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OBRAS COMPLETAS de Miguel de Cervantes. Ediciones publicadas por Rudolph Schevill y Adolfo Bonilla. Madrid: Gráficas Reunidas, 1914-1944

NOVELAS EJEMPLARES/Tomo II/El licenciado Vidriera

NOVELA del Licenciado Vidriera.

Passeandose dos caualleros estudiantes por
las riberas de Tormes, hallaron en ellas, de-
baxo de vn arbol, durmiendo, a vn muchacho
de hasta edad de onze años, vestido como la-
brador; mandaron a vn criado que le desper-      5
tasse; desperto, y preguntaronle de adonde
era, y que hazia durmiendo en aquella soledad.
A lo qual el muchacho respondio que el
nombre de su tierra se le auia oluidado, y que
yua a la ciudad de Salamanca a buscar vn amo      10
a quien seruir, por solo que le diesse estudio.
Preguntaronle, si sabia leer; respondio que
si, y escriuir tambien.
"Dessa manera", dixo vno de los caualleros,
"no es por falta de memoria auersete oluidado      15
el nombre de tu patria."
"Sea por lo que fuere", respondio el mucha-
cho, "que ni el della, ni del de mis padres
sabra ninguno, hasta que yo pueda honrarlos a
ellos y a ella."      20

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"¿Pues de que suerte los piensas honrar?"
preguntó el otro cauallero.
"Con mis estudios", respondio el muchacho,
"siendo famoso por ellos; porque yo he oydo
dezir, que de los hombres se hazen los obispos."      5
Esta respuesta mouio a los dos caualleros a
que le recibiessen y lleuassen consigo, como
lo hizieron, dandole estudio de la manera que
se vsa dar en aquella vniuersidad a los criados
que siruen.      10
Dixo el muchacho que se llamaua Tomas
Rodaja, de donde infirieron sus amos, por el
nombre y por el vestido, que deuia de ser hijo
de algun labrador pobre. A pocos dias le vis-
tieron de negro, y a pocas semanas dio Tomas      15
muestras de tener raro ingenio, siruiendo a sus
amos con tanta fidelidad, puntualidad y dili-
gencia, que, con no faltar vn punto a sus estu-
dios, parecia que solo se ocupaua en seruirlos.
Y como el buen seruir del sieruo mueue la vo-      20
luntad del señor a tratarle bien, ya Tomas Ro-
daja no era criado de sus amos, sino su (1) com-
pañero. Finalmente, en ocho años que estuuo
con ellos, se hizo tan famoso en la vniversidad
por su buen ingenio y notable habilidad, que      25
de todo genero de gentes era estimado y que-
rido. Su principal estudio fue de leyes; pero en
lo que mas se mostraua, era en letras humanas;
y tenia tan felize memoria, que era cosa de es-
panto; e illustrauala tanto con su buen enten-      30

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dimiento, que no era menos famoso por el que
por ella.
Sucedio, que se llegó el tiempo que sus amos
acabaron sus estudios y se fueron a su lugar,
que era vna de las mejores ciudades de la An-      5
daluzia. Lleuaronse consigo a Tomas, y estuuo
con ellos algunos dias; pero como le fatigassen
los desseos de boluer a sus estudios y a Sala-
manca, que enhechiza la voluntad de boluer a
ella a todos los que de la apazibilidad de su      10
viuienda han gustado, pidio a sus amos licen-
cia para boluerse. Ellos, corteses y liberales, se
la dieron, acomodandole de suerte que, con lo
que le dieron, se pudiera sustentar tres años.
Despidiose dellos, mostrando en sus palabras      15
su agradecimiento, y salio de Malaga, que esta
era la patria de sus señores, y, al baxar de la
cuesta de la Zambra, camino de Antequera, se
topó con vn gentilhombre a cauallo, vestido
vizarramente de camino, con dos criados      20
tambien a cauallo. Iuntose con el, y supo como
lleuaua su mismo viage; hizieron camarada,
departieron de diuersas cosas, y a pocos lances
dio Tomas muestras de su raro ingenio y el ca-
uallero las dio de su vizarria y cortesano tra-      25
to, y dixo que era capitan de infanteria por su
Magestad, y que su alferez estaua haziendo la
compañia en tierra de Salamanca. Alabó la vida
de la soldadesca; pintole muy al viuo la belleza
de la ciudad de Napoles, las holguras de Pa-      30
lermo, la abundancia de Milan, los festines de

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Lombardia, las esplendidas comidas de las hos-
terias; dibuxole dulce y puntualmente el acon-
cha, patron; passa aca, manigoldo; venga la
macarela, li polastri e li macarroni. Puso las
alabanças en el cielo de la vida libre del solda-      5
do y de la libertad de Italia. Pero no le dixo
nada del frio de las centinelas, del peligro de
los assaltos, del espanto de las batallas, de la
hambre de los cercos, de la ruyna de las minas,
con otras cosas deste jaez, que algunos las to-      10
man y tienen por añadiduras del peso de la
soldadesca, y son la carga principal della. En
resolucion, tantas cosas le dixo y tan bien di-
chas, que la discrecion de nuestro Tomas Ro-
daja començo a titubear, y la voluntad a aficio-      15
narse a aquella vida, que tan cerca tiene la
muerte.
El capitan, que D. Diego de Valdiuia se
llamaua, contentissimo de la buena presencia,
ingenio y desemboltura de Tomas, le rogo que      20
se fuesse con el a Italia, si queria por curiosidad
de verla, que el le ofrecia su mesa, y aun si
fuesse necessario, su vandera, porque su alferez
la auia de dexar presto.
Poco fue menester para que Tomas tuuiesse      25
el embite, haziendo consigo en vn instante vn
breue discurso de que seria bueno ver a Italia
y Flandes y otras diuersas tierras y payses, pues
las luengas peregrinaciones hazen a los hom-
bres discretos, y que en esto a lo mas largo      30
podia gastar tres o quatro años, que, añadidos

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a los pocos que el tenia, no serian tantos que
impidiessen boluer a sus estudios.
Y como si todo huuiera de suceder a la me-
dida de su gusto, dixo al capitan que era con-
tento de yrse con el a Italia, pero auia de ser      5
condicion que no se auia de sentar debaxo de
vandera, ni poner en lista de soldado, por
no obligarse a seguir su vandera.
Y aunque el capitan le dixo que no importa-
ua ponerse en lista, que ansi gozaria de los      10
socorros y pagas que a la compañia se diessen,
porque el le daria licencia todas las vezes que
se la pidiesse, "esso seria", dixo Tomas, "yr
contra mi conciencia y contra la del señor capi-
tan, y assi mas quiero yr suelto que obligado."      15
"Conciencia tan escrupulosa", dixo D. Die-
go, "mas es de religioso que de soldado; pero
como quiera que sea, ya somos camaradas."
Llegaron aquella noche a Antequera, y en
pocos dias y grandes jornadas se pusieron don-      20
de estaua la compañia, ya acabada de hazer, y
que començaua a marchar la buelta de Carta-
gena, aloxandose ellas (4) y otras quatro por
los lugares que le venian a mano.
Alli notó Tomas la autoridad de los comissa-      25
rios, la incomodidad de algunos capitanes, la
solicitud de los aposentadores, la industria y
cuenta de los pagadores , las quexas de los
pueblos, el rescatar de las boletas, las insolen-

