TEXTOS ELECTRÓNICOS / ELECTRONIC TEXTS |
OBRAS COMPLETAS de Miguel de Cervantes. Ediciones publicadas por Rudolph Schevill y Adolfo Bonilla. Madrid: Gráficas Reunidas, 1914-1944 |
NOVELAS EJEMPLARES/Tomo II/La fuerça de la sangre |
NOVELA de la Fuerça de la sangre.
Vna noche de las calurosas del verano, bol- | |
uian de recrearse del rio en Toledo vn anciano | |
hidalgo con su muger, vn niño pequeño, vna | |
hija de edad de diez y seys años, y vna criada. | |
La noche era clara, la hora las onze, el camino | 5 |
solo, y el paso tardo, por no pagar con can- | |
sancio la pension que traen consigo las holgu- | |
ras que en el rio o en la vega se toman en To- | |
ledo. Con la seguridad que promete la mucha | |
justicia y bien inclinada gente de aquella ciu- | 10 |
dad, venia el buen hidalgo con su honrada fami- | |
lia, lexos de pensar en desastre que sucederles | |
pudiesse. Pero como las mas de las desdichas | |
que vienen no se piensan, contra todo su pen- | |
samiento les sucedio vna que les turbó la hol- | 15 |
gura y les dio que llorar muchos años. | |
Hasta veynte y dos tendria vn cauallero de | |
aquella ciudad, a quien la riqueza, la sangre | |
illustre, la inclinacion torzida, la libertad de- | |
masiada y las compañias libres, le hazian hazer | 20 |
cosas y tener atreuimientos que desdezian de | |
su calidad y le dauan renombre de atreuido. |
P.2NOVELAS EXEMPLARES
Este cauallero pues, que por aora, por bue- | |
nos respectos encubriendo su nombre, le lla- | |
maremos con el de Rodolfo, con otros quatro | |
amigos suyos, todos moços, todos alegres y to- | |
dos insolentes, baxaua por la misma cuesta que | 5 |
el hidalgo subia. Encontraronse los dos esqua- | |
drones, el de las ouejas con el de los lobos; y, | |
con deshonesta desemboltura, Rodolfo y sus ca- | |
maradas, cubiertos los rostros, miraron los de | |
la madre y de la hija y de la criada. | 10 |
Alborotose el viejo, y reprocholes y afeoles | |
su atreuimiento; ellos le respondieron con mue- | |
cas y burla, y, sin desmandarse a mas, passaron | |
adelante. | |
Pero la mucha hermosura del rostro que auia | 15 |
visto Rodolfo, que era el de Leocadia, que assi | |
quieren que se llamasse la hija del hidalgo, co- | |
menço de tal manera a imprimirsele en la me- | |
moria, que le lleuó tras si la voluntad y des- | |
perto en el vn desseo de gozarla, a pesar de | 20 |
todos los inconuenientes que sucederle pudies- | |
sen; y en vn instante comunicó su pensamien- | |
to con sus camaradas, y en otro instante se re- | |
soluieron de boluer y robarla, por dar gusto a | |
Rodolfo; que siempre los ricos que dan en libe- | 25 |
rales hallan quien canonize sus desafueros y | |
califique por buenos sus malos gustos. Y assi, | |
el nacer el mal proposito, el comunicarle, y el | |
aprouarle y el determinarse de robar a Leoca- | |
dia, y el robarla, casi todo fue en vn punto. | 30 |
Pusieronse los pañiçuelos en los rostros, y |
P.3LA FUERÇA DE LA SANGRE
desembaynadas las espadas, boluieron, y a po- | |
cos pasos alcançaron a los que no auian aca- | |
bado de dar gracias a Dios, que de las manos | |
de aquellos atreuidos les auia librado. | |
Arremetio Rodolfo con Leocadia, y, cogien- | 5 |
dola en braços, dio a huyr con ella, la qual no | |
tuuo fuerças para defenderse, y el sobresalto le | |
quitó la voz para quexarse, y aun la luz de los | |
ojos, pues, desmayada y sin sentido, ni vio | |
quien la lleuaua, ni adonde la lleuauan. | 10 |
Dio vozes su padre, gritó su madre, lloró su | |
hermanico, arañose la criada; pero ni las vozes | |
fueron oydas, ni los gritos escuchados, ni mo- | |
uio a compassion el llanto, ni los araños fueron | |
de prouecho alguno, porque todo lo cubria la | 15 |
soledad del lugar, y el callado silencio de la | |
noche, y las crueles entrañas de los malhecho- | |
res. Finalmente, alegres se fueron los vnos, y | |
tristes se quedaron los otros. | |
Rodolfo llegó a su casa sin impedimento al- | 20 |
guno, y los padres de Leocadia llegaron a la | |
suya lastimados, afligidos y desesperados. Cie- | |
gos, sin los ojos de su hija, que eran la lumbre | |
de los suyos; solos, porque Leocadia era su | |
dulce y agradable compañia; confusos, sin sa- | 25 |
ber si seria bien dar noticia de su desgracia a | |
la justicia, temerosos no fuessen ellos el princi- | |
pal instrumento de publicar su deshonra. Veian- | |
se necessitados de fauor, como hidalgos po- | |
bres; no sabian de quien quexarse, sino de su | 30 |
corta ventura. Rodolfo en tanto, sagaz y astuto, | |
tenia ya en su casa y en su aposento a Leoca- |
P.4NOVELAS EXEMPLARES
dia, a la qual, puesto que sintio que yua des- | |
mayada, quando la lleuaua, la auia cubierto | |
los ojos con vn pañuelo, porque no viesse las | |
calles por donde la lleuaua, ni la casa, ni el | |
aposento donde estaua, en el qual, sin ser visto | 5 |
de nadie, a causa que el tenia vn quarto apar- | |
te en la casa de su padre, que aun viuia, y te- | |
nia de su estancia la llave y las de todo el | |
quarto, inaduertencia de padres, que quieren | |
tener sus hijos recogidos, antes que de su des- | 10 |
mayo boluiesse Leocadia, auia cumplido su | |
desseo Rodolfo, que los impetus no castos de | |
la mocedad, pocas vezes, o ninguna, reparan | |
en comodidades y requisitos que mas los in- | |
citen y leuanten. Ciego de la luz del entendi- | 15 |
miento, a escuras robó la mejor prenda de Leo- | |
cadia, y como los pecados de la sensualidad | |
por la mayor parte no tiran mas alla la barra | |
del termino del cumplimiento dellos, quisiera | |
luego Rodolfo que de alli se desapareciera | 20 |
Leocadia, y le vino a la imaginacion de po- | |
nella en la calle, assi desmayada como | |
estaua; y yendolo a poner en obra, sintio que | |
boluia en si, diziendo: "¿Adonde estoy, desdi- | |
chada? ¿que escuridad es esta? ¿que tinieblas | 25 |
me rodean? ¿estoy en el limbo de mi inocen- | |
cia, o en el infierno de mis culpas? ¡Iesus!, | |
¿quien me toca? ¿yo en cama, yo lastimada? ¿es- | |
cuchasme, madre y señora mia? ¿oyesme, |
