó con mas descanso | |
don Rafael, su hermano, porque assi como | 10 |
oyo dezir quien era Leocadia, assi se le abrasó | |
el coraçon en sus amores, como si de mu- | |
cho antes para el mismo efeto la huuiera | |
comunicado; que esta fuerça tiene la hermo- | |
sura, que, en vn punto, en vn momento, lleua | 15 |
tras si el desseo de quien la mira [y] la | |
conoce: y quando descubre o promete alguna | |
via de alcançarse y gozarse, enciende con po- | |
derosa vehemencia el alma de quien la con- | |
templa, bien assi del modo y facilidad con que | 20 |
se enciende la seca y dispuesta poluora con | |
qualquiera centella que la toca. | |
No la imaginaua atada al arbol, ni vestida | |
en el roto trage de varon, sino en el suyo de | |
muger, y en casa de sus padres ricos y de tan | 25 |
principal y rico linage como ellos eran. No | |
detenia, ni queria detener el pensamiento en | |
la causa que la auia traydo a que la conociesse; | |
P.38NOVELAS EXEMPLARES
desseaua que el dia llegasse, para proseguir | |
su jornada y buscar a Marco Antonio, no tanto | |
para hazerle su cuñado, como para estoruar | |
que no fuesse marido de Leocadia, y ya le | |
tenian el amor y el zelo de manera, que to- | 5 |
mara por buen partido ver a su hermana sin | |
el remedio que le procuraua, y a Marco An- | |
tonio sin vida, a trueco de no verse sin es- | |
perança de alcançar a Leocadia, la qual espe- | |
rança ya le yua prometiendo felize su- | 10 |
cesso en su desseo, o ya por el camino de la | |
fuerça, o por el de los regalos y buenas obras, | |
pues para todo le daua lugar el tiempo y la | |
ocasion. Con esto, que el a si mismo se pro- | |
metia, se sossegó algun tanto, y de alli a poco | 15 |
se dexó venir el dia, y ellos dexaron las ca- | |
mas, y llamando don Rafael al huesped, le | |
preguntó si auia comodidad en aquel pueblo | |
para vestir a vn page a quien los vandoleros | |
auian desnudado. | 20 |
El huesped dixo que el tenia vn vestido ra- | |
zonable que vender; truxole, y vinole bien a | |
Leocadia; pagole don Rafael, y ella se le vistio | |
y se ciñó vna espada y vna daga con tanto | |
donayre y brio, que en aquel mismo trage sus- | 25 |
pendio los sentidos de don Rafael y dobló los | |
zelos en Teodosia. | |
Ensilló Caluete, y a las ocho del dia partie- | |
ron para Barcelona, sin querer subir por en- | |
tonces al famoso monasterio de Monserrat, | 30 |
P.39LAS DOS DONZELLAS
dexandolo para quando Dios fuese seruido | |
de boluerlos con mas sossiego a su patria. | |
No se podra contar buenamente los | |
pensamientos que los dos hermanos lleuauan, | |
ni con quan diferentes animos los dos yuan | 5 |
mirando a Leocadia, desseandola Teodosia la | |
muerte, y don Rafael la vida, entrambos zelo- | |
sos y apassionados; Teodosia buscando tachas | |
que ponerla, por no desmayar en su esperança; | |
don Rafael hallandole perfecciones, que de | 10 |
punto en punto le obligauan a mas amarla. Con | |
todo esto, no se descuydaron de darse priesa, | |
de modo que llegaron a Barcelona poco antes | |
que el sol se pusiesse. Admiroles el hermoso si- | |
tio de la ciudad, y la estimaron por flor de las | 15 |
bellas ciudades del mundo, honra de España, | |
temor y espanto de los circunuezinos y aparta- | |
dos enemigos, regalo y delicia de sus morado- | |
res, amparo de los estrangeros, escuela de la | |
caualleria, exemplo de lealtad, y satisfacion de | 20 |
todo aquello que de vna grande, famosa, rica y | |
bien fundada ciudad puede pedir vn discreto y | |
curioso desseo. | |
En entrando en ella, oyeron grandissimo | |
ruydo, y vieron correr gran tropel de gente con | 25 |
grande alboroto, y preguntando la causa de | |
aquel ruydo y mouimiento, les respondieron | |
que la gente de las galeras, que estauan en la | |
playa, se auia rebuelto y trabado con la de | |
P.40NOVELAS EXEMPLARES
la ciudad. Oyendo lo qual don Rafael, quiso yr | |
a ver lo que passaua, aunque Caluete le dixo | |
que no lo hiziesse, por no ser cordura yrse a | |
meter en vn manifiesto peligro, que el sabia | |
bien quan mal librauan los que en tales pen- | 5 |
dencias se metian, que eran ordinarias en aque- | |
lla ciudad, quando a ella llegauan galeras. No | |
fue bastante el buen consejo de Caluete para | |
estoruar a don Rafael la yda, y assi le siguie- | |
ron todos, y, en llegando a la marina, vieron | 10 |
muchas espadas fuera de las vaynas, y mucha | |
gente acuchillandose sin piedad alguna. Con | |
todo esto, sin apearse, llegaron tan cerca, que | |
distintamente veian los rostros de los que | |
peleauan, porque aun no era puesto el sol. Era | 15 |
infinita la gente que de la ciudad acudia, y | |
mucha la que de las galeras se desembar- | |
caua, puesto que el que las traia a cargo, | |
que era vn cauallero valenciano, llamado don | |
Pedro Vique, desde la popa de la galera ca- | 20 |
pitana amenazaua a los que se auian embar- | |
cado en los esquifes, para yr a socorrer a los | |
suyos. Mas viendo que no aprouechauan sus | |
vozes, ni sus amenazas, hizo boluer las proas | |