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cias de los visoños, las pendencias de los hues-
pedes, el pedir vagages mas de los necessarios
y, finalmente, la necessidad casi precisa de
hazer todo aquello que notaua y mal le parecia.
Auiase vestido Tomas de papagayo, renun-      5
ciando los habitos de estudiante, y pusose a
lo de Dios es Christo, como se suele dezir.
Los muchos libros que tenia, los reduxo a
vnas horas de nuestra Señora y vn Garcilasso,
sin comento, que en las dos faldriqueras      10
lleuaua.
Llegaron mas presto de lo que quisieran a
Cartagena, porque la vida de los aloxamientos
es ancha y varia, y cada dia se topan cosas
nueuas y gustosas. Alli se embarcaron en qua-      15
tro galeras de Napoles, y alli notó tambien To-
mas Rodaja la estraña vida de aquellas mariti-
mas casas, adonde lo mas del tiempo maltratan
las chinches, roban los forçados, enfadan los
marineros, destruyen los ratones y fatigan las      20
maretas. Pusieronle temor las grandes borras-
cas y tormentas, especialmente en el golfo de
Leon, que tuuieron dos: que la vna los echó en
Corcega, y la otra los boluio a Tolon, en Fran-
cia. En fin, trasnochados, mojados, y con oje-      25
ras, llegaron a la hermosa y bellissima ciudad
de Genoua, y desembarcandose en su recogido
Mandrache, despues de auer visitado vna
yglesia, dio el capitan con todas sus camaradas
en vna hosteria, donde pusieron en oluido todas      30
las borrascas passadas, con el presente gaudea- mus.
Alli conocieron la suauidad del Treuiano,

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el valor del Monte Frascon, la [uiueça]
del Asperino, la generosidad de los dos griegos,
Candia y Soma, la grandeza del de las Cinco
Viñas, la dulçura y apazibilidad de la señora
Guarnacha, la rustizidad de la Chentola, sin      5
que enre todos estos señores osasse parecer la
baxeza del Romanesco.
Y auiendo hecho el huesped la reseña de
tantos y tan diferentes vinos, se ofrezio de hazer
parecer alli, sin vsar de tropelia, ni como pin-      10
tados en mapa, sino real y verdaderamente, a
Madrigal, Coca, Alaexos, y a la imperial, mas
que real ciudad, recamara del dios de la risa;
ofrecio a Esquiuias, a Alanis, a Caçalla, Gua-
dalcanal y la Membrilla, sin que se le oluidasse      15
de Ribadauia y de Descargamaria. Finalmen-
te, mas vinos nombró el huesped, y mas les dio,
que pudo tener en sus bodegas el mismo Baco.
Admiraronle tambien al buen Tomas los ru-
bios cabellos de las ginouessas, y la gentileza      20
y gallarda disposicion de los hombres, la admi-
rable belleza de la ciudad, que en aquellas pe-
ñas parece que tiene las casas engastadas, como
diamantes en oro.
Otro dia se desembarcaron todas las compa-      25
ñias, que auian de yr al Piamonte; pero no quiso
Tomas hazer este viage, sino yrse desde alli
por tierra a Roma y a Napoles, como lo hizo,
quedando de boluer por la gran Venecia, y por

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Loreto a Milan y al Piamonte, donde dixo don
Diego de Valdiuia que le hallaria, si ya no los
huuiessen lleuado a Flandes, segun se dezia.
Despidiose Tomas del capitan de alli a dos
dias, y en cinco llegó a Florencia, auiendo vis-      5
to primero a Luca, ciudad pequeña, pero muy
bien hecha, y en la que mejor que en otras par-
tes de Italia son bien vistos y agasajados los
españoles. Contentole Florencia en estremo,
assi por su agradable assiento, como por su      10
limpieza, sumptuosos edificios, fresco rio y apa-
zibles calles. Estuuo en ella quatro dias, y luego
se partio a Roma, reyna de las ciudades y se-
ñora del mundo. Visitó sus templos, adoró sus
reliquias y admiró su grandeza, y assi como      15
por las vñas del leon se viene en conocimiento
de su grandeza y ferocidad, assi el sacó la de
Roma por sus despedaçados marmoles, medias
y enteras estatuas, por sus rotos arcos y derri-
badas termas, por sus magnificos porticos y      20
anphiteatros grandes, por su famoso y santo
rio, que siempre llena sus margenes de agua,
y las beatifica con las infinitas reliquias de cuer-
pos de martires, que en ellas tuuieron sepultu-
ra; por sus puentes, que parece que se estan      25
mirando vnas a otras, y por sus calles, que con
solo el nombre cobran autoridad sobre todas
las de las otras ciudades del mundo: la via
Apia, la Flaminia, la Iulia, con otras deste jaez.

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Pues no le admiraua menos la diuision de sus
montes dentro de si misma: el Celio, el Quiri-
nal y el Vaticano, con los otros quatro , cuyos
nombres manifiestan la grandeza y magestad
romana. Notó tambien la autoridad del Colegio      5
de los Cardenales, la magestad del Sumo Pon-
tifice, el concurso y variedad de gentes y nacio-
nes. Todo lo miró y notó, y puso en su punto.
Y auiendo andado la estacion de las siete ygle-
sias , y confessadose con vn penitenciario, y      10
besado el pie a su Santidad, lleno de agnusdeis
y cuentas, determinó yrse a Napoles; y por ser
tiempo de mutacion, malo y dañoso para todos
los que en el entran, o salen de Roma, como
ayan caminado por tierra, se fue por mar a Na-      15
poles, donde a la admiracion que traia de auer
visto a Roma, añadio la que le causó ver a Na-
poles, ciudad a su parecer, y al de todos quan-
tos la han visto, la mejor de Europa, y aun de
todo el mundo.      20
Desde alli se fue a Sicilia, y vio a Palermo, y
despues a Micina; de Palermo le parecio bien
el assiento y belleza, y de Micina el puerto, y
de toda la isla la abundancia, por quien propia-
mente, y con verdad, es llamada granero de      25
Italia.
Boluiose a Napoles, y a Roma, y de alli fue
a nuestra Señora de Loreto, en cuyo santo tem-
lo no vio paredes, ni murallas, porque todas
estauan cubiertas de muletas, de mortajas, de      30
cadenas, de grillos, de esposas, de cabelleras,

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de medios bultos de cera, y de pinturas y reta-
blos, que dauan manifiesto indicio de las inu-
merables mercedes que muchos auian rece-
bido de la mano de Dios, por intercession
de su diuina Madre, que aquella sacrosanta      5
imagen suya quiso engrandecer y autorizar con
muchedumbre de milagros, en recompensa de
la deuocion que le tienen aquellos que con se-
mejantes doseles tienen adornados los muros
de su casa. Vio el mismo aposento y estancia      10
donde se relató la mas alta embaxada, y de mas
importancia, que vieron, y no entendieron, to-
dos los cielos, y todos los angeles, y todos los
moradores de las moradas sempiternas.
Desde allí, embarcandose en Ancona, fue a      15
Venecia, ciudad que, a no auer nacido Colon en
el mundo, no tuuiera en el semejante; merced
al cielo, y al gran Hernando Cortes, que con-
quistó la gran Mexico, para que la gran Vene-
cia tuuiesse en alguna manera quien se le opu-      20
siesse. Estas dos famosas ciudades se parecen
en las calles, que son todas de agua: la de Euro-
pa, admiracion del mundo antiguo; la de Ame-
rica, espanto del mundo nueuo. Pareciole
que su riqueza era infinita; su gouierno, pru-      25
dente; su sitio, inexpugnable; su abundancia,
mucha; sus contornos, alegres, y, finalmente,
toda ella en si, y en sus partes, digna de la fama
que de su valor por todas las partes del orbe se
estiende, dando causa de acreditar mas esta      30