P.5LA FUERÇA DE LA SANGRE
querido padre? ¡Ay, sin ventura de mi, que bien | |
aduierto que mis padres no me escuchan y | |
que mis enemigos me tocan! Venturosa seria | |
yo, si esta escuridad durasse para siempre, sin | |
que mis ojos boluiessen a ver la luz del mundo, | 5 |
y que este lugar donde aora estoy, qualquiera | |
que el se fuesse, siruiesse de sepultura a mi | |
honra, pues es mejor la deshonra que se igno- | |
ra, que la honra que esta puesta en opinion de | |
las gentes. Ya me acuerdo, que nunca yo me | 10 |
acordara, que ha poco que venia en la compa- | |
ñia de mis padres; ya me acuerdo que me sal- | |
tearon; ya me imagino y veo que no es bien | |
que me vean las gentes. ¡O tu, qualquiera que | |
seas que aqui estas conmigo", y en esto tenia | 15 |
assido de las manos a Rodolfo, "si es que tu | |
alma admite genero de ruego alguno, te ruego | |
que, ya que has triunfado de mi fama, triunfes | |
tambien de mi vida; quitamela al momento, que | |
no es bien que la tenga la que no tiene honra! | 20 |
Mira que el rigor de la crueldad, que has vsado | |
conmigo en ofenderme, se templará con la pie- | |
dad que vsarás en matarme; y assi, en vn mis- | |
mo punto, vendras a ser cruel y piadoso". | |
Confuso dexaron las razones de Leocadia a | 25 |
Rodolfo, y, como moço poco experimentado, ni | |
sabia que dezir, ni que hazer, cuyo silencio ad- | |
miraua mas a Leocadia, la qual con las manos | |
procuraua desengañarse si era fantasma o | |
sombra la que con ella estaua. | 30 |
P.6NOVELAS EXEMPLARES
Pero como tocaua cuerpo, y se le acordaua | |
de la fuerça que se le auia hecho viniendo con | |
sus padres, caia en la verdad del cuento de su | |
desgracia. | |
Y, con este pensamiento, tornó a anudar | 5 |
las razones que los muchos sollozos y suspiros | |
auian interrumpido, diziendo: "Atreuido | |
mancebo, que de poca edad hazen tus hechos | |
que te juzgue, yo te perdono la ofensa que me | |
has hecho, con solo que me prometas y jures | 10 |
que, como la has cubierto con esta escuridad, la | |
cubriras con perpetuo silencio, sin dezirla a na- | |
die. Poca recompensa te pido de tan grande | |
agrauio; pero para mi sera la mayor que yo sa- | |
bre pedirte ni tu querras darme. Aduierte en que | 15 |
yo nunca he visto tu rostro, ni quiero vertele; | |
porque ya que se me acuerde de mi ofensa, no | |
quiero acordarme de mi ofensor, ni guardar en | |
la memoria la imagen del autor de mi daño; | |
entre mi y el cielo passarán mis quexas, sin | 20 |
querer que las oyga el mundo, el qual no juzga | |
por los sucessos las cosas, sino conforme a el | |
se le assienta en la estimacion. No se como te | |
digo estas verdades, que se suelen fundar en | |
la experiencia de muchos casos y en el dis- | 25 |
curso de muchos años, no llegando los mios a | |
diez y siete; por do me doy a entender que el | |
dolor de vna misma manera ata y desata la len- | |
gua del afligido: vnas vezes exagerando su mal, |
P.7LA FUERÇA DE LA SANGRE
para que se le crean; otras vezes no diziendole, | |
por que no se le remedien. De qualquiera ma- | |
nera, que yo calle o hable, creo que he de mo- | |
uerte a que me creas o que me remedies, pues | |
el no creerme sera ignorancia, y el [no] re- | 5 |
mediarme, impossible de tener algun aliuio; no | |
quiero desesperarme, porque te costará poco el | |
darmele, y es este; mira no aguardes ni confies | |
que el discurso del tiempo temple la justa | |
saña que contra ti tengo, ni quieras amontonar | 10 |
los agrauios mientras menos me gozares, y | |
auiendome ya gozado, menos se encenderan | |
tus malos desseos. Haz cuenta que me ofendis- | |
te por accidente, sin dar lugar a ningun buen | |
discurso; yo la hare de que no naci en el mun- | 15 |
do, o que si naci, fue para ser desdichada. Pon- | |
me luego en la calle, o a lo menos junto a la | |
yglesia mayor, porque desde alli bien sabre | |
boluerme a mi casa. Pero tambien has de jurar | |
de no seguirme, ni saberla, ni preguntarme el | 20 |
nombre de mis padres, ni el mio, ni de mis pa- | |
rientes, que a ser tan ricos como nobles, no | |
fueran en mi tan desdichados. Respondeme a | |
esto, y si temes que te pueda conocer en la | |
habla, hagote saber que, fuera de mi padre y de | 25 |
mi confessor, no he hablado con hombre algu- | |
no en mi vida, y a pocos he oydo hablar con | |
tanta comunicacion, que pueda distinguirles | |
por el sonido de la habla." | |
La respuesta que dio Rodolfo a las discretas | 30 |
P.8NOVELAS EXEMPLARES
razones de la lastimada Leocadia, no fue otra | |
que abraçarla, dando muestras que queria bol- | |
uer a confirmar en el su gusto y en ella su | |
deshonra. | |
Lo qual visto por Leocadia, con mas fuerças | 5 |
de las que su tierna edad prometian, se defen- | |
dio con los pies, con las manos, con los dientes | |
y con la lengua, diziendole: "Haz cuenta, tray- | |
dor y desalmado hombre, quien quiera que | |
seas, que los despojos que de mi has lleuado | 10 |
son los que podiste tomar de vn tronco o de | |
vna coluna sin sentido, cuyo vencimiento y | |
triunfo ha de redundar en tu infamia y menos- | |
precio. Pero el que aora pretendes, no le has de | |
alcançar sino con mi muerte. Desmayada me | 15 |
pisaste y aniquilaste, mas aora que tengo brios, | |
antes podras matarme que vencerme, que si | |
aora, despierta, sin resistencia, concediesse con | |
tu abominable gusto, podrias imaginar que | |
mi desmayo fue fingido quando te atreuiste a | 20 |
destruyrme." | |
Finalmente, tan gallarda y porfiadamente se | |
resistio Leocadia, que las fuerças y los desseos | |
de Rodolfo se enflaquezieron, y como la inso- | |
lencia que con Leocadia auia vsado, no tuuo | 25 |
otro principio que de vn impetu lasciuo, del | |
qual nunca nace el verdadero amor, que per- | |
manece, en lugar del impetu, que se passa, que- | |
da, si no el arrepentimiento, a lo menos vna | |
tibia voluntad de segundalle. | 30 |
P.9LA FUERÇA DE LA SANGRE
Frio, pues, y cansado Rodolfo, sin hablar pa- | |
labra alguna, dexó a Leocadia en su cama y en | |