de las galeras a la ciudad y disparar vna pieça | 25 |
sin vala, señal de que, si no se apartassen, otra | |
no yria sin ella. | |
En esto estaua don Rafael atentamente mi- | |
rando la cruel y bien trabada riña, y vio y | |
P.41LAS DOS DONZELLAS
notó que de parte de los que mas se señala- | |
uan de las galeras, lo hazia gallardamente vn | |
mancebo de hasta veynte y dos o pocos mas | |
años, vestido de verde, con vn sombrero de la | |
misma color, adornado con vn rico trenzillo, | 5 |
al parecer de diamantes; la destreza con que el | |
moço se combatia, y la vizarria del vestido, | |
hazia que boluiessen a mirarle todos quantos la | |
pendencia mirauan: y de tal manera le miraron | |
los ojos de Teodosia y de Leocadia, que am- | 10 |
bas a vn mismo punto y tiempo dixeron: | |
"¡Valame Dios, o yo no tengo ojos, o aquel | |
de lo verde es Marco Antonio!" | |
Y en diziendo esto, con gran ligereza sal- | |
taron de las mulas, y poniendo mano a sus | 15 |
dagas y espadas, sin temor alguno se entraron | |
por mitad de la turba, y se pusieron la vna a | |
vn lado, y la otra al otro de Marco Antonio | |
- que el era el mancebo de lo verde, que se | |
ha dicho -. | 20 |
"No temays" , dixo assi como llegó Leoca- | |
dia, "señor Marco Antonio, que a vuestro lado | |
teneys quien os hara escudo con su propia | |
vida, por defender la vuestra." | |
"¿Quien lo duda" , replicó Teodosia, "estan- | 25 |
do yo aqui?" | |
Don Rafael, que vio y oyo lo que passaua, | |
las siguio assimismo, y se puso de su parte. | |
Marco Antonio, ocupado en ofender y defen- | |
P.42NOVELAS EXEMPLARES
derse, no aduirtio en las razones que las dos le | |
dixeron, antes, cebado en la pelea, hazia cosas, | |
al parecer, increybles. | |
Pero como la gente de la ciudad por momen- | |
tos crecia, fueles forçoso a los de las galeras | 5 |
retirarse, hasta meterse en el agua. Retirauase | |
Marco Antonio de mala gana, y a su mismo | |
compas se yuan retirando a sus lados las dos | |
valientes y nueuas Bradamante y Marfisa, o | |
Hipolita y Pantasilea. En esto vino vn caua- | 10 |
llero catalan de la famosa familia de los Cardo- | |
nas, sobre vn poderoso cauallo, y poniendo- | |
se en medio de las dos partes, hazia retirar los | |
de la ciudad, los quales le tuuieron respecto | |
en conociendole. Pero algunos, desde lexos, ti- | 15 |
rauan piedras a los que ya se yuan acogiendo al | |
agua: y quiso la mala suerte que vna acertasse | |
en la sien a Marco Antonio, con tanta furia, | |
que dio con el en el agua, que ya le daua a la | |
rodilla; y apenas Leocadia le vio caydo, quan- | 20 |
do se abraçó con el, y le sostuuo en sus bra- | |
ços, y lo mismo hizo Teodosia. | |
Estaua don Rafael vn poco desuiado, defen- | |
diendose de las infinitas piedras que sobre el | |
llouian; y queriendo acudir al remedio de su | 25 |
alma y al de su hermana y cuñado, el caualle- | |
ro catalan se le puso delante, diziendole: "Sos- | |
segaos, señor, por lo que deueys a buen sol- | |
dado, y hazedme merced de poneros a mi lado, | |
que yo os libraré de la insolencia y demasia | 30 |
deste desmandado vulgo." | |
P.43LAS DOS DONZELLAS
"¡A señor" , respondio don Rafael, "dexadme | |
passar, que veo en gran peligro puestas las co- | |
sas que en esta vida mas quiero!" | |
Dexole passar el cauallero, mas no llegó tan | |
a tiempo que ya no huuiessen recogido en el | 5 |
esquife de la galera capitana a Marco Antonio | |
y a Leocadia, que jamas le dexó de los braços; | |
y queriendose embarcar con ellos Teodosia, o | |
ya fuesse por estar cansada, o por la pena de | |
auer visto herido a Marco Antonio, o por ver | 10 |
que se yua con el su mayor enemiga, no tuuo | |
fuerças para subir en el esquife, y, sin duda ca- | |
yera desmayada en el agua, si su hermano no | |
llegara a tiempo de socorrerla, el qual no sin- | |
tio menor pena de ver que con Marco Antonio | 15 |
se yua Leocadia, que su hermana auia sentido | |
- que ya tambien el auia conocido a Marco | |
Antonio -. | |
El cauallero catalan, aficionado de la gentil | |
presencia de don Rafael y de su hermana- que | 20 |
por hombre tenia - los llamó desde la orilla y | |
les rogo que con el se viniessen; y ellos, for- | |
çados de la necessidad, y temerosos de que la | |
gente, que aun no estaua pazifica, les hizies- | |
se algun agrauio, huuieron de aceptar la oferta | 25 |
que se les hazia. El cauallero se apeó, y toman- | |
dolos a su lado, con la espada desnuda passó | |
por medio de la turba alborotada, rogandoles | |
que se retirassen, y assi lo hizieron. | |
Miró don Rafael a todas partes, por ver si ve- | 30 |
ria a Caluete con las mulas, y no le vio, a cau- | |
P.44NOVELAS EXEMPLARES
sa que el, assi como ellos se apearon, las ante- | |
cogio y se fue a vn meson, donde solia posar | |
otras vezes. | |
Llegó el cauallero a su casa, que era vna de | |
las principales de la ciudad, y preguntando a | 5 |
don Rafael en qual galera venia, le respondio | |
que en ninguna, pues auia llegado a la ciudad | |