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verdad la maquina de su famoso arsenal, que
es el lugar donde se fabrican las galeras, con
otros baxeles, que no tienen numero. Por poco
fueran los de Calipso los regalos y passatiem-
pos que halló nuestro curioso en Venecia, pues      5
casi le hazian oluidar de su primer intento.
Pero auiendo estado vn mes en ella, por Fe-
rrara, Parma y Plasencia, boluio a Milan, oficina
de Vulcano, ogeriza del reyno de Francia,
ciudad, en fin, de quien se dize que puede dezir      10
y hazer, haziendola magnifica la grandeza suya
y de su templo, y su marauillosa abundancia de
todas las cosas a la vida humana necessarias.
Desde alli se fue a Aste, y llegó a tiempo que
otro dia marchaua el tercio a Flandes. Fue muy      15
bien recebido de su amigo el capitan, y en su
compañia y camarada passó a Flandes y llegó
a Amberes, ciudad no menos para marauillar
que las que auia visto en Italia.
Vio a Gante y a Bruselas, y vio que todo el      20
pays se disponia a tomar las armas para salir
en campaña el verano siguiente.
Y auiendo cumplido con el desseo que le
mouio a ver lo que auia visto, determinó bol-
uerse a España y a Salamanca a acabar sus es-      25
tudios; y como lo penso, lo puso luego por obra,
con pesar grandissimo de su camarada, que le
rogo, al tiempo del despedirse, le auisasse de
su salud, llegada y sucesso.
Prometioselo ansi como lo pedia, y por      30
Francia boluio a España, sin auer visto a Paris,

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por estar puesta en armas. En fin, llegó a Sala-
manca, donde fue bien recebido de sus amigos,
y con la comodidad que ellos le hizieron, prosi-
guio sus estudios, hasta graduarse de licenciado
en leyes      5
Sucedio que en este tiempo llegó a aquella
ciudad vna dama de todo rumbo y manejo.
Acudieron luego a la añagaza y reclamo todos
los paxaros del lugar, sin quedar vademecum
que no la visitasse. Dixeronle a Tomas que      10
aquella dama dezia que auia estado en Italia y
en Flandes, y por ver si la conocia, fue a visi-
tarla, de cuya visita y vista quedó ella enamo-
rada de Tomas; y el, sin echar de ver en ello,
si no era por fuerça y lleuado de otros, no que-      15
ria entrar en su casa. Finalmente, ella le descu-
brio su voluntad y le ofrecio su hazienda.
Pero como el atendia mas a sus libros que a
otros passatiempos, en niguna manera respon-
dia al gusto de la señora, la qual, viendose des-      20
deñada y a su parecer aborrecida, y que por
medios ordinarios y comunes no podia conquis-
tar la roca de la voluntad de Tomas, acordo de
buscar otros modos, a su parecer mas eficazes
y bastantes para salir con el cumplimiento de      25
sus desseos. Y assi, aconsejada de vna morisca,
en vn membrillo toledano dio a Tomas vnos
destos que llaman hechiços, creyendo que le
daua cosa que le forçasse la voluntad a que-
rerla, como si huuiesse en el mundo yeruas,      30
encantos ni palabras suficientes a forçar el libre
aluedrio; y assi las que dan estas beuidas o co-

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midas amatorias, se llaman veneficios, por-
que no es otra cosa lo que hazen sino dar ve-
neno a quien las toma, como lo tiene mostrado
la experiencia en muchas y diuersas oca-
siones.      5
Comio en tan mal punto Tomas el membrillo,
que al momento començo a herir de pie y de
mano como si tuuiera alferezia, y sin boluer en
si estuuo muchas horas, al cabo de las quales
boluio como atontado y dixo con lengua tur-      10
bada y tartamuda que vn membrillo que auia
comido le auia muerto, y declaró quien se le
auia dado. La justicia, que tuuo noticia del caso,
fue a buscar la malhechora, pero ya ella, vien-
do el mal sucesso, se auia puesto en cobro, y      15
no parecio jamas.
Seys meses estuuo en la cama Tomas, en los
quales se secó y se puso, como suele dezirse,
en los huesos, y mostraua tener turbados todos
los sentidos. Y aunque le hizieron los remedios      20
possibles, solo le sanaron la enfermedad del
cuerpo, pero no de lo del entendimiento, porque
quedó sano, y loco de la mas estraña locura que
entre las locuras hasta entonces se auia visto.
Imaginose el desdichado que era todo hecho      25
de vidrio, y con esta imaginacion, quando al-
guno se llegaua a el, daua terribles vozes, pi-
diendo y suplicando con palabras y razones
concertadas que no se le acercassen, porque le
quebrarian, que real y verdaderamente el no      30

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era como los otros hombres, que todo era de
vidrio de pies a cabeça.
Para sacarle desta estraña imaginacion, mu-
chos, sin atender a sus vozes y rogatiuas, arre-
metieron a el y le abraçaron, diziendole que ad-      5
uirtiesse y mirasse como no se quebraua. Pero
lo que se grangeaua en esto era que el pobre se
echaua en el suelo dando mil gritos, y luego le
tomaua vn desmayo, del qual no boluia en si
en quatro horas, y quando boluia, era renouan-      10
do las plegarias y rogatiuas de que otra vez no
le llegassen. Dezia que le hablassen desde lexos
y le preguntassen lo que quisiessen, porque a
todo les responderia con mas entendimiento,
por ser hombre de vidrio y no de carne, que el      15
vidrio, por ser de materia sutil y delicada, obraua
por ella el alma con mas promptitud y eficacia
que no por la del cuerpo, pesada y terrestre.
Quisieron algunos experimentar si era ver-
dad lo que dezia, y assi le preguntaron muchas      20
y dificiles cosas, a las quales respondio espon-
taneamente con grandissima agudeza de inge-
nio, cosa que causó admiracion a los mas letra-
dos de la vniuersidad y a los professores de la
medicina y filosofia, viendo que en vn sujeto,      25
donde se contenia tan extraordinaria locura
como era el pensar que fuesse de vidrio, se en-
cerrasse tan grande entendimiento, que respon-
diesse a toda pregunta con propiedad y agu-
deza.      30
Pidio Tomas le diessen alguna funda donde
pusiesse aquel vaso quebradizo de su cuerpo,

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EL LICENCIADO VIDRIERA 87


porque al vestirse algun vestido estrecho, no se
quebrasse; y assi le dieron vna ropa parda y
vna camisa muy ancha, que el se vistio con
mucho tiento y se ciñó con vna cuerda de algo-
don. No quiso calçarse çapatos en ninguna ma-      5
nera, y el orden que tuuo para que le diessen de
comer, sin que a el llegassen, fue poner en la
punta de vna vara vna vasera de orinal, en
la qual le ponian alguna cosa de fruta de las que
la sazon del tiempo ofrecia. Carne ni pescado,      10
no lo queria; no beuia sino en fuente o en rio,
y esto con las manos. Quando andaua por las
calles, yua por la mitad dellas, mirando a los
tejados, temeroso no le cayesse alguna teja en-
cima y le quebrasse. Los veranos dormia en el      15
campo al cielo abierto, y los inuiernos se me-
tia en algun meson, y en el pajar se enterraua
hasta la garganta, diziendo que aquella era la
mas propia y mas segura cama que podian te-
ner los hombres de vidrio. Quando tronaua, tem-      20
blaua como vn azogado y se salia al campo, y
no entraua en poblado hasta auer passado la
tempestad.
Tuuieronle encerrado sus amigos mucho tiem-
po; pero viendo que su desgracia passaua ade-      25
lante, determinaron de condecender con lo que
el les pedia, que era le dexassen andar libre, y
assi le dexaron, y el salio por la ciudad, causan-
do admiracion y lastima a todos los que
le conocian. Cercaronle luego los muchachos;      30