casa, y, cerrando el aposento, se fue a buscar | |
a sus camaradas, para aconsejarse con ellos de | |
lo que hazer deuia. | 5 |
Sintio Leocadia que quedaua sola y encerra- | |
da, y, leuantandose del lecho, anduuo todo el | |
aposento, tentando las paredes con las manos, | |
por ver si hallaua puerta por do yrse o ventana | |
por do arrojarse; halló la puerta, pero bien ce- | 10 |
rrada, y topó vna ventana, que pudo abrir, | |
por donde entró el resplandor de la Luna, tan | |
claro, que pudo distinguir Leocadia las colores | |
de vnos damascos que el aposento adornauan. | |
Vio que era dorada la cama, y tan ricamente | 15 |
compuesta, que mas parecia lecho de principe, | |
que de algun particular cauallero. Conto las si- | |
llas y los escritorios; notó la parte donde la | |
puerta estaua, y, aunque vio pendientes de las | |
paredes algunas tablas, no pudo alcançar a ver | 20 |
las pinturas que contenian. La ventana era | |
grande, guarnecida, y guardada de vna gruessa | |
reja; la vista caia a vn jardin, que tambien se | |
cerraua con paredes altas, dificultades que se | |
opusieron a la intencion que de arrojarse a | 25 |
la calle tenia. Todo lo que vio y notó de la ca- | |
pazidad y ricos adornos de aquella estancia, le | |
dio a entender que el dueño della deuia de ser | |
hombre principal y rico, y no como quiera, sino | |
auentajadamente. En vn escritorio, que estaua | 30 |
junto a la ventana, y vio vn cruzifixo pequeño, | |
P.10NOVELAS EXEMPLARES
todo de plata, el qual tomó y se le puso en la | |
manga de la ropa, no por deuocion ni por hur- | |
to, sino lleuada de vn discreto designio suyo. | |
Hecho esto, cerro la ventana como antes estaua | |
y boluiose al lecho, esperando que fin tendria | 5 |
el mal principio de su sucesso. | |
No auria passado, a su parecer, media hora, | |
quando sintio abrir la puerta del aposento y | |
que a ella se llegó vna persona, y, sin hablarle | |
palabra, con vn pañuelo le vendó los ojos, y, | 10 |
tomandola del braço, la sacó fuera de la estan- | |
cia, y sintio que boluia a cerrar la puerta. Esta | |
persona era Rodolfo, el qual, aunque auia ydo | |
a buscar a sus camaradas, no quiso hallarlas, | |
pareciendole que no le estaua bien hazer testi- | 15 |
gos de lo que con aquella doncella auia passa- | |
do; antes se resoluio en dezirles que, arrepenti- | |
do del mal hecho, y mouido de sus lagrimas, la | |
auia dexado en la mitad del camino. | |
Con este acuerdo, boluio tan presto a poner | 20 |
a Leocadia junto a la yglesia mayor, como ella | |
se lo auia pedido, antes que amaneciesse y el | |
dia le estoruasse de echalla y le forçasse a | |
tenerla en su aposento hasta la noche venidera, | |
en el qual espacio de tiempo, ni el queria bol- | 25 |
uer a vsar de sus fuerças, ni dar ocasion a ser | |
conocido. Lleuola, pues, hasta la plaça que lla- | |
man de Ayuntamiento, y alli, en voz trocada y | |
en lengua medio portuguessa y castellana, le | |
dixo que seguramente podia yrse a su casa, | 30 |
porque de nadie seria seguida; y antes que ella | |
P.11LA FUERÇA DE LA SANGRE
tuuiesse lugar de quitarse el pañuelo, ya el se | |
auia puesto en parte donde no pudiesse ser | |
visto. | |
Quedó sola Leocadia, quitose la venda, re- | |
conocio el lugar donde la dexaron. Miró a to- | 5 |
das partes, no vio a persona; pero, sospechosa | |
que desde lexos la siguiessen, a cada paso se | |
detenia, dandolos hazia su casa, que no muy | |
lexos de alli estaua. Y, por desmentir las espias, | |
si acaso la seguian, se entró en vna casa que | 10 |
halló abierta, y de alli a poco se fue a la suya, | |
donde halló a sus padres atonitos y sin desnu- | |
darse, y aun sin tener pensamiento de tomar | |
descanso alguno. Quando la vieron, corrieron | |
a ella con braços abiertos, y con lagrimas en los | 15 |
ojos la recibieron. | |
Leocadia, llena de sobresalto y alboroto, hizo | |
a sus padres que se tirassen con ella a parte, | |
como lo hizieron, y alli, en breues palabras, les | |
dio cuenta de todo su desastrado sucesso, con | 20 |
todas las circunstancias del, y de la ninguna | |
noticia que traia del salteador y robador de su | |
honra. Dixoles lo que auia visto en el teatro | |
donde se representó la tragedia de su desuen- | |
tura: la ventana, el jardin, la reja, los escrito- | 25 |
rios, la cama, los damascos, y, a lo vltimo, les | |
mostro el cruzifixo, que auia traido. Ante cuya | |
imagen se renouaron las lagrimas, se hizieron | |
deprecaciones, se pidieron venganças, y dessea- | |
ron milagrosos castigos. Dixo ansimismo | 30 |
P.12NOVELAS EXEMPLARES
que, aunque ella no desseaua venir en conoci- | |
miento de su ofensor, que si a sus padres les | |
parecia ser bien conocelle , que por medio | |
de aquella imagen podrian, haziendo que los | |
sacristanes dixessen en los pulpitos de todas las | 5 |
parroquias de la ciudad que, el que huuiesse | |
perdido tal imagen, la hallaria en poder del re- | |
ligioso que ellos señalassen; y que ansi , sa- | |
biendo el dueño de la imagen, se sabria la | |
casa, y aun la persona de su enemigo. | 10 |
A esto replicó el padre: "Bien auias dicho, | |
hija, si la malicia ordinaria no se opusiera a tu | |
discreto discurso, pues esta claro que esta ima- | |
gen, oy en este dia se ha de echar menos en el | |
aposento que dizes, y el dueño della ha de te- | 15 |
ner por cierto que la persona que con el estuuo | |
se la lleuó, y, de llegar a su noticia que la tiene | |
algun religioso, antes ha de seruir de conocer | |
quien se la dio al tal que la tiene, que no de | |
declarar el dueño que la perdio, porque puede | 20 |
hazer que venga por ella otro, a quien el dueño | |
aya dado las señas. Y siendo esto ansi , antes | |
quedaremos confusos, que informados, puesto | |
que podamos vsar del mismo artificio que sos- | |
pechamos, dandola al religioso por tercera per- | 25 |
sona. Lo que has de hazer, hija, es guardarla y | |
encomendarte a ella, que pues ella fue testigo | |
de tu desgracia, permitira que aya juez que | |