al mismo punto que se començaua la penden- | |
cia, y que por auer conocido en ella al caua- | |
llero que lleuaron herido de la pedrada en el | 10 |
esquife, se auia puesto en aquel peligro, y que | |
le suplicasse diesse orden como sacassen a | |
tierra al herido, que en ello le importaua el con- | |
tento y la vida. | |
"Esso hare yo de buena gana" , dixo el caua- | 15 |
llero, "y se que me le dara seguramente el | |
general, que es principal cauallero, y pariente | |
mio." | |
Y sin detenerse mas, boluio a la galera, y ha- | |
lló que estauan curando a Marco Antonio, y | 20 |
la herida que tenia era peligrosa, por ser en la | |
sien yzquierda, y dezir el cirujano ser de | |
peligro; alcançó con el general se le diesse para | |
curarle en tierra, y puesto con gran tiento en | |
el esquife, le sacaron, sin quererle dexar Leo- | 25 |
cadia, que se embarcó con el como en segui- | |
miento del norte de su esperança. | |
En llegando a tierra, hizo el cauallero traer de | |
su casa vna silla de manos, donde le lleuassen. | |
P.45LAS DOS DONZELLAS
En tanto que esto passaua, auia embiado don | |
Rafael a buscar a Caluete, que en el meson es- | |
taua con cuydado de saber lo que la suerte | |
auia hecho de sus amos; y quando supo que | |
estauan buenos, se alegró en estremo, y vino a | 5 |
donde don Rafael estaua. | |
En esto llegaron el señor de la casa, Marco | |
Antonio y Leocadia, y a todos aloxó en ella | |
con mucho amor y magnificiencia. Ordenó lue- | |
go como se llamasse vn cirujano famoso de la | 10 |
ciudad, para que de nueuo curasse a Marco | |
Antonio; vino, pero no quiso curarle hasta otro | |
dia, diziendo que siempre los cirujanos de los | |
exercitos y armadas eran muy experimentados, | |
por los muchos heridos que a cada paso te- | 15 |
nian entre las manos, y assi no conuenia curarle | |
hasta otro dia. Lo que ordenó, fue le pusiessen | |
en vn aposento abrigado, donde le dexassen | |
sossegar. Llegó en aquel instante el cirujano | |
de las galeras, y dio cuenta al de la ciudad | 20 |
de la herida, y de como la auia curado, y del | |
peligro que de la vida, a su parecer, tenia el | |
herido, con lo qual se acabó de enterar el de | |
la ciudad que estaua bien curado, y ansimis- | |
mo, segun la relacion que se le auia hecho, | 25 |
exageró el peligro de Marco Antonio. | |
Oyeron esto Leocadia y Teodosia, con aquel | |
sentimiento que si oyeran la sentencia de su | |
muerte, mas por no dar muestras de su dolor, | |
le reprimieron y callaron, y Leocadia determi- | 30 |
P.46NOVELAS EXEMPLARES
nó de hazer lo que le pareció conuenir para | |
satisfacion de su honra: y fue que, assi como | |
se fueron los cirujanos, se entró en el aposen- | |
to de Marco Antonio, y delante del señor de | |
la casa, de don Rafael, Teodosia, y de otras | 5 |
personas, se llegó a la cabezera del herido, y, | |
assiendole de la mano, le dixo estas razones: | |
"No estays en tiempo, señor Marco Antonio | |
Adorno, en que se puedan ni deuan gastar con | |
vos muchas palabras, y assi solo querria que | 10 |
me oyessedes algunas, que conuienen, si no | |
para la salud de vuestro cuerpo, conuendran | |
para la de vuestra alma, y para deziroslas es | |
menester que me deys licencia y me aduir- | |
tays si estays con sujeto de escucharme, que no | 15 |
seria razon, que auiendo yo procurado desde el | |
punto que os conoci no salir de vuestro gusto, | |
en este instante, que le tengo por el postrero, | |
seros causa de pesadumbre." | |
A estas razones, abrio Marco Antonio los | 20 |
ojos, y los puso atentamente en el rostro de | |
Leocadia, y auiendola casi conocido, mas por | |
el organo de la voz que por la vista, con voz | |
debilitada y doliente, le dixo: | |
"Dezid, señor, lo que quisieredes, que no es- | 25 |
toy tan al cabo que no pueda escucharos, ni | |
essa voz me es tan desagradable, que me cause | |
fastidio el oyrla." | |
Atentissima estaua a todo este coloquio | |
Teodosia, y cada palabra que Leocadia dezia, | 30 |
P.47LAS DOS DONZELLAS
era vna aguda saeta que le atrauesaua el | |
coraçon, y aun el alma de don Rafael, que assi- | |
mismo la escuchaua. | |
Y prosiguiendo Leocadia, dixo: | |
"Si el golpe de la cabeça - o, por mejor de- | 5 |
zir, el que a mi me han dado en el alma - no | |
os ha lleuado, señor Marco Antonio, de la me- | |
moria, la imagen de aquella que poco tiempo ha | |
que vos deziades ser vuestra gloria y vuestro | |
cielo, bien os deueys acordar quien fue Leoca- | 10 |
dia, y qual fue la palabra que le distes, firmada | |
en vna cedula de vuestra mano y letra, ni se os | |
aura oluidado el valor de sus padres, la entereza | |
de su recato y honestidad, y la obligacion en | |
que le estays, por auer acudido a vuestro gusto | 15 |
en todo lo que quisistes. Si esto no se os ha | |
oluidado, aunque me veays en este trage tan | |
diferente, conocereys con facilidad que yo soy | |
Leocadia, que, temerosa que nueuos aciden- | |
tes y nueuas ocasiones no me quitassen lo | 20 |
que tan justamente es mio, assi como supe que | |