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pero el con la vara los detenia, y les rogaua le
hablassen apartados, porque no se quebrasse,
que, por ser hombre de vidrio, era muy tierno
y quebradizo.
Los muchachos, que son la mas trauiessa ge-      5
neracion del mundo, a despecho de sus ruegos
y vozes, le començaron a tirar trapos y aun pie-
dras, por ver si era de vidrio, como el dezia.
Pero el daua tantas vozes y hazia tales estre-
mos, que mouia a los hombres a que riñessen      10
y castigassen a los muchachos por que no le
tirassen.
Mas vn dia que le fatigaron mucho, se boluio
a ellos, diziendo: "¿Que me quereys, muchachos,
porfiados como moscas, suzios como chinches,      15
atreuidos como pulgas: soy yo por ventura el
monte Testacho de Roma, para que me ti-
reys tantos tiestos y tejas?"
Por oyrle reñir y responder a todos, le se-
guian siempre muchos, y los muchachos toma-      20
ron y tuuieron por mejor partido, antes oylle
que tiralle.
Passando, pues, vna vez por la roperia de Sa-
lamanca, le dixo vna ropera: "En mi anima, se-
ñor licenciado, que me pesa de su desgracia,      25
pero, ¿que haré, que no puedo llorar?"
El se boluio a ella, y, muy mesurado, le dixo:
"Filioe Hierusalem: plorate super vos & super
filios vestros".
Entendio el marido de la ropera la malicia      30

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del dicho, y dixole: "Hermano licenciado Vidrie-
ra", que assi dezia el que se llamaua, "mas te-
neys de vellaco que de loco."
"No se me da vn ardite", respondio el,
como no tenga nada de necio."      5
Passando vn dia por la casa llana y venta
comun, vio que estauan a la puerta della
muchas de sus moradoras, y dixo que eran ba-
gajes del exercito de Sathanas, que estauan
aloxados en el meson del infierno.      10
Preguntole vno que que consejo o con-
suelo daria a vn amigo suyo, que estaua
muy triste porque su muger se le auia ydo
con otro.
A lo qual respondio: "Dile que de gracias a      15
Dios por auer permitido le lleuassen de casa
a su enemigo."
"¿Luego no yra a buscarla?" dixo el otro.
"Ni por pienso" replicó Vidriera, "porque se-
ria el hallarla, hallar vn perpetuo y verdadero      20
testigo de su deshonra."
"Ya que esso sea assi", dixo el mismo, "¿que
hare yo para tener paz con mi muger?"
Respondiole: "Dale lo que huuiere menester,
dexala que mande a todos los de su casa, pero      25
no sufras que ella te mande a ti."
Dixole vn muchacho: "Señor licenciado Vi-
driera, yo me quiero desgarrar de mi padre,
porque me açota muchas vezes."

                                    P.18
90 NOVELAS EXEMPLARES


Y respondiole: "Aduierte, niño, que los açotes
que los padres dan a los hijos, honran, y los del
verdugo afrentan."
Estando a la puerta de vna yglesia, vio que
entraua en ella vn labrador de los que siempre      5
blasonan de christianos viejos, y detras del ve-
nia vno, que no estaua en tan buena opinion
como el primero, y el licenciado dio grandes
vozes al labrador, diziendo: "Esperad, domingo,
a que passe el sabado."      10
De los maestros de escuela dezia que eran
dichosos, pues tratauan siempre con angeles,
y que fueran dichosissimos, si los angelitos no
fueran mocosos.
Otro le preguntó que que le parecia de las      15
alcahuetas.
Respondio que no lo eran las apartadas, sino
las vezinas.
Las nueuas de su locura y de sus respuestas
y dichos se estendio por toda Castilla, y llegan-      20
do a noticia de vn principe o señor, que estaua
en la corte, quiso embiar por el, y encargoselo
a vn cauallero amigo suyo, que estaua en Sa-
lamanca, que se lo embiasse.
Y topandole el cauallero vn dia, le dixo:      25
"Sepa el señor licenciado Vidriera, que vn gran
personage de la corte le quiere ver y embia
por el."
A lo qual respondio: "Vuessa merced me es-
cuse con esse señor, que yo no soy bueno      30

                                    P.19
EL LICENCIADO VIDRIERA 91


para palacio, porque tengo verguença y no se
lisongear."
Con todo esto, el cauallero le embió a la
corte, y para traerle vsaron con el desta in-
uencion: pusieronle en vnas argenas de      5
paja, como aquellas donde lleuan el vidrio,
ygualando los tercios con piedras, y entre
paja puestos algunos vidrios, porque se dies-
se a entender que como vaso de vidrio le
lleuauan.      10
Llegó a Valladolid; entró de noche, y desem-
banastaronle en la casa del señor que auia em-
biado por el, de quien fue muy bien recebido,
diziendole: "Sea muy bien venido el señor li-
cenciado Vidriera; ¿como ha ydo en el camino?      15
¿Como va de salud?"
A lo qual respondio: "Ningun camino ay
malo, como se acabe, si no es el que va a la hor-
ca. De salud estoy neutral, porque estan encon-
trados mis pulsos con mi celebro."      20
Otro dia, auiendo visto en muchas alcanda-
ras muchos neblies y açores, y otros paxaros
de bolateria, dixo que la caça de altaneria era
digna de principes y de grandes señores;
pero que aduirtiessen que con ella echaua el      25
gusto censo sobre el prouecho a mas de dos mil
por vno. La caça de liebres dixo que era muy
gustosa, y mas quando se caçaua con galgos
prestados.
El cauallero gustó de su locura, y dexole sa-      30

                                    P.20
92 NOVELAS EXEMPLARES


lir por la ciudad, debaxo del amparo y guarda
de vn hombre que tuuiesse cuenta que los mu-
chachos no le hiziessen mal, de los quales, y
de toda la corte, fue conocido en seys dias, y a
cada paso, en cada calle, y en qualquiera esqui-      5
na, respondia a todas las preguntas que le
hazian. Entre las quales le preguntó vn estu-
diante si era poeta, porque le parecia que tenia
ingenio para todo.
A lo qual respondio: "Hasta aora no he sido      10
tan necio, ni tan venturoso."
"No entiendo esso de necio y venturoso",
dixo el estudiante, y respondio Vidriera: "No
he sido tan necio que diesse en poeta malo,
ni tan venturoso que aya merecido serlo      15
bueno."
Preguntole otro estudiante que en que esti-
macion tenia a los poetas.
Respondio que a la ciencia en mucha; pero
que a los poetas en ninguna.      20
Replicaronle que por que dezia aquello.
Respondio que, del infinito numero de poetas
que auia, eran tan pocos los buenos, que casi
no hazian numero; y assi, como si no huuiesse
poetas, no los estimaua. Pero que admiraua y      25
reuerenciaua la ciencia de la poesia, porque
encerraua en si todas las demas ciencias, por-
que de todas se sirue, de todas se adorna y
pule, y saca a luz sus marauillosas obras, con
que llena el mundo de prouecho, de deleyte y      30
de marauilla.
Añadio mas: "Yo bien se en lo que se deue

                                    P.21
EL LICENCIADO VIDRIERA 93


estimar vn buen poeta, porque se me acuerda
de aquellos versos de Ouidio, que dizen:
"Cum ducum fuerant olim regnumquè poeta,
"praemiaquè antiqui magna tulere chori,
"sanctaque maiestas, & erat venerabile nomen      5
"vatibus, & largè sapè dabantur opes.
"Y menos se me oluida la alta calidad de los
poetas, pues los llama Platon interpretes de los
dioses, y dellos dize Ouidio:
       10
"Est Deus in nobis; agitante calescimus illo.
"Y tambien dize:
 
"At sacri vates, & diuum cura vocamus.
"Esto se dize de los buenos poetas, que de      15
los malos, de los churrulleros, ¿que se ha de
dezir, sino que son la idiotez y la arrogancia
del mundo?"
Y añadio mas: "¿Que es ver a vn poeta des-
tos de la primera impression, quando quiere      20
dezir vn soneto a otros que le rodean, las sal-
uas que les haze, diziendo: «Vuessas mercedes
»escuchen vn sonetillo, que anoche a cierta
ocasion hize, que a mi parecer, aunque no
»vale nada, tiene vn no se que de bonito»?; y      25
en esto tuerce los labios, pone en arco las cejas
y se rasca la faldriquera, y de entre otros mil
papeles mugrientos y medio rotos, donde que-
da otro millar de sonetos, saca el que quiere
relatar, y al fin le dize con tono melifluo y alfe-      30