buelua por tu justicia. Y aduierte, hija, que mas |
P.13LA FUERÇA DE LA SANGRE
lastima vna onza de deshonra publica, que vna | |
arroba de infamia secreta; y pues puedes viuir | |
honrada con Dios en publico, no te pene de | |
estar deshonrada contigo en secreto. La verda- | |
dera deshonra esta en el pecado y la verdadera | 5 |
honra en la virtud; con el dicho, con el des- | |
seo y con la obra se ofende a Dios, y pues tu, ni | |
en dicho, ni en pensamiento, ni en hecho, le has | |
ofendido, tente por honrada, que yo por tal te | |
tendre, sin que jamas te mire sino como ver- | 10 |
dadero padre tuyo." | |
Con estas prudentes razones consolo su pa- | |
dre a Leocadia, y, abraçandola de nueuo, su ma- | |
dre procuró tambien consolarla; ella gimio, y | |
lloró de nueuo, y se reduxo a cubrir la cabeça, | 15 |
como dizen, y a viuir recogidamente debaxo | |
amparo de sus padres, con vestido tan | |
honesto como pobre. | |
Rodolfo en tanto, buelto a su casa, echando | |
menos la imagen del cruzifixo, imaginó quien | 20 |
podia auerla lleuado, pero no se le dio nada, y, | |
como rico, no hizo cuenta dello, ni sus padres | |
se la pidieron, quando de alli a tres dias que el | |
se partio a Italia, entregó por cuenta a vna ca- | |
marera de su madre todo lo que en el aposento | 25 |
dexaua. | |
Muchos dias auia que tenia Rodolfo determi- | |
nado de passar a Italia, y su padre, que auia | |
estado en ella, se lo persuadia, diziendole que | |
no eran caualleros los que solamente lo eran | 30 |
en su patria, que era menester serlo tambien en | |
P.14NOVELAS EXEMPLARES
las agenas. Por estas y otras razones, se dispuso | |
la voluntad de Rodolfo de cumplir la de su pa- | |
dre, el qual le dio credito de muchos dineros | |
para Barcelona, Genoua, Roma y Napoles, y el, | |
con dos de sus camaradas, se partio luego, go- | 5 |
loso de lo que auia oydo dezir a algunos sol- | |
dados de la abundancia de las hosterias de | |
Italia y Francia: de la libertad que en los aloja- | |
mientos tenian los españoles. Sonauale bien | |
aquel Eco li buoni polastri, picioni, presuto, & salcicie, | |
con otros nombres deste jaez, de | 10 |
quien los soldados se acuerdan quando de aque- | |
llas partes vienen a estas, y passan por la es- | |
trecheza e incomodidades de las ventas y me- | |
sones de España. Finalmente, el se fue con tan | |
poca memoria de lo que con Leocadia le auia | 15 |
sucedido como si nunca huuiera passado. | |
Ella, en este entretanto, passaua la vida en | |
casa de sus padres con el recogimiento possi- | |
ble, sin dexar verse de persona alguna, teme- | |
rosa que su desgracia se la auian de leer en la | 20 |
frente. Pero, a pocos meses, vio serle forçoso | |
hazer por fuerça lo que hasta alli de grado | |
hazia; vio que le conuenia viuir retirada y es- | |
condida, porque se sintio preñada, sucesso por | |
el qual las en algun tanto oluidadas lagrimas | 25 |
boluieron a sus ojos, y los suspiros y lamentos | |
començaron de nueuo a herir los vientos, sin | |
ser parte la discrecion de su buena madre a | |
consolalla. | |
Bolo el tiempo, y llegose el punto del parto, | 30 |
P.15LA FUERÇA DE LA SANGRE
y, con tanto secreto, que aun no se osó fiar de | |
la partera. Vsurpando este oficio la madre, dio | |
a la luz del mundo vn niño de los hermosos | |
que pudieran imaginarse. Con el mismo recato | |
y secreto que auia nacido, le lleuaron a vna | 5 |
aldea, donde se crio quatro años, al cabo de | |
los quales, con nombre de sobrino, le truxo su | |
abuelo a su casa, donde se criaua, si no muy | |
rica, a lo menos muy virtuosamente. | |
Era el niño, a quien pusieron nombre Luys, | 10 |
por llamarse assi su abuelo, de rostro hermoso, | |
de condicion mansa, de ingenio agudo, y en | |
todas las acciones que en aquella edad tierna | |
podia hazer, daua señales de ser de algun no- | |
ble padre engendrado, y de tal manera su gra- | 15 |
cia, belleza y discrecion enamoraron a sus abue- | |
los, que vinieron a tener por dicha la desdicha | |
de su hija, por auerles dado tal nieto. Quando | |
yua por la calle, llouian sobre el millares de | |
bendiciones. Vnos bendecian su hermosura, | 20 |
otros la madre que lo hauia parido; estos el | |
padre que le engendró, aquellos a quien tam- | |
bien criado le criaua. Con este aplauso de los | |
que le conocian, y no conocian, llegó el niño a | |
la edad de siete años, en la qual ya sabia leer | 25 |
latin y romance, y escriuir formada y muy bue- | |
na letra, porque la intencion de sus abuelos | |
era hazerle virtuoso y sabio, ya que no le po- | |
dian hazer rico, como si la sabiduria y la vir- | |
tud no fuessen las riquezas sobre quien no tie- | 30 |
P.16NOVELAS EXEMPLARES
nen jurisdicion los ladrones, ni la que llaman | |
fortuna. | |
Sucedio, pues, que vn dia que el niño fue | |
con vn recaudo de su abuela a vna parienta | |
suya, acerto a passar por vna calle donde auia | 5 |
carrera de caualleros; pusose a mirar, y, por me- | |
jorarse de puesto, passó de vna parte a otra, a | |
tiempo que no pudo huyr de ser atropellado de | |
vn cauallo, a cuyo dueño no fue possible dete- | |
nerle en la furia de su carrera. Passó por en- | 10 |
cima del, y dexole como muerto, tendido en el | |
suelo, derramando mucha sangre de la cabeça. | |
Apenas esto huuo sucedido, quando vn caua- | |
llero anciano, que estaua mirando la carrera, | |
con no vista ligereza se arrojó de su cauallo y | 15 |
fue donde estaua el niño, y, quitandole de los | |
braços de vno, que ya le tenia, le puso en los | |
suyos, y sin tener cuenta con sus canas, ni con | |
su autoridad, que era mucho, a paso largo | |
se fue a su casa, ordenando a sus criados que | 20 |
le dexassen y fuessen a buscar vn cirujano que | |
al niño curasse. Muchos caualleros le siguieron, | |
lastimados de la desgracia de tan hermoso niño, | |
porque luego salio la voz que el atropellado era | |
Luysico, el sobrino del tal cauallero, nombran- | 25 |
do a su abuelo. Esta voz corrio de voca en voca, | |
hasta que llegó a los oydos de sus abuelos y de | |