de vuestro lugar os auiades partido, atropellan- | |
do por infinitos inconuenientes, determiné se- | |
guiros en este habito, con intencion de buscaros | |
por todas las partes de la tierra, hasta hallaros; | 25 |
de lo qual no os deueys marauillar, si es que | |
alguna vez aueys sentido hasta donde llegan | |
las fuerças de vn amor verdadero y la rabia | |
de vna muger engañada. Algunos trabajos he | |
P.48NOVELAS EXEMPLARES
passado en esta mi demanda, todos los qua- | |
les los juzgo y tengo por descanso con el des- | |
cuento que han traydo de veros, que puesto | |
que esteys de la manera que estays, si fuere | |
Dios seruido de lleuaros desta a mejor vida, | 5 |
con hazer lo que deueys a quien soys antes de | |
la partida, me juzgaré por mas que dichosa, | |
prometiendoos, como os prometo, de darme tal | |
vida despues de vuestra muerte, que bien poco | |
tiempo se passe sin que os siga en esta vltima | 10 |
y forçosa jornada; y assi os ruego, primeramen- | |
te por Dios - a quien mis desseos y intentos | |
van encaminados -, luego por vos, que deueys | |
mucho a ser quien soys, vltimamente por mi, a | |
quien deueys mas que a otra persona del mun- | 15 |
do, que aqui luego me recibays por vuestra | |
legitima esposa, no permitiendo haga la justi- | |
ticia lo que con tantas veras y obligaciones la | |
razon os persuade." | |
No dixo mas Leocadia, y, todos los que en la | 20 |
sala estauan, guardaron vn marauilloso silen- | |
cio, en tanto que estuuo hablando, y con el | |
mismo silencio esperauan la respuesta de Mar- | |
co Antonio, que fue esta: | |
"No puedo negar, señora, el conoceros, que | 25 |
vuestra voz y vuestro rostro no consentiran | |
que lo niegue. Tampoco puedo negar lo mucho | |
que os deuo, ni el gran valor de vuestros pa- | |
dres, junto con vuestra incomparable honesti- | |
dad y recogimiento; ni os tengo, ni os tendre | 30 |
en menos por lo que aueys hecho, en venirme | |
a buscar en trage tan diferente del vuestro; | |
P.49LAS DOS DONZELLAS
antes por esto os estimo y estimaré en el mayor | |
grado que ser pueda. Pero, pues mi corta suerte | |
me ha traydo a termino, como vos dezis, que | |
creo que sera el postrero de mi vida, y son los | |
semejantes trances los apurados de las verda- | 5 |
des, quiero deziros vna verdad, que, si no os | |
fuere aora de gusto, podria ser que despues os | |
fuesse de prouecho. | |
"Confiesso, hermosa Leocadia, que os quise | |
bien y me quisistes, y juntamente con esto, con- | 10 |
fiesso que la cedula que os hize, fue mas por | |
cumplir con vuestro desseo que con el mio, por- | |
que antes que la firmasse con muchos dias tenia | |
entregada mi voluntad y mi alma a otra donze- | |
lla de mi mismo lugar, que vos bien conoceys, | 15 |
llamada Teodosia, hija de tan nobles padres | |
como los vuestros; y si a vos os di cedula fir- | |
mada de mi mano, a ella le di la mano firmada | |
y acreditada con tales obras y testigos, que que- | |
dé impossibilitado de dar mi libertad a otra | 20 |
persona en el mundo. Los amores que con vos | |
tuue, fueron de passatiempo, sin que dellos al- | |
cançasse otra cosa sino las flores que vos sa- | |
beys, las quales no os ofendieron, ni pueden | |
ofender en cosa alguna. Lo que con Teodosia | 25 |
me passó, fue alcançar el fruto que ella pudo | |
darme, y yo quise que me diesse, con fe y se- | |
guro de ser su esposo, como lo soy. Y si a ella | |
y a vos os dexé en vn mismo tiempo, a vos | |
suspensa y engañada, y a ella temerosa, y a su | 30 |
parecer sin honra, hizelo con poco discurso, y | |
con juyzio de moço, como lo soy, creyendo | |
P.50NOVELAS EXEMPLARES
que todas aquellas cosas eran de poca impor- | |
tancia, y que las podia hazer sin escrupulo al- | |
guno; con otros pensamientos que entonces me | |
vinieron y solicitaron lo que queria hazer, que | |
fue venirme a Italia, y emplear en ella algunos | 5 |
de los años de mi juuentud, y despues boluer | |
a ver lo que Dios auia hecho de vos y de mi | |
verdadera esposa. Mas doliendose de mi el | |
cielo, sin duda creo que ha permitido poner- | |
me de la manera que me veys, para que, con- | 10 |
fessando estas verdades, nacidas de mis mu- | |
chas culpas, pague en esta vida lo que deuo, y | |
vos quedeys desengañada y libre para hazer lo | |
que mejor os pareciere. Y si en algun tiempo | |
Teodosia supiere mi muerte, sabra de vos, y de | 15 |
los que estan presentes, como en la muerte le | |
cumpli la palabra que le di en la vida. Y si en | |
el poco tiempo que de ella me queda, señora | |
Leocadia, os puedo seruir en algo, dezidmelo, | |
que como no sea recebiros por esposa, pues no | 20 |
puedo, ninguna otra cosa dexaré de hazer, que | |
a mi sea possible, por daros gusto." | |
En tanto que Marco Antonio dezia estas ra- | |
zones, tenia la cabeça sobre el codo, y, en | |
acabandolas, dexó caer el braço, dando mues- | 25 |
tras que se desmayaua. | |
Acudio luego don Rafael, y, abraçandole es- | |
trechamente; le dixo: | |
"Bolued en vos, señor mio, y abraçad a vues- | |