                                    P.22
94 NOVELAS EXEMPLARES


ñicado. Y si acaso los que le escuchan, de so-
carrones o de ignorantes, no se le alaban, dize:
«O vuessas mercedes no han entendido el so-
»neto, o yo no le he sabido dezir, y assi sera
»bien recitarle otra vez y que vuessas mercedes      5
»le presten mas atencion, porque en verdad en
»verdad que el soneto lo merece», y buelue
como primero a recitarle, con nueuos adema-
nes y nueuas pausas. ¿Pues que es verlos cen-
surar los vnos a los otros? ¿Que dire del ladrar      10
que hazen los cachorros y modernos a los mas-
tinazos antiguos y graues? Y ¿que de los que
murmuran de algunos illustres y excelentes su-
jetos, donde resplandeze la verdadera luz de la
poesia, que, tomandola por aliuio y entreteni-      15
miento de sus muchas y graues ocupaciones,
muestran la diuinidad de sus ingenios y la al-
teza de sus conceptos, a despecho y pesar del
circunspecto ignorante, que juzga de lo que
no sabe y aborrece lo que no entiende? ¿Y del      20
que quiere que se estime y tenga en precio la
necedad que se sienta debaxo de doseles y la
ignorancia que se arrima a los sitiales?"
Otra vez le preguntaron que era la causa de
que los poetas por la mayor parte eran pobres.      25
Respondio que porque ellos querian, pues
estaua en su mano ser ricos si se sabian apro-
uechar de la ocasion que por momentos traian
entre las manos, que eran las de sus damas,
que todas eran riquissimas en estremo, pues      30
tenian los cabellos de oro, la frente de plata
bruñida, los ojos de verdes esmeraldas, los

                                    P.23
EL LICENCIADO VIDRIERA 95


dientes de marfil, los labios de coral, y la gar-
ganta de cristal transparente, y que lo que llo-
rauan eran liquidas perlas, y mas, que lo que
sus plantas pisauan, por dura y esteril tierra
que fuesse, al momento produzia jazmines y      5
rosas, y que su aliento era de puro ambar, al-
mizcle y algalia, y que todas estas cosas eran
señales y muestras de su mucha riqueza. Estas
y otras cosas dezia de los malos poetas, que de
los buenos siempre dixo bien y los leuantó so-      10
bre el cuerno de la Luna.
Vio vn dia en la azera de San Francisco vnas
figuras pintadas de mala mano, y dixo que los
buenos pintores imitauan a naturaleza, pero
que los malos la vomitauan.      15
Arrimose vn dia con grandissimo tiento, por-
que no se quebrasse, a la tienda de vn librero,
y dixole: "Este oficio me contentara mucho, si
no fuera por vna falta que tiene."
Preguntole el librero se la dixesse.      20
Respondiole: "Los melindres que hazen
quando compran vn priuilegio de vn libro,
y de la burla que hazen a su autor si acaso
le imprime a su costa, pues en lugar de mil y
quinientos, imprimen tres mil libros, y quando      25
el autor piensa que se venden los suyos, se des-
pachan los agenos."
Acaecio este mismo dia que passaron por la
plaça seys açotados, y diziendo el pregon: "Al

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96 NOVELAS EXEMPLARES


primero por ladron", dio grandes vozes a los
que estauan delante del, diziendoles: "Apar-
taos, hermanos, no comience aquella cuenta
por alguno de vosotros."
Y quando el pregonero llegó a dezir "al tra-      5
sero", dixo: "Aquel deue de ser el fiador de los
muchachos."
Vn muchacho le dixo: "Hermano Vidriera,
mañana sacan a açotar a vna alcagueta."
Respondiole: "Si dixeras que sacauan a aço-      10
tar a vn alcaguete, entendiera que sacauan
a açotar vn coche".
Hallose alli vno destos que lleuan sillas de
manos, y dixole: "De nosotros, licenciado, ¿no
teneys que dezir?"      15
"No", respondio Vidriera, "sino que sabe
cada vno de vosotros mas pecados que vn con-
fessor; mas es con esta diferencia: que el con-
fessor los sabe para tenerlos secretos, y vosotros
para publicarlos por las tabernas."      20
Oyo esto vn moço de mulas, porque de todo
genero de gente le estaua escuchando contino,
y dixole: "De nosotros, señor redoma, poco o
nada ay que dezir, porque somos gente de bien
y necessaria en la republica."      25
A lo qual respondio Vidriera: "La honra del
amo descubre la del criado; segun esto, mira a
quien sirues, y veras quan honrado eres. Mo-
ços soys vosotros de la mas ruyn canalla que
sustenta la tierra. Vna vez, quando no era de      30
vidrio, caminé vna jornada en vna mula de al-

                                    P.25
EL LICENCIADO VIDRIERA 97


quiler tal, que le conte ciento y veynte y vna
tachas, todas capitales y enemigas del genero
humano. Todos los moços de mulas tienen su
punta de rufianes, su punta de cacos y su es no
es de truhanes. Si sus amos, que assi llaman      5
ellos a los que lleuan en sus mulas, son boqui-
muelles, hazen mas suertes en ellos que las que
echaron en esta ciudad los años passados.
Si son estrangeros, los roban; si estudiantes, los
maldizen, y si religiosos, los reniegan, y si sol-      10
dados, los tiemblan. Estos y los marineros y ca-
rreteros y harrieros tienen vn modo de viuir ex-
traordinario y solo para ellos. El carretero passa
lo mas de la vida en espacio de vara y media
de lugar, que poco mas deue de auer del yugo      15
de las mulas a la boca del carro. Canta la mitad
del tiempo, y la otra mitad reniega, y en dezir:
«Haganse a çaga», se les passa otra parte. Y si
acaso les queda por sacar alguna rueda de al-
gun atolladero, mas se ayudan de dos pesetes      20
que de tres mulas. Los marineros son gente
gentil, inurbana, que no sabe otro lenguaje que
el que se vsa en los nauios. En la bonança
son diligentes, y en la borrasca pereçosos. En
la tormenta mandan muchos y obedecen pocos.      25
Su Dios es su arca y su rancho, y su passatiem-
po ver mareados a los passageros. Los harrie-
ros son gente que ha hecho diuorcio con las
sabanas y se ha casado con las enxalmas. Son
tan diligentes y presurosos, que, a trueco de no      30
perder la jornada, perderan el alma. Su musica

                                    P.26
98 NOVELAS EXEMPLARES


es la del mortero, su salsa la hambre, sus may-
tines leuantarse a dar sus piensos, y sus missas
no oyr ninguna."
Quando esto dezia, estaua a la puerta de
vn boticario, y boluiendose al dueño, le dixo:      5
"Vuessa merced tiene vn saludable oficio, si no
fuesse tan enemigo de sus candiles."
"¿En que modo soy enemigo de mis candi-
les?", preguntó el boticario.
Y respondio Vidriera: "Esto digo, porque en      10
faltando qualquiera azeyte, la suple la del can-
dil, que esta mas a mano; y aun tiene otra cosa
este oficio, bastante a quitar el credito al mas
acertado medico del mundo."
Preguntandole por que, respondio que      15
auia boticario que, por no dezir que faltaua en
su botica lo que recetaua el medico, por las
cosas que le faltauan ponia otras, que a su pa-
recer tenian la misma virtud y calidad, no sien-
do assi, y con esto la medicina mal compues-      20
ta obraua al reues de lo que auia de obrar la
bien ordenada.
Preguntole entonces vno que que sentia de
los medicos, y respondio esto: "Honora medi-
cum propter necesssitatem, etenim creauit eum      25
altissimus: a Deo enim est omnis medela, & a
rege accipiet donationem. Disciplina medici
exaltauit caput illius, & in conspectu magna-
tum collaudabitur. Altissimus de terra creauit