su encubierta madre, los quales, certificados | |
bien del caso, como desatinados y locos salie- | |
ron a buscar a su querido, y por ser tan cono- | 30 |
P.17LA FUERÇA DE LA SANGRE
cido y tan principal el cauallero que le auia | |
lleuado, muchos de los que encontraron les | |
dixeron su casa, a la qual llegaron, a tiempo | |
que ya estaua el niño en poder del cirujano. El | |
cauallero y su muger, dueños de la casa, pidie- | 5 |
ron a los que pensaron ser sus padres que no | |
llorassen, ni alçassen la voz a quexarse, por- | |
que no le seria al niño de ningun prouecho. | |
El cirujano, que era famoso, auiendole cura- | |
do con grandissimo tiento y maestria, dixo que | 10 |
no era tan mortal la herida como el al princi- | |
pio auia temido. | |
En la mitad de la cura, boluio Luys en su | |
acuerdo, que hasta alli auia estado sin el, y ale- | |
grose en ver a sus tios, los quales le pregun- | 15 |
taron llorando que como se sentia. | |
Respondio que bueno, sino que le dolia mu- | |
cho el cuerpo y la cabeça. Mandó el medico que | |
no hablassen con el, sino que le dexassen repo- | |
sar. Hizose ansi , y su abuelo començo a | 20 |
agradecer al señor de la casa la gran caridad | |
que con su sobrino auia vsado. | |
A lo qual respondio el cauallero que no tenia | |
que agradecelle, porque le hazia saber que, | |
quando vio al niño caydo y atropellado, le pa- | 25 |
recio que auia visto el rostro de vn hijo suyo a | |
quien el queria tiernamente, y que esto le mouio | |
a tomarle en sus braços y traerle a su casa, don- | |
de estaria todo el tiempo que la cura durasse, | |
con el regalo que fuesse possible y necessario. | 30 |
P.18NOVELAS EXEMPLARES
Su muger, que era vna noble señora, dixo lo | |
mismo, y hizo aun mas encarecidas promessas | |
Admirados quedaron de tanta christiandad | |
os abuelos; pero la madre quedó mas admira- | |
da, porque auiendo con las nueuas del cirujano | 5 |
sossegado algun tanto su alborotado espiritu, | |
miró atentamente el aposento donde su hijo es- | |
taua, y claramente, por muchas señales, cono- | |
cio que aquella era la estancia donde se auia | |
dado fin a su honra y principio a su desuentura, | 10 |
y, aunque no estaua adornada de los damascos | |
que entonces tenia, conocio la disposicion de- | |
lla, vio la ventana de la reja que caia al jardin, | |
y por estar cerrada, a causa del herido, pregun- | |
tó si aquella ventana respondia a algun jardin, | 15 |
y fuele respondido que si. Pero lo que mas co- | |
nocio, fue que aquella era la misma cama, que | |
tenia por tumba de su sepultura, y mas, que el | |
propio escritorio, sobre el qual estaua la ima- | |
gen que auia traydo, se estaua en el mismo lu- | 20 |
gar. Finalmente, sacaron a luz la verdad de to- | |
das sus sospechas los escalones, que ella auia | |
contado quando la sacaron del aposento tapa- | |
dos los ojos, digo los escalones que auia desde | |
alli a la calle, que con aduertencia discreta | 25 |
conto, y, quando boluio a su casa, dexando a su | |
hijo, los boluio a contar, y halló caual el nume- | |
ro; y confiriendo vnas señales con otras, de | |
todo punto certificó por verdadera su imagina- | |
cion, de la qual dio por estenso cuenta a su | 30 |
P.19LA FUERÇA DE LA SANGRE
madre, que, como discreta, se informó si el ca- | |
uallero donde su nieto estaua, auia tenido, o | |
tenia, algun hijo; y halló que el que llamamos | |
Rodolfo lo era, y que estaua en Italia, y tan- | |
teando el tiempo que le dixeron que auia fal- | 5 |
tado de España, vio que eran los mismos siete | |
años que el nieto tenia. Dio auiso de todo esto | |
a su marido, y entre los dos y su hija acorda- | |
ron de esperar lo que Dios hazia del herido, el | |
qual, dentro de quinze dias, estuuo fuera de pe- | 10 |
ligro, y a los treynta se leuantó, en todo el qual | |
tiempo fue visitado de la madre y de la abuela, | |
y regalado de los dueños de la casa como si | |
fuera su mismo hijo; y algunas vezes, hablando | |
con Leocadia doña Estefania, que assi se lla- | 15 |
maua la muger del cauallero, le dezia que aquel | |
niño parecia tanto a vn hijo suyo que estaua en | |
Italia, que ninguna vez le miraua, que no le | |
pareciesse ver a su hijo delante. | |
Destas razones tomó ocasion de dezir- | 20 |
le vna vez que se halló sola con ella, las que | |
con acuerdo de sus padres auia determinado | |
de dezille, que fueron estas, o otras seme- | |
jantes: "El dia, señora, que mis padres oyeron | |
dezir que su sobrino estaua tan mal parado, | 25 |
creyeron y pensaron que se les auia cerrado | |
el cielo y caydo todo el mundo a cuestas; ima- | |
ginaron que ya les faltaua la lumbre de sus | |
ojos y el vaculo de su vejez faltandoles este |
P.20NOVELAS EXEMPLARES
sobrino, a quien ellos quieren con amor, de | |
tal manera, que con muchas ventajas excede | |
al que suelen tener otros padres a sus hijos; | |
mas, como dezirse suele que, quando Dios da | |
la llaga, da la medicina, la halló el niño en esta | 5 |
casa, y yo en ella el acuerdo de vnas memo- | |
rias, que no las podre oluidar mientras la vida | |
me durare. Yo, señora, soy noble, porque mis | |
padres lo son y lo han sido todos mis ante- | |
passados, que con vna mediania de los bienes | 10 |
de fortuna han sustentado su honra felizmente, | |
donde quiera que han viuido." | |
Admirada y suspensa estaua doña Estefania | |
escuchando las razones de Leocadia, y no podia | |
creer, aunque lo veia, que tanta discrecion pu- | 15 |
diesse encerrarse en tan pocos años, puesto | |
que, a su parecer, la juzgaua por de veynte, | |
poco mas a menos, y sin dezirle ni replicarle | |
palabra, esperó todas las que quiso dezirle, que | |
fueron aquellas que bastaron para contarle la | 20 |
trauesura de su hijo, la deshonra suya, el robo, | |
el cubrirle los ojos, el traerla a aquel aposen- | |
to, las señales en que auia conocido ser aquel | |
mismo que sospechaua. Para cuya confirmacion | |
sacó del pecho la imagen del cruzifixo que auia | 25 |
lleuado, a quien dixo: "Tu, Señor, que fuyste | |