tro amigo y a vuestro hermano, pues vos que- | 30 |
reys que lo sea; conoced a don Rafael, vuestro | |
camarada, que sera el verdadero testigo de | |
P.51LAS DOS DONZELLAS
vuestra voluntad, y de la merced que a su her- | |
mana quereys hazer, con admitirla por vuestra." | |
Boluio en si Marco Antonio, y al momen- | |
to conocio a don Rafael, y, abraçandole estre- | |
chamente, y besandole en el rostro, le dixo: | 5 |
"Aora digo, hermano y señor mio, que la | |
suma alegria que he recebido en veros, no pue- | |
de traer menos descuento que vn pesar gran- | |
dissimo, pues se dize que tras el gusto se sigue | |
la tristeza; pero yo dare por bien empleada | 10 |
qualquiera que me viniere, a trueco de auer | |
gustado del contento de veros." | |
"Pues yo os le quiero hazer mas cumplido" , | |
replicó don Rafael, "con presentaros esta joya, | |
que es vuestra amada esposa" , y buscando a | 15 |
Teodosia, la halló llorando detras de toda la | |
gente, suspensa y atonita entre el pesar y la | |
alegria, por lo que veia y por lo que auia oydo | |
dezir. | |
Assiola su hermano de la mano, y ella, sin | 20 |
hazer resistencia, se dexó lleuar donde el qui- | |
so, que fue ante Marco Antonio, que la cono- | |
ció y se abraçó con ella, llorando los dos tier- | |
nas y amorosas lagrimas. Admirados quedaron | |
quantos en la sala estauan, viendo tan estraño | 25 |
acontecimiento; mirauanse vnos a otros, sin | |
hablar palabra, esperando en que auian de parar | |
aquellas cosas. Mas la desengañada y sin ven- | |
tura Leocadia, que vio por sus ojos lo que Mar- | |
co Antonio hazia, y vio al que pensaua ser | 30 |
hermano de don Rafael en braços del que te- | |
P.52NOVELAS EXEMPLARES
nia por su esposo, viendo junto con esto bur- | |
lados sus desseos y perdidas sus esperanças, se | |
hurtó de los ojos de todos, que atentos esta- | |
uan mirando lo que el enfermo hazia con el | |
page que abraçado tenia, y se salio de la sala | 5 |
o aposento, y en vn instante se puso en la | |
calle, con intencion de yrse desesperada por el | |
mundo, o adonde gentes no la viessen. | |
Mas apenas auia llegado a la calle, quando | |
don Rafael la echó menos, y, como si le faltara | 10 |
el alma, preguntó por ella, y nadie le supo dar | |
razon donde se auia ydo; y assi, sin esperar | |
mas, desesperado salio a buscarla, y acudio | |
adonde le dixeron que possaua Caluete, por | |
si auia ydo alla a procurar alguna caualgadura | 15 |
en que yrse; y no hallandola alli, andaua como | |
loco por las calles buscandola, y de vnas par- | |
tes a otras, y pensando si por ventura se auia | |
buelto a las galeras, llegó a la marina, y vn | |
poco antes que llegasse, oyo que a grandes vo- | 20 |
zes llamauan desde tierra el esquife de la ca- | |
pitana, y conocio que quien las daua era la | |
hermosa Leocadia, la qual, rezelosa de algun | |
desman, sintiendo pasos a sus espaldas, em- | |
puñó la espada, y esperó apercebida que llegas- | 25 |
se don Rafael, a quien ella luego conocio, y le | |
pesó de que la huuiesse hallado, y mas en par- | |
te tan sola, que ya ella auia entendido, por mas | |
de vna muestra que don Rafael le auia dado, | |
que no la queria mal, sino tambien, que toma- | 30 |
P.53LAS DOS DONZELLAS
ra por buen partido que Marco Antonio la qui- | |
siera otro tanto. | |
¿Con que razones podre yo dezir aora las que | |
don Rafael dixo a Leocadia declarandole su | |
alma, que fueron tantas, y tales, que no me | 5 |
atreuo a escriuirlas?; mas pues es forçoso dezir | |
algunas, las que, entre otras, le dixo, fueron | |
estas: | |
"Si con la ventura que me falta, me faltasse | |
aora ¡o hermosa Leocadia! el atreuimiento de | 10 |
descubriros los secretos de mi alma, quedaria | |
enterrada, en los senos del perpetuo oluido, la | |
mas enamorada y honesta voluntad que ha | |
nacido, ni puede nacer en vn enamorado pe- | |
cho. Pero por no hazer este agrauio a mi justo | 15 |
desseo, vengame lo que viniere, quiero, seño- | |
ra, que aduirtays, si es que os da lugar vuestro | |
arrebatado pensamiento, que en ninguna cosa | |
se me auentaja Marco Antonio, si no es en el | |
bien de ser de vos querido. Mi linage es tan | 20 |
bueno como el suyo, y en los bienes que llaman | |
de fortuna no me haze mucha ventaja; en los de | |
naturaleza [no] conuiene que me alabe, | |
y mas si a los ojos vuestros no son de estima. | |
Todo esto digo, apassionada señora, porque | 25 |
tomeys el remedio y el medio que la suerte os | |
ofrece en el estremo de vuestra desgracia. Ya | |
veys que Marco Antonio no puede ser vuestro, | |
porque el cielo le hizo de mi hermana, y el mis- | |
mo cielo, que oy os ha quitado a Marco Anto- | 30 |
nio, os quiere hazer recompensa conmigo, que | |
P.54NOVELAS EXEMPLARES
no desseo otro bien en esta vida que entregar- | |
me por esposo vuestro. Mirad que el buen su- | |
cesso esta llamando a las puertas del malo, que | |
hasta aora aueys tenido; y no penseys que el | |
atreuimiento que aueys mostrado en buscar a | 5 |