                                    P.27
EL LICENCIADO VIDRIERA 99


medicinam, & vir prudens non aborrebit il-
lam. Esto dize", dixo, "el Eclesiastico de la
medicina y de los buenos medicos, y de los ma-
los se podria dezir todo al reues, porque no ay
gente mas dañosa a la republica que ellos. El      5
juez nos puede torcer o dilatar la justicia; el le-
trado sustentar por su interes nuestra injusta
demanda; el mercader chuparnos la hazienda;
finalmente, todas las personas con quien de
necessidad tratamos, nos pueden hazer algun      10
daño; pero quitarnos la vida sin quedar sujetos
al temor del castigo, ninguno. Solo los me-
dicos nos pueden matar y nos matan sin temor y
a pie quedo, sin desembaynar otra espada que
la de vn recipe; y no ay descubrirse sus delic-      15
tos, porque al momento los meten debaxo
de la tierra. Acuerdaseme que, quando yo era
hombre de carne y no de vidrio como agora
soy, que a vn medico destos de segunda clase
le despidio vn enfermo por curarse con otro, y      20
el primero, de alli a quatro dias, acerto a passar
por la botica donde receptaua el segundo, y
preguntó al boticario que como le yua al enfer-
mo que el auia dexado, y que si le auia recep-
tado alguna purga el otro medico. El boticario      25
le respondio que alli tenia vna recepta de
purga que el dia siguiente auia de tomar el en-
fermo; dixo que se la mostrasse, y vio que al
fin della estaua escrito: Sumat diluculo, y
dixo: «Todo lo que lleua esta purga me conten-      30

                                    P.28
100 NOVELAS EXEMPLARES


«ta, si no es este diluculo, porque es humido
»demasiadamente»."
Por estas y otras cosas que dezia de todos
los oficios, se andauan tras el, sin hazerle mal y
sin dexarle sossegar. Pero, con todo esto, no se      5
pudiera defender de los muchachos, si su guar-
dian no le defendiera.
Preguntole vno que haria para no tener em-
bidia a nadie.
Respondiole: "Duerme, que todo el tiempo      10
que durmieres, seras ygual al que embidias."
Otro le preguntó que remedio tendria para
salir con vna comission, que auia dos años que
la pretendia.
Y dixole: "Parte a cauallo, y a la mira de      15
quien la lleua, y acompañale hasta salir de 1a
ciudad, y assi saldras con ella."
Passó acaso vna vez por delante donde el
estaua vn juez de comission, que yua de cami-
no a vna causa criminal, y lleuaua mucha gen-      20
te consigo y dos alguaziles.
Preguntó quien era, y como se lo dixeron,
dixo: "Yo apostaré, que lleua aquel juez viuo-
ras en el seno, pistoletes en la tinta y rayos
en las manos, para destruyr todo lo que alcan-      25
çare su comission. Yo me acuerdo auer tenido
vn amigo, que en vna comission criminal que
tuuo, dio vna sentencia tan exorbitante, que
excedia en muchos quilates a la culpa de los
delinquentes. Preguntele que por que auia dado      30
aquella tan cruel sentencia, y hecho tan mani-

                                    P.29
EL LICENCIADO VIDRIERA 101


fiesta injusticia. Respondiome que pensaua otor-
gar la apelacion, y que con esto dexaua campo
abierto a los señores del Consejo, para mostrar
su misericordia, moderando y poniendo aquella
su rigurosa sentencia en su punto y deuida pro-      5
porcion. Yo le respondi que mejor fuera auerla
dado de manera que les quitara de aquel traba-
jo, pues con esto le tuuieran a el por juez recto
y acertado."
En la rueda de la mucha gente, que, como se      10
ha dicho, siempre le estaua oyendo, estaua vn
conocido suyo, en habito de letrado, al qual
otro le llamó señor licenciado, y sabiendo Vi-
driera que el tal a quien llamaron licenciado
no tenia ni aun titulo de bachiller, le dixo:      15
"Guardaos, compadre, no encuentren con vues-
tro titulo los frayles de la redempcion de cau-
tiuos, que os le lleuarán por mostrenco".
A lo qual dixo el amigo: "Tratemonos bien,
señor Vidriera, pues ya sabeys vos que soy      20
hombre de altas y de profundas letras."
Respondiole Vidriera: "Ya yo se que soys vn
Tantalo en ellas, porque se os van por altas, y
no las alcançays de profundas."
Estando vna vez arrimado a la tienda de vn      25
sastre, viole que estaua mano sobre mano, y
dixole: "Sin duda, señor maesso, que estays en
camino de saluacion."
"¿En que lo veys?" preguntó el sastre.
"¿En que lo veo?", respondio Vidriera; "veolo      30
en que, pues no teneys que hazer, no tendreys

                                    P.30
102 NOVELAS EXEMPLARES


ocasion de mentir"; y añadio: "Desdichado del
sastre que no miente y cose las fiestas; cosa
marauillosa es, que casi en todos los deste ofi-
cio apenas se hallará vno que haga vn vestido
justo, auiendo tantos que los hagan pecadores."      5
De los çapateros dezia que jamas hazian,
conforme a su parecer, çapato malo: porque si
al que se le calçauan venia estrecho y apreta-
do, le dezian que assi auia de ser, por ser de
galanes calçar justo; y que, en trayendolos dos      10
horas, vendrian mas anchos que alpargates; y
si le venian anchos, dezian que assi auian de
venir, por amor de la gota.
Vn muchacho agudo, que escriuia en vn ofi-
cio de prouincia, le apretaua mucho con pre-      15
guntas y demandas, y le traia nueuas de lo que
en la ciudad passaua, porque sobre todo dis-
cantaua, y a todo respondia.
Este le dixo vna vez: "Vidriera, esta noche
se murio en la carcel vn vanco que estaua      20
condenado ahorcar."
A lo qual respondio: "El hizo bien a darse
priessa a morir, antes que el verdugo se sen-
tara sobre el."
En la hazera de S. Francisco estaua vn corro      25
de ginouesses y, passando por alli, vno dellos
le llamó, diziendole: "Lleguese aca el señor
Vidriera y cuentenos vn cuento."
El respondio: "No quiero, por que no me le
passeys a Genoua."      30

                                    P.31
EL LICENCIADO VIDRIERA 103


Topó vna vez a vna tendera, que lleuaua de-
lante de si vna hija suya muy fea pero muy
llena de dixes, de galas y de perlas, y dixole a
la madre: "Muy bien aueys hecho en empedra-
lla, porque se pueda passear."      5
De los pasteleros dixo que auia muchos años
que jugauan a la dobladilla, sin que les lleuas-
sen la pena, porque auian hecho el pastel de
a dos de a quatro, el de a quatro de a ocho, y
el de a ocho de a medio real, por solo su alue-      10
drio y beneplacito.
De los titereros dezia mil males; dezia que
era gente vagamunda, y que trataua con inde-
cencia de las cosas diuinas, porque con las figu-
ras, que mostrauan en sus retratos, boluian      15
la deuocion en risa y que les acontezia embasar
en vn costal todas o las mas figuras del Testa-
mento viejo y nueuo, y sentarse sobre el a co-
mer y beuer en los bodegones y tabernas. En
resolucion, dezia que se marauillaua de como      20
quien podia no les ponia perpetuo silencio en
sus retablos, o los desterraua del reyno.
Acerto a passar vna vez por donde el estaua
vn comediante vestido como vn principe, y en
viendole, dixo: "Yo me acuerdo auer visto a      25
este salir al teatro enharinado el rostro y vesti-
do vn çamarro del reues, y con todo esto, a
cada paso, fuera del tablado, jura a fe de hijo-
dalgo."
"Deuelo de ser", respondio vno, "porque ay      30