testigo de la fuerça que se me hizo, se juez de | |
la enmienda que se me deue hazer; de encima | |
de aquel escritorio te lleué, con proposito de |
P.21LA FUERÇA DE LA SANGRE
acordarte siempre mi agrauio, no para pedirte | |
vengança del, que no la pretendo sino para | |
rogarte me diesses algun consuelo con que | |
lleuar en paciencia mi desgracia. | |
"Este niño, señora, con quien aueys mostrado | 5 |
el estremo de vuestra caridad, es vuestro ver- | |
dadero nieto; permission fue del cielo el auer- | |
le atropellado, para que, trayendole a vuestra | |
casa, hallasse yo en ella, como espero que he | |
de hallar, si no el remedio que mejor conuenga | 10 |
(y quando no), con mi desuentura, a lo me- | |
nos el medio con que pueda sobrelleuarla." | |
Diziendo esto, abraçada con el cruzifixo, cayo | |
desmayada en los braços de Estefania, la qual, | |
en fin, como muger y noble, en quien la com- | 15 |
passion y misericordia suele ser tan natural | |
como la crueldad en el hombre, apenas vio el | |
desmayo de Leocadia, quando juntó su rostro | |
con el suyo, derramando sobre el tantas lagri- | |
mas, que no fue menester esparcirle otra agua | 20 |
encima para que Leocadia en si boluiesse. | |
Estando las dos desta manera, acerto a entrar | |
el cauallero, marido de Estefania, que traia a | |
Luysico de la mano, y viendo el llanto de Es- | |
tefania y el desmayo de Leocadia, preguntó a | 25 |
gran priessa le dixessen la causa de do pro- | |
cedia. | |
El niño abraçaua a su madre por su prima, y | |
a su abuela por su bienhechora, y assimismo | |
preguntaua por que llorauan. | 30 |
"Grandes cosas, señor, ay que deziros", res- | |
pondio Estefania a su marido, "cuyo remate se |
P.22NOVELAS EXEMPLARES
acabará con deziros que hagays cuenta | |
esta desmayada es hija vuestra, y este niño | |
vuestro nieto. Esta verdad que os digo me ha | |
dicho esta niña, y la ha confirmado y confirma | |
el rostro deste niño, en el qual entrambos aue- | 5 |
mos visto el de nuestro hijo." | |
"Si mas no os declarays, señora, yo no os | |
entiendo", replicó el cauallero. | |
En esto boluio en si Leocadia, y abraçada | |
del cruzifixo, parecia estar conuertida en vn mar | 10 |
de llanto. Todo lo qual tenia puesto en gran | |
confussion al cauallero, de la qual salio contan- | |
dole su muger todo aquello que Leocadia le | |
auia contado, y el lo creyo, por diuina permis- | |
sion del cielo, como si con muchos y verdade- | 15 |
ros testigos se lo huuieran prouado. Consolo y | |
abraçó a Leocadia, besó a su nieto, y aquel mis- | |
mo dia despacharon vn correo a Napoles, aui- | |
sando a su hijo se viniesse luego, porque le | |
tenian concertado casamiento con vna muger | 20 |
hermosa sobre manera, y tal qual para el con- | |
uenia. | |
No consintieron que Leocadia ni su hijo bol- | |
uiessen mas a la casa de sus padres, los qua- | |
les, contentissimos del buen sucesso de su hija, | 25 |
dauan sin cessar infinitas gracias a Dios por ello. | |
Llegó el correo a Napoles, y Rodolfo, con la | |
golosina de gozar tan hermosa muger como su | |
padre le significaua , de alli a dos dias que | |
recibio la carta, ofreciendosele ocasion de qua- | 30 |
tro galeras que estauan a punto de venir a Es- | |
P.23LA FUERÇA DE LA SANGRE
paña, se embarcó en ellas con sus dos camara- | |
das, que aun no le auian dexado, y, con pros- | |
pero sucesso, en doze dias llegó a Barcelona, y | |
de alli, por la posta, en otros siete se puso en | |
Toledo, y entró en casa de su padre tan galan | 5 |
y tan vizarro, que los estremos de la gala y de | |
la vizarria estauan en el todos juntos. | |
Alegraronse sus padres con la salud y bien- | |
uenida de su hijo. | |
Suspendiose Leocadia, que de parte escon- | 10 |
dida le miraua, por no salir de la traza y orden | |
que doña Estefania le auia dado. | |
Las camaradas de Rodolfo quisieran yrse a | |
sus casas luego; pero no lo consintio Estefania, | |
por auerlos menester para su designio. | 15 |
Estaua cerca la noche quando Rodolfo llegó | |
y, en tanto que se adereçaua la cena, Estefania | |
llamó aparte las camaradas de su hijo, creyen- | |
do, sin duda alguna, que ellos deuian de ser los | |
dos de los tres que Leocadia auia dicho que | 20 |
yuan con Rodolfo la noche que la robaron, y | |
con grandes ruegos les pidio le dixessen si se | |
acordauan que su hijo auia robado a vna mu- | |
ger tal noche, tantos años auia; porque el saber | |
la verdad desto importaua la honra y el sossie- | 25 |
go de todos sus parientes; y con tales y tantos | |
encarecimientos se lo supo rogar, y de tal ma- | |
nera les assegurar que de descubrir este robo | |
no les podia suceder daño alguno, que ellos | |
tuuieron por bien de confessar ser verdad que | 30 |
vna noche de verano, yendo ellos dos y otro | |
amigo con Rodolfo, robaron en la misma que |
P.24NOVELAS EXEMPLARES
ella señalaua a vna muchacha, y que Rodolfo | |
se auia venido con ella mientras ellos detenian | |
a la gente de su familia, que con vozes la que- | |
rian defender, y que otro dia les auia dicho Ro- | |
dolfo que la auia lleuado a su casa; y solo esto | 5 |
era lo que podian responder a lo que les | |
preguntauan. | |
La confession destos dos fue echar la llaue | |
a todas las dudas que en tal caso le podian | |
ofrecer, y assi determinó de lleuar al cabo su | 10 |
buen pensamiento, que fue este: poco antes | |
que se sentassen a cenar, se entró en vn apo- | |
sento a solas su madre con Rodolfo y, ponien- | |
dole vn retrato en las manos, le dixo: "Yo | |
quiero, Rodolfo, hijo, darte, vna gustosa cena | 15 |
con mostrarte a tu esposa; este es su verda- | |
dero retrato; pero quierote aduertir que, lo que | |
le falta de belleza, le sobra de virtud; es noble | |
y discreta, y medianamente rica. Y pues tu pa- | |
dre y yo te la hemos escogido, assegurate que | 20 |
es la que te conuiene." | |
Atentamente miró Rodolfo el retrato, y dixo: | |
"Si los pintores, que ordinariamente suelen ser | |
prodigos de la hermosura con los rostros que | |