Marco Antonio, ha de ser parte para que no os | |
estime y tenga en lo que merecierades, si nun- | |
ca le huuierades tenido, que en la hora que | |
quiero y determino ygualarme con vos, eligien- | |
doos por perpetua señora mia, en aquella mis- | 10 |
ma se me ha de oluidar, y ya se me ha oluida- | |
do, todo quanto en esto he sabido y visto; que | |
bien se que las fuerças que a mi me han força- | |
do a que tan de rondon y a rienda suelta me | |
disponga a adoraros y a entregarme por vues- | 15 |
tro, essas mismas os han traydo a vos al es- | |
tado en que estays, y assi no aura necessidad | |
de buscar disculpa, donde no ha auido yerro al- | |
guno." | |
Callando estuuo Leocadia a todo quanto don | 20 |
Rafael le dixo, sino que, de quando en quando, | |
daua vnos profundos suspiros, salidos de lo | |
intimo de sus entrañas. | |
Tuuo atreuimiento don Rafael de tomarle | |
vna mano, y ella no tuuo esfuerço para estor- | 25 |
uarselo, y assi, besandosela muchas vezes, le | |
dezia: | |
"Acabad, señora de mi alma, de serlo del | |
todo a vista destos estrellados cielos que nos | |
cubren, y deste sossegado mar que nos escu- | 30 |
cha, y destas bañadas arenas que nos sustentan. | |
Dadme ya el si, que sin duda conuiene tanto | |
P.55LAS DOS DONZELLAS
a vuestra honra, como a mi contento. Bueluoos | |
a dezir que soy cauallero, como vos sabeys, y | |
rico, y que os quiero bien - que es lo que mas | |
aueys de estimar -, y que, en cambio de halla- | |
ros sola, y en trage que desdize mucho del de | 5 |
vuestra honra, lexos de la casa de vuestros pa- | |
dres y parientes, sin persona que os acuda a lo | |
que menester huuieredes, y sin esperança de | |
alcançar lo que buscauades, podeys boluer a | |
vuestra patria en vuestro propio, honrado y ver- | 10 |
dadero trage, acompañada de tan buen esposo | |
como el que vos supistes escogeros, rica, con- | |
tenta, estimada y seruida, y aun loada de to- | |
dos aquellos a cuya noticia llegaren los su- | |
cessos de vuestra historia. Si esto es assi, como | 15 |
lo es, no se en que estays dudando. Acabad | |
- que otra vez os lo digo - de leuantarme del | |
suelo de mi miseria al cielo del mereceros, que | |
en ello hareys por vos misma, y cumplireys | |
con las leyes de la cortesia y del buen cono- | 20 |
cimiento, mostrandoos en vn mismo punto agra- | |
decida y discreta. | |
"Ea, pues" , dixo; a esta sazon la dudosa Leo- | |
cadia, "pues assi lo ha ordenado el cielo, y no | |
es en mi mano, ni en la de viuiente alguno, | 25 |
oponerse a lo que el determinado tiene, haga- | |
se lo que el quiere y vos quereys, señor mio; | |
y sabe el mismo cielo con la verguença que | |
vengo a condecender con vuestra voluntad, no | |
porque no entienda lo mucho que en obede- | 30 |
ceros gano, sino porque temo que, en cumplien- | |
do vuestro gusto, me aueys de mirar con otros | |
P.56NOVELAS EXEMPLARES
ojos de los que quiza hasta agora, mi- | |
randome, os han engañado. Mas sea como fue- | |
re, que en fin el nombre de ser muger legitima | |
de don Rafael de Villauicencio no se podia per- | |
der; y con este titulo solo viuire contenta. Y | 5 |
si las costumbres que en mi vieredes, despues | |
de ser vuestra, fueren parte para que me esti- | |
meys en algo, dare al cielo las gracias de auer- | |
me traydo por tan estraños rodeos y por tantos | |
males a los bienes de ser vuestra. Dadme, se- | 10 |
ñor don Rafael, la mano de ser mio, y veys | |
aqui os la doy de ser vuestra, y siruan de tes- | |
tigos los que vos dezis: el cielo, la mar, las are- | |
nas, y este silencio, solo interrumpido de | |
mis suspiros y de vuestros ruegos." | 15 |
Diziendo esto, se dexó abraçar, y le dio la | |
mano, y don Rafael le dio la suya, celebrando | |
el noturno y nueuo desposorio solas las lagri- | |
mas que el contento, a pesar de la passada | |
tristeza, sacaua de sus ojos. Luego se boluie- | 20 |
ron a casa del cauallero, que estaua con gran- | |
dissima pena de su falta, y lo mismo tenian | |
Marco Antonio y Teodosia, los quales ya por | |
mano de clerigo estauan desposados; que a | |
persuasion de Teodosia, temerosa que algun | 25 |
contrario acidente no le turbasse el bien que | |
auia hallado, el cauallero embió luego por quien | |
los desposasse, de modo que, quando don Ra- | |
P.57LAS DOS DONZELLAS
fael y Leocadia entraron, y don Rafael conto lo | |
que con Leocadia le auia sucedido, assi les | |
aumentó el gozo, como si ellos fueran sus cer- | |
canos parientes, que es condicion natural y | |
propia de la nobleza catalana saber ser amigos | 5 |
y fauorecer a los estrangeros que dellos tienen | |
necessidad alguna. | |
El sacerdote, que presente estaua, ordenó | |
que Leocadia mudasse el habito, y se vistiesse | |
en el suyo; y el cauallero acudio a ello con pres- | 10 |
teza, vistiendo a las dos de dos ricos vesti- | |
dos de su muger, que era vna principal señora, | |
del linage de los Granolleques, famoso y an- | |
tiguo en aquel reyno. Auisó al cirujano - quien | |
por caridad se dolia del herido - como hablaua | 15 |
