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Image 1756-London-Tonson-01-003-f 
Illustration No. 1     
Illustrator John Vanderbank 
Engraver Gerard van der Gucht 
Lithographer  
Title Caption  
Title Supplied Cervantes receives his arms to fight Chivalric Books 
Part Part I, Madrid 1605  
Chapter 02. Frontispiece 
Subject 02.3 Allegorical/symbolic representations
 
Illustration Type Frontispiece
 
Technique Burin engraving
Etching (acquaforte)
 
Color Black and white 
Volume
Page Number f. title page 
Image Dimension 255 x 183 
Page Dimension 287 x 225 
Commentary Allegorical frontispiece.
Cervantes, as Hercules Musagetes (followed by the nine Muses), receives from a satyr the arms (Comedy mask) to fight the monsters (Chivalric books) that have invaded Mount Parnassus.
Monumental figures of great and classical beauty.
Excellent drawing and engraving (Muses' faces, tunics, Hercules' musculature...). 
Notes 1 - Same plate from London: Tonson, 1738 Spanish edition and London: Tonson, 1742 English edition.
2 - "No habiendo hallado (por más solicitud que se haya puesto) Retrato alguno de Miguel de Cervantes Saavedra; ha parecido conveniente poner en el frontispicio de su Historia de Don Quijote de la Mancha (principal obra suya, y la que hace, su memoria más durable) una Representación que figure, el gran designio que tuvo tan ingenioso Autor.
Propuso éste como blanco de su pluma, derribar de la común estimación de los Españoles todas aquellas máquinas fantásticas de Libros de Caballerías, cuyos Héroes, concebidos en unas imaginaciones fecundas sí, pero delirantes, llegaron a ser la idea del valor, y trato civil; y quiso reestablecer al mismo tiempo la antigua, natural, y propia manera de tratar los asuntos proporcionados a una decorosa ficción.
Para poder representar todo esto por medio del Diseño; el Monte Parnaso, asiento de las Musas, el cual se ve en la Estampa enseñoreado de Monstruos, y Quimeras de Libros de Caballerías, servirá para dar una bastante idea del desordenado, y extravagante Estado del orbe Literario en aquellos tiempos, y de la Reforma, de que tenía necesidad.
Uno, y otro ejecutó nuestro Autor con feliz acierto, pues venció, desbarató, y acabó, toda la caterva de Caballeros Andantes, y de sus Encantadores, procurando vencerlos con sus propias fuerzas, quiero decir, figurando un héroe igualmente fantástico, pero de invención tan decorosa, que desbaratados, y deshechos ellos quedase como perpetuo triunfo, erigido en memoria de tan gloriosa hazaña.
La principal Figura de la Representación Alegórica, es el Hércules llamado Musagetes, a quien atribuyó la Mitología la guía de las Musas, y por eso vemos en diferentes monumentos (a que ha perdonado la injuria de los tiempos,) que las va acompañando con una Lira en la mano, símbolo del conocimiento de las artes a que presiden ellas. Este Hércules pues con propiedad representa a nuestro Autor, aficionado a las Musas tan decorosamente, que poniendo en práctica lo más primoroso de las Artes, nos dejó en todas sus Obras, y especialmente en ésta una natural, y perfectísima idea de escribir entretenida, y gustosamente, así las cosas serias, como las burlescas; y procuró infundirnos cierta delicadeza de gusto, que si llega a percibirse, causa gran hastío de cuales quiera otros absurdos; y singular desprecio de los que neciamente los apadrinan.
La ocupación de Hércules (según lo pide su carácter, y la alusión a nuestro Autor) es echar del Parnaso todos aquellos Monstruos, que habían ocupado el asiento de las Musas; y también restituirlas en su antigua posesión. Y en esta coyuntura se deja ver propiamente, no sólo como patrón de las Musas, y Destruidor de Monstruos en cualquiera parte, sino señaladamente en España, donde erigió las famosas Columnas trofeos de sus victorias, atendiendo a que ella fue el Teatro de sus más gloriosas acciones. En ella mató a Gerión, Rey del mismo País, de quien se cuenta que tenía triplicado cuerpo. En ella mató al Perro de dos cabezas, de ella echó también cierta raza muy extraña de ferocísimos Toros: bien que alguna que parece había quedado de aquella casta, hizo grandes estragos, hasta que nuestro Caballero Andante desarraigó en gran parte el antiguo abuso de pelear con tales animales: bien que es preciso confesar, que hasta el día de hoy no está su raza totalmente extinguida; puesto que todavía la gente del País, si alguna vez se pone a combatir con tan furiosos animales, suele llevar la pena de su temerario atrevimiento.
El Sátiro, que en muchos antiguos monumentos se ve en la misma compañía, y en la misma postura, y acción, que las que aquí se representan, sirve en este lugar para manifestar el Genio placentero de Miguel de Cervantes; y aludiendo a esto, presenta a Hércules (símbolo de nuestro Autor) los instrumentos a propósito para lograr su fin; que fue ciertamente una Graciosidad satírica, simbolizada aquí por la Máscara, que es el don que se le ofrece" (Oldfield. "Sobre las Estampas desta Historia". I:i-ii) [Updated orthography].