retratan, lo han sido tambien con este, sin duda | 25 |
creo que el original deue de ser la misma feal- | |
dad; a la fe, señora y madre mia, justo es y | |
bueno que los hijos obedezcan a sus padres en | |
quanto les mandaren; pero tambien es conue- |
P.25LA FUERÇA DE LA SANGRE
niente y mejor que los padres den a sus hijos | |
el estado de que mas gustaren, y pues el del | |
matrimonio es nudo que no le desata sino la | |
muerte, bien sera que sus lazos sean yguales y | |
de vnos mismos hilos fabricados. La virtud, la | 5 |
nobleza, la discrecion y los bienes de la fortuna, | |
bien pueden alegrar el entendimiento de aquel | |
a quien le cupieron en suerte con su esposa. | |
Pero que la fealdad della alegre los ojos del | |
esposo, pareceme impossible. Moço soy, pero | 10 |
bien se me entiende que se compadece con el | |
sacramento del matrimonio el justo y deuido | |
deleyte que los casados gozan, y que si el falta, | |
cojea el matrimonio y desdize de su segunda | |
intencion. Pues pensar que vn rostro feo, que se | 15 |
ha de tener a todas horas delante de los ojos en | |
la sala, en la mesa y en la cama, pueda deley- | |
tar, otra vez digo que lo tengo por casi impos- | |
sible. Por vida de vuessa merced, madre mia, | |
que me de compañera que me entretenga, y no | 20 |
enfade, porque sin torcer a vna o a otra parte, | |
ygualmente y por camino derecho lleuemos | |
ambos a dos el yugo donde el cielo nos pusie- | |
re. Si esta señora es noble, discreta y rica, como | |
vuessa merced dize, no le faltará esposo, que | 25 |
sea de diferente humor que el mio. Vnos ay, | |
que buscan nobleza, otros discrecion, otros di- | |
neros y otros hermosura; y yo soy destos vlti- | |
mos. Porque la nobleza, gracias al cielo y a | |
mis passados, y a mis padres, que me la dexa- | 30 |
ron por herencia; discrecion, como vna muger | |
no sea necia, tonta o boba, bastale, que ni por |
P.26NOVELAS EXEMPLARES
aguda despunte, ni por boba no aproueche; de | |
las riquezas, tambien las de mis padres me | |
hazen no estar temeroso de venir a ser pobre. | |
La hermosura busco, la belleza quiero, no con | |
otra dote, que con la de la honestidad y bue- | 5 |
nas costumbres; que si esto trae mi esposa, yo | |
servire a Dios con gusto, y dare buena vejez a | |
mis padres." | |
Contentissima quedó su madre de las razones | |
de Rodolfo, por auer conocido por ellas que | 10 |
yua saliendo bien con su designio. | |
Respondiole que ella procuraria casarle con- | |
forme su desseo; que no tuuiesse pena alguna, | |
que era facil deshazerse los conciertos que de | |
casarle con aquella señora estauan hechos; | 15 |
agradecioselo Rodolfo, y, por ser llegada la | |
hora de cenar, se fueron a la mesa; y auiendo- | |
se ya sentado a ella el padre y la madre, | |
Rodolfo y sus dos camaradas, dixo doña Estefa- | |
nia al descuydo: "¡Pecadora de mi, y que bien | 20 |
que trato a mi huespeda!; andad vos", dixo | |
a vn criado, "dezid a la señora doña Leocadia, | |
que sin entrar en cuentas con su mucha hones- | |
tidad, nos venga a honrar esta mesa, que los | |
que a ella estan todos son mis hijos y sus ser- | 25 |
uidores." | |
Todo esto era traza suya, y de todo lo que | |
auia de hazer estaua auisada y aduertida Leo- | |
cadia. Poco tardó en salir Leocadia y dar de | |
si la improuisa y mas hermosa muestra, que | 30 |
P.27LA FUERÇA DE LA SANGRE
pudo dar jamas compuesta y natural her- | |
mosura. | |
Venia vestida, por ser inuierno, de vna saya | |
entera de terciopelo negro, llouida de botones | |
de oro y perlas, cintura y collar de diamantes; | 5 |
sus mismos cabellos, que eran luengos y no | |
demasiadamente rubios, le seruian de adorno | |
y tocas, cuya inuencion de lazos y rizos, y vis- | |
lumbres de diamantes, que con ellos se en- | |
tretexian, turbauan la luz de los ojos que los | 10 |
mirauan. | |
Era Leocadia de gentil disposicion y brio; | |
traia de la mano a su hijo, y delante della ve- | |
nian dos donzellas, alumbrandola con dos ve- | |
las de cera en dos candeleros de plata. Leuan- | 15 |
taronse todos a hazerla reuerencia, como si | |
fuera a alguna cosa del cielo, que alli milagro- | |
samente se auia aparecido. Ninguno de los que | |
alli estauan embeuezidos mirandola, parece | |
que de atonitos no acertaron a dezirle palabra. | 20 |
Leocadia, con ayrosa gracia y discreta criança | |
se humilló a todos, y, tomandola de la mano | |
Estefania, la sento junto a si, frontero de Ro- | |
dolfo. Al niño sentaron junto a su abuelo. | |
Rodolfo, que desde mas cerca miraua la in- | 25 |
comparable belleza de Leocadia, dezia entre si: | |
"Si la mitad desta hermosura tuuiera la que mi | |
madre me tiene escogida por esposa, tuuierame | |
yo por el mas dichoso hombre del mundo. ¡Vala- | |
me Dios!, ¿que es esto que veo? ¿es por ventu- | 30 |
ra algun angel humano el que estoy mirando?" | |
P.28NOVELAS EXEMPLARES
Y en esto se le yua entrando por los ojos a | |
tomar possession de su alma la hermosa ima- | |
gen de Leocadia, la qual, en tanto que la cena | |
venia, viendo tambien tan cerca de si al que | |
ya queria mas que a la luz de los ojos, con que | 5 |
alguna vez a hurto le miraua, començo a re- | |
boluer en su imaginacion lo que con Rodolfo | |
auia passado. Començaron a enflaquezerse en | |
su alma las esperanças que de ser su esposo su | |
madre le auia dado, temiendo que a la cortedad | 10 |
de su ventura, auian de corresponder las pro- | |
messas de su madre. Consideraua quan cerca | |
estaua de ser dichosa, o sin dicha, para siempre. | |
Y fue la consideracion tan intensa, y los pen- | |
samientos tan rebueltos, que le apretaron el | 15 |
coraçon de manera, que començo a sudar y a | |
perderse de color en vn punto, sobreuiniendole | |
vn desmayo, que le forço a reclinar la cabeça en | |
los braços de doña Estefania, que, como ansi | |
la vio, con turbacion la recibio en ellos. Sobre- | 20 |
saltaronse todos, y dexando la mesa, acudieron | |
a remediarla. Pero el que dio mas muestras de | |
sentirlo, fue Rodolfo, pues por llegar presto a | |