mucho y no le dexauan solo, el qual vino y | |
ordenó lo que primero, que fue que le dexassen | |
en silencio. Pero Dios, que assi lo tenia orde- | |
nado, tomando por medio e instrumento de sus | |
obras - quando a nuestros ojos quiere hazer | 20 |
alguna marauilla - lo que la misma naturaleza | |
no alcança, ordenó que el alegria y poco silen- | |
cio que Marco Antonio auia guardado, fuesse | |
parte para mejorarle, de manera, que otro dia, | |
quando le curaron, le hallaron fuera de peli- | 25 |
gro; y de alli a catorze se leuantó tan sano, que | |
sin temor alguno se pudo poner en ca- | |
mino. Es de saber que, en el tiempo que Marco | |
Antonio estuuo en el lecho, hizo voto, si Dios | |
le sanasse, de yr en romeria a pie a Santiago | 30 |
P.58NOVELAS EXEMPLARES
de Galizia, en cuya promessa le acompañaron | |
don Rafael, Leocadia y Teodosia, y aun Calue- | |
te, el moço de mulas - obra pocas vezes vsada | |
de los de oficios semejantes -. Pero la bondad | |
y llaneza que auia conocido en don Rafael, le | 5 |
obligó a no dexarle, hasta que boluiesse a su | |
tierra; y viendo que auian de yr a pie, como | |
peregrinos, embio las mulas a Salamanca, con | |
la que era de don Rafael, que no faltó con quien | |
embiarlas. | 10 |
Llegose, pues, el dia de la partida, y, acomo- | |
dados de sus esclauinas, y de todo lo necessa- | |
rio, se despidieron del liberal cauallero, que | |
tanto les auia fauorecido y agasajado, cuyo | |
nombre era don Sancho de Cardona, illustrissi- | 15 |
mo por sa[n]gre, y famoso por su persona; | |
ofrecieronsele todos de guardar perpetuamente | |
ellos y sus decendientes, a quien se lo dexa- | |
rian mandado, la memoria de las mercedes tan | |
singulares del recebidas, para agradezelles | 20 |
siquiera, ya que no pudiessen seruirlas. | |
Don Sancho los abraçó a todos, diziendoles | |
que de su natural condicion nacia hazer aque- | |
llas obras, o otras que fuessen buenas, a todos | |
los que conocia o imaginaua ser hidalgos cas- | 25 |
tellanos. Reyteraronse dos vezes los abraços, | |
y con alegria, mezclada con algun sentimiento | |
triste, se despidieron, y caminando con la co- | |
modidad que permitia la delicadeza de las dos | |
P.59LAS DOS DONZELLAS
nueuas peregrinas, en tres dias llegaron a Mon- | |
serrat, y estando alli otros tantos, haziendo lo | |
que a buenos y catholicos christianos de- | |
uian, con el mismo espacio boluieron a su cami- | |
no; y sin sucederles reues ni desman alguno, | 5 |
llegaron a Santiago. Y despues de cumplir su | |
voto con la mayor deuocion que pudieron, no | |
quisieron dexar el habito de peregrinos hasta | |
entrar en sus casas, a las quales llegaron poco a | |
poco, descansados y contentos; mas antes que | 10 |
llegassen, estando a vista del lugar de Leoca- | |
dia - que, como se ha dicho, era vna legua del | |
de Teodosia - desde encima de vn recuesto los | |
descubrieron a entrambos, sin poder encubrir | |
las lagrimas que el contento de verlos les | 15 |
truxo a los ojos, a lo menos a las dos desposa- | |
das, que con su vista renouaron la memoria de | |
los passados sucessos. | |
Descubriase desde la parte donde estauan | |
vn ancho valle, que los dos pueblos diuidia, en | 20 |
el qual vieron a la sombra de vn oliuo vn dis- | |
puesto cauallero, sobre vn poderoso cauallo, | |
con vna blanquissima adarga en el braço yz- | |
quierdo, y vna gruesa y larga lança terciada en | |
el derecho; y, mirandole con atencion, vieron | 25 |
que assimismo por entre vnos oliuares venian | |
otros dos caualleros con las mismas armas, y | |
con el mismo donayre y apostura, y de alli a | |
poco, vieron que se juntaron todos tres, y, auien- | |
P.60NOVELAS EXEMPLARES
do estado vn pequeño espacio juntos, se apar- | |
taron, y vno de los que a lo vltimo auian ve- | |
nido, se apartó con el que estaua primero deba- | |
xo del oliuo, los quales, poniendo las espuelas | |
a los cauallos, arremetieron el vno al otro con | 5 |
muestras de ser mortales enemigos, començan- | |
do a tirarse brauos y diestros botes de lança, | |
ya hurtando los golpes, ya recogiendolos en las | |
adargas con tanta destreza, que dauan bien a | |
entender ser maestros en aquel exercicio. | 10 |
El tercero los estaua mirando, sin mouerse de | |
vn lugar; mas no pudiendo don Rafael sufrir es- | |
tar tan lexos, mirando aquella tan reñida y sin- | |
gular batalla, a todo correr baxó del recuesto, | |
siguiendole su hermana y su esposa, y en poco | 15 |
espacio se puso junto a los dos combatientes, | |
a tiempo que ya los dos caualleros andauan | |
algo heridos; y auiendosele caydo al vno el | |
sombrero, y con el vn casco de azero, al bol- | |
uer el rostro, conocio don Rafael ser su padre, | 20 |
y Marco Antonio conocio que el otro era el | |
suyo. Leocadia, que con atencion auia mira- | |
do al que no se combatia, conocio que era el | |
padre que la auia engendrado, de cuya vista | |
todos quatro suspensos, atonitos, y fuera de si | 25 |
quedaron; pero dando el sobresalto lugar al | |