                                    P.32
104 NOVELAS EXEMPLARES


muchos comediantes que son muy bien nacidos
y hijosdalgo."
"Assi sera verdad", replicó Vidriera, "pero
lo que menos ha menester la farsa es personas
bien nacidas; galanes, si, gentileshombres y      5
de espeditas lenguas. Tambien se dezir dellos
que en el sudor de su cara ganan su pan, con
inlleuable trabajo, tomando contino de memo-
ria, hechos perpetuos gitanos de lugar en lu-
gar, y de meson en venta, desuelandose      10
en contentar a otros, porque en el gusto ageno
consiste su bien propio. Tienen mas, que con
su oficio no engañan a nadie, pues por mo-
mentos sacan su mercaduria a publica plaça,
al juyzio y a la vista de todos. El trabajo      15
de los autores es increyble, y su cuydado ex-
traordinario, y han de ganar mucho para que
al cabo del año no salgan tan empeñados, que
les sea forçoso hazer pleyto de acreedores: y
con todo esto, son necessarios en la republi-      20
ca, como lo son las florestas, las alamedas
y las vistas de recreacion, y como lo son las
cosas que honestamente recrean. Dezia que
auia sido opinion de vn amigo suyo, que, el
que seruia a vna comedianta, en sola vna seruia      25
a muchas damas juntas, como era a vna reyna,
a vna ninfa, a vna diosa, a vna fregona, a vna
pastora, y muchas vezes caia la suerte en que
seruiesse en ella a vn paje y a vn lacayo,

                                    P.33
EL LICENCIADO VIDRIERA 105


que todas estas y mas figuras suele hazer vna
farsanta."
Preguntole vno que qual auia sido el mas
dichoso del mundo.
Respondio que Nemo, porque nemo nouit pa-      5
trem, nemo sine crimine viuit, nemo sua sorte
contentus, nemo ascendit in coelum.
De los diestros dixo vna vez que eran maes-
tros de vna ciencia o arte, que, quando la auian
menester, no la sabian, y que tocauan algo en      10
presumptuosos, pues querian reduzir a demos-
traciones matematicas, que son infalibles,
los mouimientos y pensamientos colericos
de sus contrarios.
Con los que se teñian las barbas, tenia par-      15
ticular enemistad y riñendo vna vez delante
del dos hombres, que el vno era portugues, este
dixo al castellano, assiendose de las barbas,
que tenia muy teñidas: "¡Por istas barbas que
teño no rostro!".      20
A lo qual acudio Vidriera: "Ollay, home,
naon digays teño, sino tiño."
Otro traia las barbas jaspeadas y de muchas
colores, culpa de la mala tinta, a quien dixo
Vidriera que tenia las barbas de muladar ouero.      25
A otro, que traia las barbas por mitad blan-
cas y negras, por auerse descuydado, y los
cañones crecidos, le dixo que procurasse de
no porfiar ni reñir con nadie, porque estaua
     30

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106 NOVELAS EXEMPLARES


aparejado a que le dixessen que mentia por la
mitad de la barba.
Vna vez conto que vna donzella, discreta y
bien entendida, por acudir a la voluntad de sus      5
padres, dio el si de casarse con vn viejo todo
cano, el qual, la noche antes del dia del despo-
sorio, se fue, no al rio Iordan, como dizen las
viejas, sino a la redomilla del agua fuerte y
plata, con que renouo de manera su barba,      10
que la acosto de nieue y la leuantó de pez. Lle-
gose la hora de darse las manos y la donzella
conocio por la pinta y por la tinta la figura, y
dixo a sus padres que le diessen el mismo es-
poso que ellos le auian mostrado, que no que-      15
ria otro.
Ellos le dixeron que aquel que tenia delante
era el mismo que le auian mostrado y dado por
esposo.
Ella replicó que no era, y truxo testigos como      20
el que sus padres le dieron era vn hombre gra-
ve y lleno de canas, y que pues el presente no
las tenia, no era el, y se llamaua a engaño.
Atubose a esto, corriose el teñido, y deshizose
el casamiento.      25
Con las dueñas tenia la misma ojeriza que
con los escauechados; dezia marauillas de su
permafoy, de las mortajas de sus tocas, de
sus muchos melindres, de sus escrupulos, y de
su extraordinaria miseria. Amohinauanle sus      30
flaquezas de estomago, sus vaguidos de cabeça
su modo de hablar, con mas repulgos que sus to-
cas, y, finalmente, su inutilidad y sus vaynillas.

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EL LICENCIADO VIDRIERA 107


Vno le dixo: "¿Que es esto, señor licenciado,
que os he oydo dezir mal de muchos oficios, y
jamas lo aueys dicho de los escriuanos, auien-
do tanto que dezir?"      5
A lo qual respondio: "Aunque de vidrio, no
soy tan fragil que me dexe yr con la corriente
del vulgo, las mas vezes engañado. Pareceme
a mi que la gramatica de los murmuradores,
y el la, la, la, de los que cantan, son los escri-      10
uanos; porque assi como no se puede passar a
otras ciencias, si no es por la puerta de la gra-
matica, y como el musico primero murmura que
canta, assi los maldizientes, por donde comien-
çan a mostrar la malignidad de sus lenguas, es      15
por dezir mal de los escriuanos y alguaziles,
y de los otros ministros de la justicia, siendo vn
oficio el del escriuano, sin el qual andaria la ver-
dad por el mundo a sombra de tejados, co-
rrida y maltratada; y assi dize el Ecclesiastico:      20
«In manu Dei potestas hominis est, & super fa-
»ciem scribe imponet honorem». Es el es-
criuano persona publica, y el oficio del juez no
se puede exercitar comodamente sin el suyo.
Los escriuanos han de ser libres, y no esclauos,      25
ni hijos de esclauos, legitimos, no bastardos,
ni de ninguna mala raza nacidos; juran de
secreto, fidelidad, y que no haran escritura vsu-

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108 NOVELAS EXEMPLARES


raria; que ni amistad ni enemistad, proue-
cho o daño les mouera a no hazer su
oficio con buena y christiana conciencia. Pues
si este oficio tantas buenas partes requiere, ¿por
que se ha de pensar que, de mas de veynte      5
mil escriuanos que ay en España, se lleue el
diablo la cosecha, como si fuessen cepas de su
majuelo?; no lo quiero creer, ni es bien que
ninguno lo crea; porque, finalmente, digo que
es la gente mas necessaria que auia en las re-      10
publicas bien ordenadas; y que si lleuauan de-
masiados derechos, tambien hazian demasiados
tuertos, y que destos dos estremos podia resul-
tar vn medio que les hiziesse mirar por el vi-
rote."      15
De los alguaziles dixo que no era mucho que
tuuiessen algunos enemigos, siendo su oficio,
o prenderte, o sacarte la hazienda de casa, o
tenerte en la suya en guarda y comer a tu costa.
Tachaua la negligencia e ignorancia de los      20
procuradores y solicitadores, comparandolos a
los medicos, los quales, que sane o no sane el
enfermo, ellos lleuan su propina; y los procura-
dores y solicitadores lo mismo, salgan o no sal-
gan con el pleyto que ayudan.      25
Preguntole vno qual era la mejor tierra. Res-
pondio que la temprana y agradecida.
Replicó el otro: "No pregunto esso, sino que
qual es mejor lugar, ¿Valladolid o Madrid?"