ella tropeço y cayo dos vezes. Ni por desabro- | |
charla, ni echarla agua en el rostro, boluia en | 25 |
si; antes el leuantado pecho y el pulso, que no | |
se le hallauan, yuan dando precisas señales | |
de su muerte, y las criadas y criados de casa, | |
como menos considerados, dieron vozes y la | |
publicaron por muerta. | 30 |
P.29LA FUERÇA DE LA SANGRE
Estas amargas nueuas llegaron a los oydos | |
de los padres de Leocadia, que para mas gus- | |
tosa ocasion los tenia doña Estefania escondi- | |
os. Los quales, con el cura de la parroquia, que | |
ansimismo con ellos estaua, rompiendo el | 5 |
orden de Estefania, salieron a la sala. Llegó el | |
cura presto, por ver si por algunas señales daua | |
indicios de arrepentirse de sus pecados, para | |
absoluerla dellos; y donde penso hallar vn des- | |
mayado, halló dos, porque ya estaua Rodolfo | 10 |
puesto el rostro sobre el pecho de Leocadia. | |
Diole su madre lugar que a ella llegasse, como | |
a cosa que auia de ser suya; pero quando vio | |
que tambien estaua sin sentido, estuuo a pique | |
de perder el suyo, y le perdiera, si no viera que | 15 |
Rodolfo tornaua en si, como boluio, corrido de | |
que le huuiessen visto hazer tan estremados | |
estremos; pero su madre, casi como adiuina de | |
lo que su hijo sentia, le dixo: "No te corras, hijo, | |
de los estremos que has hecho, sino correte de | 20 |
los que no hizieres, quando sepas lo que no | |
quiero tenerte mas encubierto, puesto que pen- | |
saua dexarlo hasta mas alegre coyuntura. Has | |
de saber, hijo de mi alma, que esta desmayada, | |
que en los braços tengo, es tu verdadera espo- | 25 |
sa; llamo verdadera, porque yo y tu padre te | |
la teniamos escogida, que la del retrato es | |
falsa." | |
Quando esto oyo Rodolfo, lleuado de su | |
moroso y encendido desseo, y quitandole el | 30 |
P.30NOVELAS EXEMPLARES
nombre de esposo todos los estoruos que la | |
honestidad y decencia del lugar le podian po- | |
ner, se abalançó al rostro de Leocadia, y, juntan- | |
do su voca con la della, estaua como esperando | |
que se le saliesse el alma, para darle acogida | 5 |
en la suya. Pero quando mas las lagrimas de | |
todos por lastima crecian, y por dolor las vo- | |
zes se aumentauan, y los cabellos y barbas de la | |
madre y padre de Leocadia arrancados venian | |
a menos, y los gritos de su hijo penetrauan los | 10 |
cielos, boluio en si Leocadia, y con su buelta | |
boluio la alegria y el contento que de los pe- | |
chos de los circunstantes se auia ausentado. | |
Hallose Leocadia entre los braços de Rodol- | |
fo, y quisiera con honesta fuerça desasirse de- | 15 |
llos, pero el le dixo: "No señora, no ha de ser | |
ansi, no es bien que puneys por apar- | |
taros de los braços de aquel que os tiene en el | |
alma." | |
A esta razon acabó de todo en todo de cobrar | 20 |
Leocadia sus sentidos, y acabó doña Estefania | |
de no lleuar mas adelante su determinacion | |
primera, diziendo al cura que luego luego des- | |
posasse a su hijo con Leocadia; el lo hizo | |
ansi , que, por auer sucedido este caso en | 25 |
tiempo, quando con sola la voluntad de los con- | |
trayentes, sin las diligencias y preuenciones | |
justas y santas que aora se vsan, quedaua hecho | |
el matrimonio, no huuo dificultad que impi- |
P.31LA FUERÇA DE LA SANGRE
diesse el desposorio, el qual hecho, dexese a | |
otra pluma y a otro ingenio mas delicado que el | |
mio el contar la alegria vniuersal de todos los | |
que en el se hallaron; los abraços que los pa- | |
dres de Leocadia dieron a Rodolfo, las gracias | 5 |
que dieron al cielo y a sus padres, los ofreci- | |
mientos de las partes, la admiracion de las ca- | |
maradas de Rodolfo, que tan impensadamente | |
vieron la misma noche de su llegada tan | |
hermoso desposorio, y mas quando supieron, | 10 |
por contarlo delante de todos doña Estefania, | |
que Leocadia era la donzella, que en su com- | |
pañia su hijo auia robado, de que no menos | |
suspenso quedó Rodolfo; y por certificarse mas | |
de aquella verdad, preguntó a Leocadia le di- | 15 |
xesse alguna señal por donde viniesse en co- | |
nocimiento entero de lo que no dudaua, por | |
parecerles que sus padres lo tendrian bien aue- | |
riguado. | |
Ella respondio : "Quando yo recorde y | 20 |
bolui en mi de otro desmayo, me hallé, señor, | |
en vuestros braços sin honra; pero yo lo doy | |
por bien empleado, pues al boluer del que aora | |
he tenido, ansimismo me hallé en los braços | |
de entonces, pero honrada. Y si esta señal no | 25 |
basta, baste la de vna imagen de vn cruzi- | |
fixo, que nadie os la pudo hurtar sino yo, si es | |
que por la mañana le echastes menos; y si es el | |
mismo que tiene mi señora." |
P.32NOVELAS EXEMPLARES
"Vos lo soys de mi alma, y lo sereys los años | |
que Dios ordenare, bien mio", y abraçandola | |
de nueuo, de nueuo boluieron las bendiciones | |
y parabienes que les dieron. | |
Vino la cena, y vinieron musicos, que para | 5 |
esto estauan preuenidos. Viose Rodolfo a si | |
mismo en el espejo del rostro de su hijo; llora- | |
ron sus quatro abuelos de gusto; no quedó rin- | |
con en toda la casa que no fuesse visitado del | |
jubilo, del contento y de la alegria. Y aunque | 10 |
la noche bolaua con sus ligeras y negras alas, | |
le parecia a Rodolfo que yua y caminaua, no | |
con alas, sino con muletas; tan grande era el | |
desseo de verse a solas con su querida es- | |
posa. | 15 |
Llegose en fin la hora desseada, porque no | |
ay fin que no le tenga. Fueronse a acostar to- | |
dos, quedó toda la casa sepultada en silencio, | |
en el qual no quedará la verdad deste cuento, | |
pues no lo consentiran los muchos hijos y la | 20 |
illustre descendencia que en Toledo dexa- | |
ron, y agora viuen estos dos venturosos des- | |
posados, que muchos y felizes años gozaron de | |
si mismos, de sus hijos y de sus nietos, per | |
mitido todo por el cielo y por la fuerça de la | 25 |
sangre que vio derramada en el suelo el vale- | |
roso, illustre y christiano abuelo de Luysico. |