discurso de la razon, los dos cuñados, sin dete- | |
nerse, se pusieron en medio de los que pelea- | |
uan, diziendo a vozes: "No mas, caualleros, no | |
mas, que los que esto os piden y suplican son | 30 |
P.61LAS DOS DONZELLAS
vuestros propios hijos; yo soy Marco Antonio, | |
padre y señor mio" , dezia Marco Antonio: | |
"yo soy aquel por quien, a lo que imagino, | |
estan vuestras canas venerables puestas en este | |
riguroso tranze; templad la furia, y arrojad | 5 |
la lança, o boluedla contra otro enemigo, que | |
el que teneys delante ya de oy mas ha de ser | |
vuestro hermano." | |
Casi estas mismas razones dezia don Rafael | |
a su padre, a las quales se detuuieron los caua- | 10 |
lleros, y atentamente se pusieron a mirar a los | |
que se las dezian, y boluiendo la cabeça, vie- | |
ron que don Enrique, el padre de Leocadia, | |
se auia apeado, y estaua abraçado con el que | |
pensauan ser peregrino: y era que Leocadia se | 15 |
auia llegado a el, y dandosele a conocer le | |
rogo que pusiesse en paz a los que se comba- | |
tian, contandole en breues razones como don | |
Rafael era su esposo, y Marco Antonio lo era de | |
Teodosia. | 20 |
Oyendo esto su padre, se apeó, y la tenia | |
abraçada, como se ha dicho; pero, dexandola, | |
acudio a ponerlos en paz, aunque no fue me- | |
nester, pues ya los dos auian conocido a sus | |
hijos, y estauan en el suelo, teniendolos abra- | 25 |
çados, llorando todos lagrimas de amor y de | |
contento nacidas. Iuntaronse todos, y boluie- | |
ron a mirar a sus hijos, y no sabian que dezir- | |
se. Atentauanles los cuerpos, por ver si eran | |
P.62NOVELAS EXEMPLARES
fantasticos, que su improuisa llegada esta y | |
otras sospechas engendraua; pero, desengaña- | |
dos algun tanto, boluieron a las lagrimas y a | |
los abraços. | |
Y en esto assomó por el mismo valle gran | 5 |
cantidad de gente armada, de a pie y de a ca- | |
uallo, los quales venian a defender al caualle- | |
ro de su lugar. Pero como llegaron, y los | |
vieron abraçados de aquellos peregrinos, y pre- | |
ñados los ojos de lagrimas, se apearon y ad- | 10 |
miraron, estando suspensos, hasta tanto que | |
don Enrique les dixo breuemente lo que Leo- | |
cadia, su hija, le auia contado. | |
Todos fueron a abraçar a los peregrinos con | |
muestras de contento, tales, que no se pueden | 15 |
encarecer. Don Rafael de nueuo conto a todos, | |
con la breuedad que el tiempo requeria, todo | |
el sucesso de sus amores, y de como venia ca- | |
sado con Leocadia, y su hermana Teodosia con | |
Marco Antonio, nueuas que de nueuo causaron | 20 |
nueua alegria. Luego, de los mismos cauallos | |
de la gente que llegó al socorro, tomaron los | |
que huuieron menester para los cinco peregri- | |
nos, y acordaron de yrse al lugar de Marco An- | |
tonio, ofreciendoles su padre de hazer alli las | 25 |
bodas de todos; y con este parecer se partieron, | |
y algunos de los que se auian hallado presen- | |
tes, se adelantaron a pedir albricias a los pa- | |
rientes y amigos de los desposados. En el ca- | |
mino supieron don Rafael y Marco Antonio la | 30 |
causa de aquella pendencia, que fue, que el | |
padre de Teodosia y el de Leocadia auian de- | |
P.63LAS DOS DONZELLAS
safiado al padre de Marco Antonio, en razon | |
de que el auia sido sabidor de los engaños de | |
su hijo, y auiendo venido los dos, y hallando- | |
le solo, no quisieron combatirse con alguna | |
ventaja, sino vno a vno, como caualleros, cuya | 5 |
pendencia parara en la muerte de vno, o en la | |
de entrambos, si ellos no huuieran llegado. | |
Dieron gracias a Dios los quatro peregrinos | |
del sucesso felize, y otro dia, despues que | |
llegaron, con real y esplendida magnificencia y | 10 |
sumptuoso gasto, hizo celebrar el padre de Mar- | |
co Antonio las bodas de su hijo y Teodosia, y | |
las de don Rafael y de Leocadia, los quales luen- | |
gos y felizes años viuieron en compañia de | |
sus esposas, dexando de si illustre genera- | 15 |
cion y decendencia, que hasta oy dura en estos | |
dos lugares, que son de los mejores de la An- | |
daluzia; y si no se nombran, es por guardar el | |
decoro a las dos donzellas, a quien quiza | |
las lenguas maldizientes, o neciamente escru- | 20 |
pulosas, les [haran] cargo de la ligereza | |
de sus desseos y del subito mudar de trages, a | |
los quales ruego que no se arrojen a vituperar | |
semejantes libertades, hasta que miren en si | |
si alguna vez han sido tocados destas que | 25 |
llaman flechas de Cupido, que en efeto es | |
vna fuerça, si assi se puede llamar, incontras- | |
table, que haze el apetito a la razon. | |
P.64NOVELAS EXEMPLARES
Caluete, el moço de mulas, se quedó con la | |
que de don Rafael auia embiado a Salamanca, | |
y con otras muchas dadiuas que los dos des- | |
posados le dieron; y los poetas de aquel tiem- | |
po tuuieron ocasion donde emplear sus plumas, | 5 |
exagerando la hermosura y los sucessos de las | |
dos tan atreuidas, quanto honestas donzellas, | |
sugeto principal deste estraño sucesso. |