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EL LICENCIADO VIDRIERA 109


Y respondio: "De Madrid, los estremos; de
Valladolid, los medios."
"No lo entiendo", repitio el que se lo pre-
guntaua, y dixo: "De Madrid, cielo y suelo; de
Valladolid, los entresuelos".      5
Oyo Vidriera que dixo vn hombre a otro que,
assi como auia entrado en Valladolid, auia cay-
do su muger muy enferma, porque la auia pro-
uado la tierra.
A lo qual dixo Vidriera: "Mejor fuera que se      10
la huuiera comido, si acaso es zelosa."
De los musicos y de los correos de a pie, de-
zia que tenian las esperanças y las suertes limi-
tadas, porque los vnos la acabauan con llegar
a serlo de a cauallo, y los otros con alcançar a      15
ser musicos del rey.
De las damas que llaman cortesanas, dezia
que todas, o las mas, tenian mas de corteses
que de sanas.
Estando vn dia en vna yglesia, vio que traian      20
a enterrar a vn viejo, a bautizar a vn niño y a
velar vna muger, todo a vn mismo tiempo, y
dixo que los templos eran campos de batalla,
donde los viejos acaban, los niños vencen y las
mugeres triunfan.      25
Picauale vna vez vna abispa en el cuello, y
no se la osaua sacudir por no quebrarse; pero
con todo esso se quexaua.
Preguntole vno que como sentia aquella abis-
pa, si era su cuerpo de vidrio.      30
Y respondio que aquella abispa deuia de ser

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110 NOVELAS EXEMPLARES


murmuradora, y que las lenguas y picos de los
murmuradores, eran bastantes a desmoronar
cuerpos de bronze, no que de vidrio.
Passando acaso vn religioso muy gordo por
donde el estaua, dixo vno de sus oyentes: "De      5
etico no se puede mouer el padre."
Enojose Vidriera, y dixo: "Nadie se oluide de
lo que dize el Espiritu Santo: «Nolite tangere
»christos meos»", y subiendose mas en co-
lera, dixo que mirassen en ello y verian que de      10
muchos santos que de pocos años a esta parte
auia canonizado la yglesia, y puesto en el nu-
mero de los bienauenturados, ninguno se lla-
maua el capitan don fulano, ni el secretario don
tal de don tales, ni el conde, marques o duque      15
de tal parte, sino fray Diego, fray Iacinto, fray
Raymundo; todos frayles y religiosos, porque
las religiones son los aranjuezes del cielo, cuyos
frutos de ordinario se ponen en la mesa de Dios.
Dezia que las lenguas de los murmuradores      20
eran como las plumas del aguila, que roen y
menoscaban todas las de las otras aues que a
ellas se juntan.
De los gariteros y tahures dezia milagros:
dezia que los gariteros eran publicos preuari-      25
cadores, porque, en sacando el barato del que
yua haziendo suertes, desseauan que perdiesse
y passasse el naype adelante, porque el
contrario las hiziesse y el cobrasse sus dere-
chos. Alabaua mucho la paciencia de vn tahur,      30
que estaua toda vna noche jugando y perdien-

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EL LICENCIADO VIDRIERA 111


do, y con ser de condicion colerico y ende-
moniado, a trueco de que su contrario no se
alçasse, no descosia la boca, y sufria lo que vn
martir de Barrabas. Alabaua tambien las con-
ciencias de algunos honrados gariteros, que ni      5
por imaginacion consentian que en su casa se
jugasse otros juegos que polla y cientos ; y
con esto a fuego lento, sin temor y nota de mal-
sines, sacauan al cabo del mes mas barato que
los que consentian los juegos de estocada, del      10
reparolo, siete y lleuar, y pinta en la del
pu[n]to.
En resolucion, el dezia tales cosas, que si no
fuera por los grandes gritos que daua quando
le tocauan o a el se arrimauan, por el habito que      15
traia, por la estrecheza de su comida, por el
modo con que beuia, por el no querer dormir
sino al cielo abierto en el verano y el inuierno
en los pajares, como queda dicho, con que daua
tan claras señales de su locura, ninguno pudiera      20
creer sino que era vno de los mas cuerdos del
mundo. Dos años o poco mas duró en esta en-
fermedad, porque vn religioso de la orden de
san Geronymo, que tenia gracia y ciencia parti-
cular en hazer que los mudos entendiessen y      25
en cierta manera hablassen, y en curar locos,
tomó a su cargo de curar a Vidriera, mouido de
caridad, y le curó y sanó y boluio a su primer
juyzio, entendimiento y discurso.

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112 NOVELAS EXEMPLARES


Y assi como le vio sano, le vistio como letra-
do y le hizo boluer a la corte, adonde con dar
tantas muestras de cuerdo, como las auia dado
de loco, podia vsar su oficio y hazerse famoso
por el. Hizolo assi, y llamandose el licenciado      5
Rueda, y no Rodaja, boluio a la corte, donde
apenas huuo entrado, quando fue conocido de
los muchachos; mas como le vieron en tan di-
ferente habito del que solia, no le osaron dar
grita ni hazer preguntas; pero seguianle, y de-      10
zian vnos a otros: "¿Este no es el loco Vidrie-
ra?" "A fe que es el. Ya viene cuerdo; pero
tambien puede ser loco bien vestido como mal
vestido. Preguntemosle algo, y salgamos desta
confussion."      15
Todo esto ohia el licenciado y callaua, y yua
mas confuso y mas corrido que quando estaua
sin juyzio. Passó el conocimiento de los mu-
chachos a los hombres, y antes que el licencia-
do llegasse al patio de los Consejos, lleuaua      20
tras de si mas de dozientas personas de todas
suertes. Con este acompañamiento, que era
mas que de vn cathedratico, llegó al patio, don-
de le acabaron de circundar quantos en el es-
tauan.      25
El, viendose con tanta turba a la redonda,
alçó la voz y dixo: "Señores, yo soy el licen-
ciado Vidriera, pero no el que solia; soy ahora
el licenciado Rueda; sucessos y desgracias que
acontecen en el mundo por permission del cielo,      30
me quitaron el juyzio, y las misericordias de
Dios me le han buelto. Por las cosas que dizen

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EL LICENCIADO VIDRIERA 113


que dixe quando loco, podeys considerar las
que dire y hare quando cuerdo. Yo soy gra-
duado en leyes por Salamanca, adonde estu-
dié con pobreza, y adonde lleué segundo en
licencias, de do se puede inferir que mas la vir-      5
tud que el fauor me dio el grado que tengo.
Aqui he venido a este gran mar de la corte para
abogar y ganar la vida; pero si no me dexays,
aure venido a bogar y grangear la muerte. Por
amor de Dios, que no hagays que el seguir-      10
me sea perseguirme, y que lo que alcancé por
loco, que es el sustento, lo pierda por cuerdo.
Lo que soliades preguntarme en las plaças, pre-
guntadmelo aora en mi casa, y vereys que el
que os respondia bien, segun dizen, de impro-      15
uiso, os respondera mejor de pensado."
Escucharonle todos, y dexaronle algunos. Bol-
uiose a su posada con poco menos acompaña-
iento que auia lleuado. Salio otro dia, y fue lo
ismo: hizo otro sermon, y no siruio de nada.      20
Perdia mucho y no ganaua cosa, y viendose
morir de hambre, determinó de dexar la corte y
boluerse a Flandes, donde pensaua valerse de
las fuerças de su braço, pues no se podia valer
de las de su ingenio.      25
Y poniendolo en efeto, dixo al salir de la
corte: "¡O corte, que alargas las esperanças de
los atreuidos pretendientes, y acortas las de los
virtuosos encogidos! Sustentas abundantemen-
te a los truhanes desuergonçados, y matas      30
de hambre a los discretos vergonçosos!"
Esto dijo y se fue a Flandes, donde la uida
que hauia començado a eternizar por las le-
tras la acabo de eternizar por lar armas, en
compañia de su buen amigo el capitan Val-      35
divia, dexando fama en su muerte de prudente
y valentissimo soldado.